Burgos en un día

¡Hola a todxs!

Hoy vengo a hablaros de la ciudad de Burgos, en Castilla y León. Estuve no hace mucho tiempo allí pasando el día y pude visitar muchísimas cosas de las que ahora os voy a hablar.

Yo no conocía la ciudad y sinceramente no me la esperaba ni tan bonita ni tan grande, así que me sorprendió y me gustó a partes iguales.

Cómo llegar

Esta ciudad está al norte de España. Es una ciudad muy grande y conocida, por lo que llegar hasta allí no es nada difícil, hay muchos autobuses y trenes casi desde cualquier otra parte de España.

En mi caso, fui en coche desde Logroño. El camino es de poco más de una hora y va a la par del Camino de Santiago, por lo que la carretera está llena de peregrinos.

A las afueras

Aunque lo podéis hacer en el orden contrario, o si no os da tiempo, no hacerlo, yo antes de entrar propiamente en el centro de la ciudad decidí visitar algunos de los lugares que merecen la pena ver, pero que están más lejos.

Las Huelgas

Las Huelgas es un convento que está en Burgos, pero un poco más lejos del centro. Como íbamos en coche aparcamos primero allí antes de meternos en la ciudad.

La visita es guiada y va con hora, pero no se pueden coger las entradas antes, sino directamente allí. Cuando llegamos nos tocó esperar poco más de veinte minutos, que realmente no es mucho, aunque lo malo es que por allí no hay nada que hacer.

La visita dura más o menos una hora, pero lo que cuentan es muy interesante y a mí me gustó bastante. Lo malo es que en los interiores no te dejan hacer fotos por lo que tengo muy poco que enseñaros.

Es un convento de clausura en el que viven ahora mismo poco menos de veinte monjas. La iglesia por dentro es enorme, pero es muy curioso que está llena de muros. Como era un convento de clausura cerraron todas las naves de la iglesia dejando una zona para que rezara el pueblo y otra para que rezaran ellas, sin tener que verse unos a otros, pero pudiendo seguir una misa a la vez.

La iglesia tenía un patrimonio enorme, está llena de cuadros, pinturas, esculturas y también de tumbas de gente ilustre. Sin embargo, es muy triste porque cuando llegaron los franceses a España, saquearon todas estas tumbas y se llevaron todo lo que encontraron de valor. Tan solo se salvó una tumba, pues estaba casi escondida detrás de otra y, o no la vieron, o les resultaba muy difícil llegar hasta ella. El caso es que esta tumba es la única que se conserva tal y como estaba en su momento.

Dentro hay también un claustro que se puede visitar. Cuando se construyó reinaba un hombre que pasaba gran parte de su tiempo en Toledo, luego tenía muchas influencias mudéjares y todos los techos del convento estuvieron en su momento decorados con motivos geométricos propios de esta cultura. Es curioso cuanto menos, si os poneis a pensarlo, encontrar este tipo de dibujos en un convento cristiano, pero era la cultura del momento.

Aún así, casi todo el techo ha desaparecido y sol quedan algunas muestras de los dibujos que había.

También me llamó mucho la atención una capilla que había al fondo, al lado de los jardines del convento. Es una pequeña capilla con una sola estatua de madera de un santo. Es muy curioso y gracioso, pues resulta que, en ese momento para ser caballero, debía nombrarte el rey. Sin embargo, ¿quién nombraba al Rey caballero?

Pues resulta que como lo único que había por encima del rey en ese momento era Dios, construían una estatua de un santo con una espada en uno de los brazos, que era articulado. Entonces en su momento se colocaba una persona detrás que movía ese brazo y hacía caballero al rey. Incluso la espada era de madera para que, si por algún casual se caía, no hubiera que nombrar a un nuevo rey. De verdad que me pareció muy gracioso esto, no me lo esperaba para nada, además de parecerme un poco ridículo. Pero más allá de esto, la capilla tenía también un techo increíble también de estilo mudéjar de madera.

La cartuja

La cartuja es de nuevo un monasterio de clausura. Está totalmente alejado de la ciudad, hace falta un coche para llegar, aunque la distancia no sea tanta.

