Gades, la ciudad de los arlequines

23 de octubre de 2014

Regreso a Cádiz por una causa benéfica

Perdonad que haya estado tan ausente, pero esta publicación no va sobre cosas curiosas sobre mi viaje a Marruecos. He estado ausente por motivos personales. Tuve que volver a Francia y quedarme allí una semana, fue muy raro todo porque fue sin planearlo ni nada. De todas formas me alegro de "volver" a Cádiz. Cuando la cabeza no hace más que dar vueltas, lo mejor que te puede venir es el mar. Cádiz es una ciudad muy acogedora, te hace sentir como en casa.

Cádiz, esa ciudad tan deseada...

Para este artículo he querido informaros un poco (e informarme yo) sobre la ciudad de Cádiz, su historia es increíble. Esta ciudad siempre ha sido importante por su localización estratégica, tanto militar como comercialmente hablando, ya que está entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Cádiz es una ciudad que fundaron los fenicios en el golfo Atlántico de Gades entre los siglos XII y XI a. C. Esto convierte a Cádiz en una de las ciudades más antiguas de Europa. Más tarde, en el 501 a. C., los cartagineses lograron conquistar Cádiz y la llamaron "Gadir", que en púnico significa "muro" o "lugar cerrado". Durante la Segunda Guerra Púnica, Cádiz se unió a los romanos al acabar las interminables batallas entre los cartagineses y los romanos. Durante este periodo, Cádiz vivió unos años de prosperidad y construyeron anfiteatros, acueductos, etc. Durante unos años Cádiz fue la segunda ciudad más poblada del Imperio Romano, detrás de Roma. Por desgracia, en el siglo V los visigodos destrozaron la ciudad de Cádiz por completo. Fue la época de las grandes invasiones. Esta época forma parte de la época oscura de la ciudad. El desmantelamiento de las calles comerciales de la ciudad llevaron a Cádiz a su perdición. su estatus pasó de ser una gran ciudad que daba al Atlántico a ser una pequeña ciudad fortificada. Muchos de sus habitantes tuvieron que dejar de vivir a orillas del mar para mudarse al interior a trabajar para los terratenientes, los grandes propietarios de tierras.

¿Es Cádiz una ciudad de Oriente?

Tras la batalla de Guadalete, Cádiz pasó a estar bajo la influencia de los musulmanes a partir del año 711. Aquí fue cuando pasó a llamarse Qadis y la volvieron a levantar siguiendo el estilo de arte morisco (en Granada podréis apreciar este estilo en todo su esplendor).

Tras la reconquista del Guadalquivir (1243-1262), Cádiz volvió a manos del cristianismo del rey de Castilla y León, Alfonso X. Fue entonces cuando se instauraron en la bahía de Cádiz las canteras navales de la corona de Castilla y cuando comenzó el principio de la era de los descubrimientos, donde Cádiz entró de nuevo en pleno apogeo. Del puerto de Cádiz salieron muchos viajeros como Cristobal Colón o Álvar Núñez Cabeza de Vaca, ambos conquistadores de la época colonial, que dotaron a Cádiz de riquezas y gracias a los cuales, siglos después, se instauró la burguesía gaditana, liberal y revolucionaria. Consiguió hacerse con el monopolio comercial con América, la sede de la Casa de Contratación y Flota de Indias.

¿Pero por qué se peleaban por ella?

Durante mucho tiempo, Cádiz fue una ciudad codiciada por todo el mundo. En los siglos XVI y XVII los ingleses atacaron en varias ocasiones a la ciudad. Después le tocó a los franceses, asediaron Cádiz y aguantó siendo la única ciudad que Napoleón no logró conquistar (y a día de hoy sus habitantes aún hacen alarde de ello). Cádiz siguió manteniendo su fama gracias a los sucesos que tuvieron lugar después, en esta ciudad fue donde se instauró la primera Constitución española (1812), en la que hacían distinción entre el poder ejecutivo, que recaía sobre el rey, y el legislativo, que recaía sobre los ministros. Aún podéis encontrar en el casco antiguo de la ciudad el Centro de Interpretación de la Constitución de 1812.

Sin embargo, cuando las colonias se independizaron de la corona española, Cádiz perdió su gloria.

Para concluir, hay que señalar que Cádiz le debe todo a la increíble localización en la que se encuentra. Sus torres vigías, que se han visto reducidas a algunas de las casas que hay en el casco antiguo, son una prueba de la importancia de su herencia comercial. Cádiz le debe todo a su océano. El mayor encanto de Cádiz es que casi desde cualquier parte de la ciudad se puede ver el océano, que nunca deja de maravillarnos. Si os tenéis que quedar con algo de Cádiz, será con el color azul: el del mar y el del cielo en el que resaltan los tejados rojos donde el viento sopla acariciando la ropa tendida.

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