Roadtrip 1. Fortynine Palms Oasis
¡Hoooola de nuevo un día más! Hoy vengo a contaros lo que hicimos el domingo, que fue un día que se me hizo súper largo por todas las cosas que hicimos.
El domingo madrugamos bastante, como todos los días, y pusimos rumbo a la otra parte del parque nacional Joshua Tree, aunque realmente no sé muy bien si estábamos o no dentro del parque ya que en ningún momento nos pidieron la entrada. El plan era hacer una ruta de senderismo que nos habían recomendado y que se llama Fortynine Palms Oasis.
Es una ruta de poco más de seis kilómetros en la que la primera parte es todo subida hasta llegar a la zona más alta desde la cual se tienen vistas de varios valles y montañas; y después la segunda parte consiste en bajar todo lo que has subido pero hacia el otro lado, para poder llegar al oasis con las palmeras. Es un sitio muy bonito pero lo que más me sorprendió es que no había nada de agua. Yo cuando estaba haciendo la ruta me imaginaba que al llegar me iba a encontrar un oasis lleno de agua y con muchas zonas verdes, pero muy a mi pesar esto no fue así. A pesar de ello, es una ruta que recomiendo hacer ya que es diferente al resto y aunque no haya agua, los paisajes y las vistas siguen siendo magníficos.
Para llegar al inicio de la ruta tuvimos que coger el coche, ya que nuestro apartamento estaba situado justamente en la otra parte del parque. Si os acordáis del mapa que os puse en uno de los posts anteriores, nuestro apartamento se encontraba tolamente al oeste del mismo y esta ruta está localizada en la zona del este. Aun así, son solamente unos veinte minutos de coche así que no es para tanto.
El camino comienza en una zona bastante seca, con a penas árboles. Yo la verdad que no soy muy fan de este tipo de paisajes, ya que me gusta mucho más hacer rutas por zonas verdes con muchísima vegetación. Aún así, todo el paseo de subida no me disgustó y fui disfrutando de las vistas que había intentando descifrar qué era lo que estaba viendo.
Por aquí os dejo una foto para que os hagáis una idea de lo que os estoy hablando.
Continuamos andando y las vistas no cambiaron mucho, salvo que se podían ver más montañas y menos rocas. La verdad que era bastante curioso ver cómo el paisaje iba cambiando tanto en pocos minutos.
Después de aproximadamente una hora o una hora y pico, llegamos por fin al oasis. Según nos íbamos acercando nos pareció que se oía agua (ya os digo que estábamos todos súper emocionados con la idea de encontrar agua entre todo ese secarral...) pero fue todo una ilusión, ya que realmente lo que se oía era cómo el aire movía las palmeras. Porque agua no, pero palmeras había unas cuantas...
El paisaje en el oasis era alucinante, me encantó. Aprovechamos para hacer unas cuántas fotos y descansar un ratito mientras escuchábamos un poco de música. Además, una vez allí, conocimos a otros muchos como nosotros que habían decidido hacer el mismo plan.
Para que veáis lo bonito que era aquello os dejo por aquí una foto, y también os confieso que en cuanto a los paisajes con palmeras no soy muy objetiva porque me apasionan. No me canso de ver palmeras en California y cada vez me gustán más, creo que está empezando a convertirse un poco en una obsesión...
Cuando terminamos de descansar, cogimos fuerzas y volvimos a hacer todo el camino de vuelta, ya que a diferencia de las otras rutas de las que os he hablado en el blog, esta no era circular y tocaba volver por el mismo sitio por el que habíamos venido. Aprovechamos para hacer las últimas fotos y cogimos el coche rumbo a nuestra próxima parada: Palm Springs. Estad atentos porque fue un sitio muy guay y os lo contaré todo con mucho detalle en el próximo post.
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