Está un poco subido en la montaña. En la puerta hay un aparcamiento y la zona de clausura, que no se puede visitar. Lo único a lo que se puede entrar es a la iglesia.

La iglesia es muy oscura, pero se nota que hay muchísima riqueza allí, pues tiene un retablo enorme y un montón de decoraciones en oro. En el altar hay también dos tumbas de mármol que me recordaron a las de los Reyes Católicos, que están en Granada. Eran espectaculares y tan grandes que ni siquiera se puede ver bien las figuras que hay encima, así que han tenido que poner una imagen a uno de los lados para que se pudiera apreciar. Pertenecen a Juan II e Isabel de Portugal.

De nuevo aquí también es increíble pensar en la cantidad de patrimonio que tiene la Iglesia. Desde allí se pasa a una sala lateral que tienen llena de objetos y de cuadros. Por tener, tienen incluso un cuadro de Sorolla. Es cuando menos curioso el dinero que había allí. Además, la entrada es gratuita, pero te piden un pequeño donativo.

Burgos

Después de visitar estos dos sitios fui ya propiamente a la ciudad.

Entré a la ciudad cruzando una puerta enorme, el Arco de Santa Maríay es muy conocida. Es muy bonita, como de un castillo y está llena de esculturas. Sé que se puede entrar, dentro hay un museo pero no llegamos a pasar.

Justo antes está el río Duero y un camino que por la tarde estaba lleno de gente. Había muchísimos árboles, pero los acababan de podar, por lo que se veía todo. En verano deben estar totalmente verdes. Además, es muy curioso que están tan juntos los unos de los otros que las ramas se han llegado a unir. Se le conoce por el nombre de Paseo del Espolón. Si sigues andando por él se llega a una calle principal que tiene una estatua del Cid Campeador.

Según pasas la puerta se ve ya totalmente de frente la catedral.

Es enorme y lo que se ve es un lateral, pero impone muchísimo. Además, tiene un color que es también el de la mayoría de los edificios de alrededor y también del suelo por lo que queda una composición muy bonita. Destaca, pero a la vez crea unas vistas preciosas.

Es justo por este lado por el que se entra, subiendo unas escaleras.

Para visitar los sitios más importantes existe una pulsera azul que te permite entrar a la catedral y a tres iglesias más. Cuesta ocho euros. A primeras puede parecer caro, pero solo la catedral cuesta siete euros, luego se compensa muy fácilmente.

Esta pulsera nos la pusieron directamente en la catedral. La visita es libre y te dan también una audioguía para que cada uno vaya escuchando la historia que hay detrás. He de decir que el audio es muy interesante, pero hay cerca de una hora de sonido. Es para usarla entera si tienes el tiempo suficiente para ello. Como yo no tenía tanto tiempo fui escuchando los audios de aquellas salas que más me llamaban la atención.

La catedral es enorme y preciosa por dentro. Ya según entras te encuentras con una cúpula en el centro, la que une los dos brazos de la cruz que es maravillosa. Sí, igual soy un poco exagerada, pero me encanta la historia del arte y esto me impresionó. En general todas las bóvedas y cúpulas eran preciosas, a pesar de que algunas de ellas no conservaran las vidrieras originales.

El altar mayor era también increíble, con un retablo de oro. Este audio sí que lo escuché y hay muchísimos momentos religiosos representados en cada uno de los relieves y de las esculturas que aparecen. Hay hasta veinticinco escenas distintas, aparte de las figuras adorando al cristo en lo alto del retablo.

Detrás del altar había también unas capillas que eran muy bonitas.

Así como curiosidad os cuento porqué unas iglesias tienen estas capillas detrás del altar y otras no. Las que tienen estas capillas y este pasillo entre ellas (que se llama deambulatorio) son porque pertenecen al Camino de Santiago. Tradicionalmente las iglesias eran para la gente de un pueblo o una ciudad, no tenían el interés turístico que tienen ahora. Entonces se empezó a peregrinar a Santiago de Compostela y todas las iglesias y catedrales que se iban construyendo alrededor del camino empezaron a incorporar este deambulatorio para que los peregrinos pudieran entrar y admirar la iglesia sin interrumpir la misa que se celebraba en la nave central.

