Si buscáis un lugar tranquilo en el que vivir momentos inolvidables con tus amigos, os recomiendo que vengáis a Burdeos. ¿Por qué Burdeos? No le deis más vueltas, en esta ciudad podréis disfrutar, ser felices y pasar unas veladas inigualables.
Empezaré hablándoos de un sitio que me encanta, ¡la Plaza de la Bourse! No tengo palabras para describir lo que me hizo sentir este lugar. Pero pude sentir algo especial mientras andaba sobre su espejo de agua con el aire acariciándome las mejillas mientras disfrutaba del anochecer. Para aquellos que seáis unos románticos y os guste esa sensación de vivir un momento único e inolvidable con los suyos, este es vuestro sitio, podréis sentir cómo el agua, el suave viento y el anochecer desprenden ese ambiente romántico.
Es tan único y especial que quien quiera que vaya dirá que se ha enamorado por primera vez en la vida... Yo sigo sin poder olvidar el sabor del helado que me comí en una de las cafeterías de la Plaza de la Bourse. La amabilidad, la sonrisa y la cálida acogida de los camareros de los restaurantes me obligaron a tener que volver de visita una vez más.
Ahora os hablaré de un sitio aún más especial, es precioso a la par que impresionante, os hablo del Château Carbonnieux. Todos saben que Burdeos es la ciudad más famosa en cuanto a la producción de vinos. Disponen de todo tipo de vinos, hay vinos que llevan décadas envejeciendo. El Château Carbonnieux es una de las fincas más famosas productoras de vino tinto y vino blanco. El nombre de "Carbonnieux" viene de una familia llamada «Carbonius» o Carbonnieu, que se encargó de desbrozar y cultivar las tierras de Léognan en el siglo XIII. En los archivos de Burdeos se menciona el nombre de un tal Ramon Carbonnieu, propietario de unos viñedos en 1234 en Léognan. Este hecho de origen medieval se confirmó gracias a un intercambio, que tuvo lugar el 2 de abril de 1292, entre dos monjes de la Abadía de la Santa Cruz de Burdeos. El Chateau Carnonnieux rojo es un clásico de Burdeos desde hace siglos. Es muy exigente en cuanto a calidad y su combinación dulce de vides son la respuesta a las exigencias de la región.
Es moderno a la par que tradicional, el proceso de vinificación de los vinos tintos comienza con una extracción lenta y suave con el objetivo de preservar la redondez y exquisitez del territorio. Los taninos están al nivel perfecto y están en perfecta armonía con los frutos rojos (grosella, mora y cereza) e incluso se puede apreciar el toque tostado que le otorga el reposo en las barricas de roble francés de alta calidad. Tan solo los mejores lotes de los que se degusten serán los elegidos para estar en el producto final de la cosecha del Château Carbonnieux rojo. Y con esta descripción os invito a que vengáis a pasar una velada en esta finca. Yo vine con mis amigos y pasé una velada de gala inolvidable. Los platos son maravillosos y sus vinos os dejarán en un estado de satisfacción absoluta.
Pero no olvidemos la Plaza de la Victoria, este lugar está lleno de vida y de gente. La imagen que le da al mundo es de bordeleses y bordelesas rebosantes de alegría, que trabajan con motivación y que acogen a los turistas con una gran sonrisa que jamás olvidaré. Sin duda alguna, es una de las plazas más animadas de la ciudad de Burdeos. Desde el 2000, las terrazas de los bares se han ido abriendo paso y tanto a los estudiantes como a los turistas les encanta ir a pasar un buen rato. Y este lugar no solo está lleno de vida, sino que también de ambiente: hay espectáculos, conciertos, mercados, manifestaciones, etc.
Por último, no me puedo ir sin hablaros de lo maravillosas que son las personas que viven en Burdeos. Son de lo más acogedores, risueños y generosos. Si vives rodeado de bordeleses y bordelesas te aseguro que te olvidarás de que no eres de allí. El cariño y amor que desprenden las familias que salen a pasearse por las calles de Burdeos compensaba por otra parte lo mucho que echaba de menos a mi familia.
¡Burdeos espera con una gran sonrisa a que vayáis a pasearos por sus calles! Burdeos merece la pena nada más que por esa plaza a la que podéis ir a pasar una velada de gala o simplemente a pasar el rato con los amigos y por todas las fincas que tiene, no os lo penséis más.
¡Nos vemos en Burdeos!
