Sofía, la capital búlgara
¡Hola a todos! En este post quiero hablaros sobre mi viaje más reciente a un país poco conocido, Bulgaria. Tengo que admitir que visité Sofía, su capital, con las expectativas muy bajas, pues antes de viajar allí, consulté algunos blogs y, aunque si hablaban de algunos lugares que visitar, no parecían ofrecer mucho entusiasmo acerca de la ciudad. Al llegar allí me llevé una gran sorpresa, no solo por los lugares tan interesantes que visitar, si no también por su historia. Pero vayamos por partes.
Sofia es una ciudad grande con una población de un millón de habitantes, por lo que dispone de una buena red de conexión de transporte público. No obstante, la mayoría de los lugares imprescindibles que visitar se concentran en la zona centro, que, aunque es grande, se puede recorrer a pie perfectamente. Si te organizas bien, en un día habrás podido visitar detenidamente los lugares más importantes de Sofia.
Tiene una característica que la hace diferente a otras capitales europeas, y es que tiene la montaña Vitosha a tan solo 40 minutos del centro de la ciudad. Por lo que la montaña nevada es perceptible desde el centro y especialmente desde una de las calles principales de Sofia, la calle Vitosha.
¿Qué debo saber antes de ir?
Bulgaria es un país que se ubica en la península de los Balcanes, aunque nunca llegó a formar parte de la antigua Yugoslavia.
Forma parte de la Unión Europea y no es necesario pasaporte, y mucho menos visado. Aunque no forma parte del Espacio Schengen, por lo que hay que pasar por un control de pasaportes en el aeropuerto. Pero como dije anteriormente, con presentar DNI si eres ciudadano de la UE, es suficiente.
El idioma oficial es el búlgaro, una lengua eslava. Lo más complicado de todo es que utilizan alfabeto cirílico. No obstante, en Sofia no tendrás muchos problemas relacionados el idioma y el alfabeto, pues está todo muy adaptado al inglés y la mayoría de gente lo habla.
La moneda que se utiliza es el lev. La equivalencia con el euro es el doble aproximadamente, es decir, 1 lev son 50 céntimos. Esto facilita mucho las cuentas y el cálculo mental. Sin duda, es uno de los países más baratos de todos los que he visitado. A lo largo de la ciudad hay muchas casas de cambio, recomiendo siempre visitar varias y que no están por las calles más céntricas, para comparar los cambios entre unas y otras.
Sofía cuenta con un aeropuerto que se encuentra a unos 20 minutos del centro de la ciudad, con vuelos directos desde las ciudades más importantes en Europa y compañías low cost, por lo que acceder a ella es bastante fácil y económico. ¡Un consejo! Mucho cuidado con los taxistas que esperan en la puerta es muy frecuente que intenten estafar. Lo normal es que por unos 10-15 levs os lleven al centro de la ciudad.
¿Qué visitar en Sofia?
Como dije anteriormente, los monumentos en Sofia están muy concentrados, pero especialmente alrededor del punto neurálgico de la ciudad, bulevar Knyaginya Maria Luiza. Este lugar me resulta muy interesante, pues reúne 5 templos diferentes dedicados a las religiones más mayoritarias en el mundo: cristianismo, islam y judaísmo, en un espacio muy pequeño. ¿Comenzamos?
Catedral de Sveta-Nedelya
Es uno de los edificios que más resalta debido a su tamaño y su belleza. Se trata de una catedral ortodoxa. Es difícil saber su construcción original, pues a lo largo de los años ha sufrido numerosas reconstrucciones. La última y la más importante sin duda alguna, fue a principios del siglo XX cuando pusieron una bomba dentro de la iglesia para intentar matar al rey Boris III.
Se puede acceder a su interior de forma gratuita, y sin duda alguna merece mucho la pena, pues está recubierta de iconos ortodoxos en colores brillantes y dorados, además de gozar de un amplio espacio.
