Decidido: voy a estudiar a Caén

Bueno, cuando mi amigo y yo llegamos a Caen fuimos directos al hotel (no encontramos un albergue juvenil). Al día siguiente fuimos a la universidad para terminar de matricularnos. Después, nos dimos una vuelta por la ciudad para hacer tiempo (todavía no nos respondían los del alojamiento). Después de todo, ¡en Normandía no se está nada mal!

En fin, seguíamos de los nervios porque no nos respondían y no sabíamos si quedarnos en Caen o volvernos a Lyon. Vamos, que estuvimos dos días sufriendo. Dos estudiantes de la Reunión que llegan a Caen, una ciudad en la que no conocen a nadie. Y lo más importante: ¡su primera vez en Francia!

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El fin de semana... ¡Victoria! ¡Nos respondieron los del alojamiento! A partir de ahí, todo empezó a ir a mejor. Los papeles del seguro, la fianza, la mudanza y ¡hop! nos instalamos en la residencia universitaria cercana a la universidad de Caen.

Madre mía, cuánto estrés en dos semanas... ¡menudo cansancio! Pero no es momento de descansar, el curso empieza. Llegamos a clase reventados por no haber parado estos últimos días, pero bueno, nos vamos adaptando poco a poco a la vida universitaria. Nos dijeron que haría mal tiempo y frío en Caen, pero de momento ha salido el Sol y la temperatura es agradable (menos por la mañana).

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Bueno, tras meses de estrés y angustia pudimos descansar por fin. ¡Menuda forma de empezar el curso! Obviamente hay momentos en los que empiezas a dudar. No sabemos si hemos hecho bien en venir a Francia, si hemos elegido la carrera correcta. Echamos de menos a nuestros padres y queremos volver a casa. Vale que sea duro para todos, pero todavía más para nosotros que estamos mucho más lejos.

Como estamos tan lejos de nuestros padres, no podemos volver a casa los findes. Es muy duro, pero aguantamos, apretamos los dientes e intentamos ser positivos. Es lo que se llama madurar. Una experiencia que implica sorpresas desagradables. Pero bueno, hay momentos en los que tienes que seguir y punto.

Si estáis indecisos, que sepáis que no sois los únicos. Aún me pregunto qué leches hago aquí. Dudaréis, sentiréis nostalgia, pero si estáis en mi caso (estando tan lejos de casa), decíos que habéis sido valientes en salir de casa. Aunque sea duro, debéis aceptarlo porque es lo mejor para vosotros.

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Bien, bien, hay que decir que he escrito un artículo bastante deprimente. Pero bueno, solo quería expresar lo que sentía sobre lo que he vivido por culpa de mis decisiones.

Espero que la próxima vez escriba algo más positivo. Bye bye!

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