De Madrid a Burdeos por bus
¡Hola a todos! Espero que cada uno de ustedes se encuentre muy bien, ya dentro de dos meses va a pasar un año de uno de los viajes que realice para poder regresar a mi Rímini en Italia desde Perú para mi graduación, es así recordando esta fecha memorable y viendo mis fotos de aquel viaje hoy les quiero contar a lo largo de diferentes partes de aquel recorrido que tuve atravesar después de salir del Aeropuerto de Barajas en Madrid rumbo a la ruta en bus que realice pasando por Francia y finalmente Italia, seis destinos en una semana que me marco para poder realizarlo quizás más adelante nuevamente.
Así que sin más preámbulo ¡empecemos!
El viaje de vuelo de Lima a Madrid
Una de las primeras cosas que tuve que gestionar fue mi vuelo de solo ida desde Lima (Perú) hasta Madrid (España) el pasaje lo compré por primera vez con la compañía PlusUltra, esta iba a ser la primera vez que iba a usar los servicios de dicha compañía, con mi familia llegué al aeropuerto internacional Jorge Chavez en Lima para dirigirme después a realizar mi check in de maleta, el viaje fue tranquilo y era la primera vez que estaba tomando un vuelo sin hacer escalas para atravesar el océano rumbo a Europa, después de casi dos años y medio viviendo en Europa era la primera vez que iba a pasar por España.
Y no es que no haya tenido ganas de conocer este maravilloso país, de hecho tuvo algunos amigos que vivían en Madrid pero debido a la rapidez que yo mismo me exigí para poder llegar Rímini, no organice ningún itinerario de viaje o atractivos que debía de recorrer en Madrid, la única experiencia que pude tener dentro de ella fueron dos, primero la de conocer su aeropuerto y segundo la de conocer uno de los terminales de buses ya que había comprado en aquella oportunidad un pasaje de bus que partía aquella misma noche con destino a Burdeo en Francia bajo la compañía de Flixbus.
Esta si sería la segunda vez que recorriese Francia de hecho la primera vez que salí de Italia para ver otro país Europeo (Sin contar San Marino que se encuentra a una hora de Rímini) fue Francia donde estuve unas dos semanas paseando por diferentes ciudades y visitando nuevos amigos, este viaje era en forma solitaria, por lo que de alguna manera sin que uno lo espere llegué a conocer muy buenas personas con las que hasta ahora sigo en contacto.
Decidí no permanecer en Madrid por dos razones en especial, primero que pensé que para poder estar en la capital de España seguramente iba a necesitar de mínimo tres o cuatro días y segundo que cuando mis ojos vieron en el computador que había un precio de infarto para ir desde Madrid hasta Burdeos, no lo pensé dos veces y me deje llevar por la emoción.
El bus en aquella oportunidad me iba a costar menos de 15 euros (solo tramo de ida) por lo que ni corto ni perezoso lo reserve de manera inmediata, el tiempo de viaje iba a ser de unas ocho horas, partiendo desde las 20:40 y llegando a Burdeos al día siguiente a las 05:20.
El horario de salida estaba perfecto para mí ya que de esta manera podía ahorrarme un par de euros en quedarme en algún hospedaje sea en Burdeos como en Madrid y de paso que de dicha manera podía conocer un destino a donde no había estado antes: Burdeos.
Subiendo al bus de Flixbus
El inicio de viaje en bus fue sencillo, creo que para mí la parte más complicada solo fue poder ubicarme dentro del aeropuerto de Madrid para poder llegar hasta la estación de buses, para mi mala suerte yo no tenía aún internet en mi celular ya que habían sido casi unos seis meses viviendo en Perú y necesitaba primero regresar a Italia para reactivar mi número móvil italiano, de todas maneras pude encontrar el paradero de Flixbus en Madrid el cual por lo que me pude dar cuenta contaba con más de una estación.
Para subir al bus solo tenía que mostrar mi ticket de reserva por lo que lo pudo hacer sin ningún inconveniente, yo por lo general cuando viajo solo me gusta sentarme siempre para el lado de la ventana, para de esta manera poder apreciar el camino que estoy pasando. En este caso no fue la excepción y visto que la mayoría de asientos ya se encontraba lleno, me decidí sentar en la última fila del bus, ósea al fondo.
