Mi primer día en Burdeos

Mi primer día en Burdeos fue también el último en Madrid. Ese día me levanté a las 10. 00 de la mañana para preparar todo, incluso a mí mismo.

Mi novia durmió conmigo y toda mi familia estaba en casa y después de comer nos dirigimos al aeropuerto. La despedida fue lo peor. El avión despegó a las 15. 50 y no he vuelto a ver España desde entonces.

Fue un viaje muy corto y antes de las 17. 00 ya estaba en Burdeos. No lo podía creer.

Siguiendo las indicaciones de mi casero, en un santiamén llegué a mi nueva casa, no sin antes haber escuchado las primeras palabras en francés: “un euro con cuarenta céntimos” cuando monté en el autobús.

El mayor problema para llegar fue el cambio de autobús en la plaza Gambetta. Y claro, no me atrevía a preguntar a nadie por miedo a equivocarme y esas cosas…pero al final conseguí llegar.

Jean Pierre, mi casero me recibió y fue un poco difícil entendernos al principio, pero en seguida me enseñó mi habitación con una cama doble para mí sólo y para cuando mi novia viniera a visitarme.

El primero día no conocí a todos mis compañeros de piso, sólo a Xinih y a Cristián, una china y un alemán muy simpáticos. También vive con nosotros un marroquí que se llama Hamzah.

Un consejo para los siguientes estudiantes es que intentéis buscar un piso con extranjeros, para que sea mucho más rápido el choque con el francés. Después de una semana ya no tenía problemas. Si no, al final acabas hablando en tu lengua y tardas el doble en mejorar.

Continuando con mi primer día tengo que decir que eran ya las 19. 00 y no sabía que iba a cenar así que me bajé a buscar una tienda abierta para comprar un poco de pan y embutido.

La primera noche fue dura…Me acordaba un montón de mi familia y de mi novia. Simplemente cené sólo y me acosté. Tengo que reconocer que lloré un poquito.

Y ese fue mi primer día. Simplemente no tengáis miedo de salir de vuestro país. El comienzo es difícil pero luego consigues salir adelante, disfrutarlo todo y pasártelo genial. Todo lo que te acontece te hace madurar y aprender y son cosas que no te van a servir simplemente para tu estancia en el extranjero, sino para toda tu vida.