Ya solo con esto podemos saber que que Burgos pertenece al Camino de Santiago. Pero es fácil saberlo porque de camino os encontraréis a todos los peregrinos por la carretera y allí está todo lleno de la concha de Santiago, símbolo del camino.

Cuando sales de la catedral se entra en una especie de claustro o patio interior que da también a más salas. Una de ella me llamó mucho la atención por la decoración. Era una sala muy recargada en comparación con las anteriores y con motivos de colores, lo que no se ve en el resto de la catedral. Era de un estilo mucho más moderno.

También hay una sala muy curiosa pues todas las paredes están decoradas con cuadros de arzobispos. Está todo el espacio relleno. Tan solo queda un hueco para tres cuadros más, que están ya preparados, pero aún sin lienzo, pero es curioso cómo han aprovechado el espacio y como se pierde toda la estética aquí.

Al final del todo había una sala moderna con una exposición temporal de Gaudí. Es una exposición ambulante y yo ya la había visto hace un año en León por lo que no le hicimos mucho caso.

Después de todo esto, poco más hay en la catedral que merezca la pena decir, simplemente tenéis que visitarla.

La siguiente iglesia que visitamos está muy cerca de la catedral, cerca de su fachada principal, se llama la Iglesia de San Nicolás de Bari.

Es muy pequeñita, pero aquí si que el altar no tiene nada que ver con los anteriores de oro. Este retablo es de piedra o de marfil, no sabría decirlo. Es totalmente blanco y hay figuras policromadas, sin embargo, son tantas las figuras que hay están tan pegadas las unas a las otras, que casi era imposible distinguirlas a no ser que te acercaras muchísimo.

La iglesia tiene también una sala externa que tienen llena de tapices, pinturas, esculturas, reliquias, … de nuevo todo el patrimonio de la Iglesia.

Es bastante pequeña en comparación con la catedral, en la que escuches la guía o no acabarás pasando más de cuarenta minutos (yo estuve concretamente una hora).

Después de visitar estos dos sitios, dentro de lo que nos incluía la pulsera quedaban todavía otras dos iglesias.

Una de ellas es la Parroquia de San Estaban. Dentro de la iglesia está el Museo del Retablo. Es bastante pequeña y está llena de retablos por toda la sala. Es la única iglesia que he visto en la que no se da misa, pues no hay sillas ni nada, solo los retablos, algunas tumbas y algunas esculturas. También se puede subir al coro donde tienen más esculturas. (No estaba permitido hacer fotos).

Por último, visitamos la Iglesia de San Gil. Está un poco más alejada de las anteriores, aunque sigue estando dentro del casco histórico.

Fuimos hasta ella porque entraba dentro de la pulsera turística y pensamos que sería importante. Sin embargo, a mi no me llamó nada la atención. Quizás fuera por la saturación que teníamos ya a esas horas del día, después de haber visitado tanto.

Era una iglesia bonita, sí, pero nada que ver con las anteriores, no me parecía uno de los cuatro sitios principales que hay que visitar en Burgos.

Tras esto y como teníamos todavía un largo viaje de vuelta, nos acercamos simplemente a ver la Plaza Mayor. Es una plaza enorme y muy bonita, con soportales. Es curioso que entramos a la plaza por encima del ayuntamiento y este tenía unos muros con las marcas de hasta dónde llegó el agua en dos inundaciones del río durante los siglos XIX y XX.

La plaza es de colores, rectangular y en el balcón del ayuntamiento tenían una cuenta atrás para el aniversario de la catedral, que sin duda es lo más conocido de Burgos.

Después de darle una vuelta a la plaza volvimos al coche. Sé que nos quedaron muchísimas cosas por ver, Burgos da mucho más de sí, pero teníamos muy poco tiempo y esto es lo que pudimos ver. Sin duda, repetiría, espero que pronto.

¡Gracias por leerme!

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