Allí entonces coloque mis cosas para relajarme escuchando un poco de música, visto que había internet gratuito en el bus me quede leyendo la información turística de las cosas y lugares que podía conocer en Burdeos en un solo día ya que a la noche siguiente debía de tomar otro bus desde Burdeos con dirección a Tolouse.
El ángel de mi viaje a Flixbus
Cuando me senté en la parte del fondo no pensé que llegaría a conocer a alguien con quien pudiera empezar a hablar de manera repentina durante más de la mitad del viaje, pues así fue ya que mientras estaba en el bus pude conocer a una estudiante de Grecia que estaba haciendo su Erasmus en Burdeos y esta era la primera vez que viajaba solo y lo había hecho visitando Madrid, su nombre era Constantina.
Constantina me enseñó todas las fotos que se había podido tomar en Madrid y de las cosas maravillosas que había podido ver en este viaje, de verdad que me había quedado con muchas ganas de poder ver Madrid, pero sé que tarde o temprano regresaré a España.
De todos modos aprovechando que ella ya vivía en Burdeos, me empezó a dar los tips de los lugares que podía conocer en Burdeos, y también de paso me ayudó en que pudiera dejar mi maleta grande en su cuarto, el cual era una residencia de estudiantes universitarios que se encontraba como a unos 25 minutos desde el paradero que bajamos de Burdeos.
Llegamos a eso de las cinco de la mañana a Burdeos, mientras al alba recién se estaba manifestando y con ello también al haber sido un día de semana se podía ver a diferentes personas que se habían ido de juerga por la ciudad, Constantina me guio en todo momento y me oriento de como podía hacer para tomar el tram para regresar en el centro después de que haya dejado mi maleta grande en su cuarto, de hecho fue un gesto que jamás olvidare y hasta ahora seguimos en contacto esperando que algún día me venga a visitar a Italia o Perú como también yo en Atenas en Grecia.
Las primeras impresiones de Burdeos
La primera impresión que me pudo dar la ciudad de Burdeos era el color de su arquitectura, sentía definitivamente que me encontraba en una ciudad francesa por la arquitectura que esta tenía además de la forma de sus espacios públicos que tenía, de verdad que había tenido mucha suerte de haber podido caminar con mi mochila ligera y ya no con la mochila, el cielo de marzo de Burdeos de aquella vez jugaba entre querer llover, entre el sol que quería salir y un aire fresco que pasaba.
Empezando a recorrer la ciudad de Burdeos
De hecho uno de los primeros lugares que pude visitar de acuerdo a las recomendaciones de Constantina fue una plaza donde se encontraba una estatua de una gran tortuga¸ al costado de un arco de la ciudad en medio de un lugar donde transitaban muchas personas. Era agradable poder pasear por estos caminos pero después de haberme tomado foto con la tortuga y de haberla enviado a mi familia de Perú para que supiera que había llegado sano y salvo a Europa, empecé a caminar por el borde de uno de los ríos de la ciudad.
Allí había un gran malecón donde las personas empezaron también a hacer deporte a plena hora de la mañana, eso es lo que me gusta de la vida europea que me da la impresión que una buena parte de la población es de ejercitarse mucho, recorriendo entonces por la parte del malecón de la ciudad llegué hasta uno de los monumentos que me llamó mucho la atención por su forma particular que se los muestro en la siguiente fotografía.
Para el lado del rio también pasaban pequeñas embarcaciones por donde me detuve en muchas ocasiones para poder observarlas además de ver algunos puentes que estaban en la ciudad y los monumentos que se encontraban al pie de ella.
Mientras las horas iban pasando muchas más personas empezaban a caminar a dicha hora, para recorrer el malecón conversar y hacer paseos en familia, el sol en aquel momento estaba ya saliendo pero igual no quemaba mucho.
Creo que no me podría equivocar en decir que la arquitectura de Burdeos se caracteriza por tener unos edificios altos con color de la materia prima de un forma natural de piedra, mientras en la parte superior se encuentra un color gris, muchas de sus calles también son empredadas como para poder dar la bienvenida a las temporadas de lluvia que pudieran suceder en cualquier momento.