Iglesia Sveta Petka Samardzhiiska
Esta iglesia se encuentra escondida en una de las paradas de metro más céntrica de la ciudad. Data del siglo XI durante la ocupación otomana de Bulgaria. Su fachada da un aire muy primitivo y curioso, si comparamos con otras iglesias de otros países de la misma época. Esto se debe a que el Imperio otomano no ofrecía ningún tipo de ayuda económica para construir templos que no fueran de la religión mayoritaria, el islam. Por ello está construida con piedras de diferentes tamaños, formas y colores. La razón por la que se encuentra en una estación de metro es porque el nivel del suelo era mucho más bajo en el pasado.
Junto a la iglesia podemos encontrar unas ruinas de la antigua ciudad Serdica, el nombre por el que era conocido Sofia durante la época romana.
Mezquita de Banya Bashi
Aunque el islam fue la religión mayoritaria por siglos, en la actualidad solo encontramos una mezquita en la ciudad. Destaca por su tamaño, si comparamos con el número de población islámica que hay en la ciudad, una minoría. Esto se debe a que la mezquita fue construida durante la ocupación otomana en el siglo XVI.
Existieron muchas más mezquitas en la ciudad, pero durante el comunismo fueron eliminados los elementos religiosos y reconvertidas en otros edificios.
Sinagoga de Sofía
Se encuentra fuera del bulevar, pero se puede divisar desde allí. Es la tercera más grande de Europa y fue construida a inicios del siglo XX para dar cabida a los miles de judíos que vivían en la ciudad. A pesar de su gran tamaño, la población judía es aún menor que la musulmana, ya que todos huyeron a Israel tras la Segunda Guerra Mundial.
Acerca de esto, hay un hecho histórico muy bonito que me gustaría contar aquí, sobre el importante papel que jugó el rey Boris III en esta contienda salvando a miles de judíos. Desde un primer momento Bulgaria se alió con Alemania, pues era un país débil que perdería la contienda. Lo que no sabía el rey, era las duras consecuencias que iba a tener que aceptar, mandar a todos sus judíos a los campos de concentración. Cuando esto llegó a oídos de la población búlgara, tomaron las calles e incluso altas autoridades eclesiásticas ortodoxas apoyaron la causa, lo que hizo que el rey intentara alargar lo máximo posible los plazos que Hitler le daba para mandar los judíos a los campos de concentración. Consiguió hacerlo hasta el final de la contienda, salvando la vida a miles de personas.
Estatua de Santa Sofía
Se encuentra justo en medio del bulevar y ocupa el espacio que años atrás ocupaba una estatua de Lenin. Realizada en metal negro que contraste con el dorado de algunas partes, ha sido motivo de controversia debido a los símbolos paganos que el autor decidió añadir a la estatua sin dar ninguna razón. Estos son la corona, el búho y la corona de laurel.
Plaza Nezavisimost
A un lateral del bulevar se encuentran los edificios gubernamentales pertenecientes al comunismo, justo frente a la estatua dónde antes se ubicaba Lenin. Su estética sigue la de este periodo, enormes edificios con muchísimas ventanas. Destaca el edificio que hoy acoge la asamblea nacional.
Estos edificios están construidos de forma que en su interior acogen patios. Y nuestra siguiente visita está dirigida a uno de ellos, pues esconde una de las atracciones turísticas más importante de Sofia.
Iglesia Sveti Georgi
Esta iglesia construida en ladrillo rojo y planta cilíndrica presume de ser la más antigua de la ciudad, datada en el siglo IV d.C. y construida sobre unos antiguos baños romanos.
En su interior se conservan unos frescos de la época en muy buen estado. La entrada es gratuita, aunque debo admitir que es un poco decepcionante ya que se ha convertido en una tienda de reliquias, más que en una iglesia.
Museo Regional de historia
El edificio de este museo es algo que merece la pena ver pues anteriormente fueron unos baños de aguas termales cuya estructura arquitectónica recuerda a los baños de Schezeny en Budapest.