Algo que me gusta de Francia son sus tipos de iglesias, siento que tienen todo un arte especial como si me recordaran la influencia gótica de algunas de las iglesias que he podido ver en Lima, pero eso no era lo único que se podía ver, de hecho también algunas pequeñas estructuras con unas columnas que me hacían recordar de alguna manera a alguna italiana o greca.
Fuera de la arquitectura una de las mejores cosas que pueden disfrutar de Burdeos en la impresionante vista que tiene su rio, un rio tranquilo y apacible, allí me quede buen tiempo en el lado del malecón hasta que me pude dar cuenta que en un extremo del malecón había un mercado callejero donde se ofrecía comida francesa e internacional, por otro lado también se podían ver a las personas que estaban comprando las cosas comunes que se pueden encontrar en el mercado tales como verduras, tubérculos, etc.
Uno de los puestos que me llamó la atención fue uno de comida del Libano, esto porque una gran amiga mía de la universidad de Rímini era de dicho país y había probado su comida hecha por su madre cuando ella regreso de su país. Mientras estaba en el mercado comiendo algunos productos franceses como los baguettes y crepes llegó lo que ya me estaba esperando que sucedería: la lluvia.
Las personas empezaron a poner toldos a sus negocias y la parte donde encontré el mercado que se encontraba repleto de personas de pronto empezó a reducirse de una manera considerable de personas, por lo que en aquel momento para mi buena suerte contaba con un paraguas que me había dado Constantina para poder poder protegerme de la lluvia, sin embargo las gotas y el viento fuerte de marzo empezaron a vibrar con fuerza en la ciudad.
El clima si que estaba verdaderamente loco ya que en cuestión de minutos esta lluvia intensa cambio radicalmente por un sol y un cielo azul intenso con su nubes blancas, como si nada hubiera pasado, aunque las consecuencias se notaban en la plaza en donde me encontraba ya que me puse al pie de un arco hasta esperar que la lluvia se acabará.
Si bien Burdeos tenía su propio estilo no puedo negar que me hizo recordar mucho de mi experiencia de estar antes en Francia, se sentía que estaba en dicho país y solo por las personas sino por su arquitectura, regresé entonces por el lado donde se encontraba la tortugay desde allí empecé a caminar hasta la zona donde pude constatar que había una ruleta y un obelisco con un adorno en la parte superior allí me quedé mirando atentamente para después seguir mi recorrido.
Este espacio público me recordó mucho a Paris ya que me hacia recordar los famosos parque de diversiones que había podido ver en mi primer viaje a Francia, el clima estaba nuevamente caluroso y con ella las personas junto con los niños que se encontraban en el parque para poder disfrutar de los juegos y golosinas que habían allí.
En dicho lugar ni corto ni perezoso me compré algunas golosinas que eran como una especie de nueces tostadas, ya había recorrido algo de Burdeos como para poder darme una idea de como era la vida aquí, así que me dirigí hasta la estación de la tram que Constantina me había sugerido que debía de llegar para regresar a la residencia de estudiantes, regresé sin ningún problema momento después donde Constantina, allí me quede conversando con ella casi una media hora o más sobre la vida y las cosas que tenían nuestros países en común, no pude dejar de darle las gracias infinitas por haberme ayudado con mi maleta y visto que tenía allí algunos dulces peruanos se los regalé como muestra de agradecimiento.
Desde allí entonces con mi maleta y con mi mochila en mano, me dirigí en dirección al paradero de buses de Flixbus para poder llegar rumbo a mi siguiente destino que era Toulouse, para ello ya una de mis amigas de la universidad me había comentado que había tenido la oportunidad de visitarlo y que se parecía mucho a Rímini, mientras Burdeos era blanca Toulouse era rosa iba a llegar con el bus a la medianoche y ya para ello había reservado la noche en un hostel que se encontraba como a una media hora caminando de la estación de Flixbus, pero todo ello ya será parte de mi siguiente historia.
¡Muchas gracias por leer este post! Y nos vemos en las siguiente aventura para contarle de mi siguiente destino que fue Toulouse ¡hasta la próxima!
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