Aún sigue habiendo aguas termales que podemos probarlas en una pequeña fuente que se ubica en un lateral del edificio. Son potables y la gente suele beber de allí porque se supone que son buenas para la salud, pero su olor y temperatura las hacen poco apetecibles, la verdad.
Galería de arte nacional
Este edificio imperial era el antiguo palacio real de los reyes búlgaros. En tonos amarillos y con un estilo neo barroco. La verdad que no visité su interior, pero es uno de los museos más importantes de Bulgaria.
Tras el antiguo palacio real podemos encontrar un parque que esconde otro de los edificios más bellos de la ciudad, en mi opinión.
Iglesia rusa
Esta pequeña iglesia ortodoxa no necesita tener un gran tamaño para deslumbrar, pues ya lo hace por si sola con sus techos en forma de bulbos y sus colores brillantes, destacando el dorado y el verde. Se construyó a inicios del siglo XX por mandato de la embajada rusa y para dicha población. Actualmente se siguen oficiando misas y es el único momento dónde se puede entrar a visitar.
Iglesia de Santa Sofía
Esta iglesia se encuentra junto a la famosa catedral de Alexander Nevsky, lo que hace que se vea eclipsada por esta. También porque su construcción es mucho más simple. Aún así es uno de los monumentos más antiguos e importantes de la ciudad ya que es dónde encontramos el origen del nombre actual de la ciudad.
Fue construida en los tiempos en los que Sofia era conocida por Serdica, y estaba ubicada a las afueras de la ciudad en una pequeña colina, por lo que se podía divisar claramente en la distancia, además de ser bastante llamativa ya que está construida en ladrillo rojo. Era la primera imagen que los viajeros obtenían de Serdica, la iglesia de Santa Sofia, por eso, con el paso del tiempo, acabo tomando este nombre.
Catedral de Alexander Nevsky
Es la principal atracción turística de la ciudad y de parada obligatoria. La segunda catedral ortodoxa más grande de los Balcanes y una de las más grandes de Europa. Es real que sus dimensiones interiores sobrecogen, sobre todo por la cantidad de espacio que resalta en las iglesias ortodoxas.
Destacan sus numerosas cúpulas en verde y la cúpula central recubierta en oro, recordando un poco a la arquitectura típica de los templos rusos.
El acceso al interior es gratuito, solamente hay que para 5 levs en el caso que quieras fotografiar el interior.
Recomendaciones gastronómicas
Como siempre que puedo, os dejo una lista de lugares dónde probar la comida típica búlgara.
Para desayunar:
Rainbow factory
Se encuentra en el centro de la ciudad y sirven desayunos típicos búlgaros, con queso feta, pisto de tomate y pimiento y pan, dulces típicos… los precios son muy bajos, el personal es muy amable y habla inglés. Única pega es que es un lugar muy pequeño por lo que necesitas ir con cierto tiempo de antelación.
Caffeteria
Se encuentra en pleno corazón de Sofía, frente a la estatua de Santa Sofía. Tiene vistas directas a la iglesia de Sveta-Nedelya. Una gran variedad sobre todo de batidos y zumos, pero también desayunos tanto dulces como salados, platos búlgaros, crepes, gofres, tartas deliciosas… destaca por su gran variedad y su buen precio.
Para comer o cenar:
Izbata tabern
Fue uno de mis favoritos. Típica taberna búlgara con platos deliciosos. Recomiendo sobre todo el queso con frutos rojos y los postres de yogur con miel y nueces y helado casero. El yogur tiene una consistencia muy cuajada que puede resultar extraña pero aún así está muy bueno. Se ubica por la zona de la iglesia rusa y es económico.
Pod Lipite
Se encuentra a las afueras del centro, pero merece la pena solo por la decoración y la pequeña casita dónde se haya. Cocina búlgara, también y comida muy deliciosa, con mucha más variedad que el anterior. La única pega es que el servicio es un poco lento.
Galería de fotos
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