Budapest, la joya del Danubio

Si una ciudad me ha sorprendido y enamorado de verdad, es la capital húngara. Viajé a Budapest, la ciudad conocida como la Perla del Danubio, a principios de junio, y fue un tour Budapest – Praga. Es un tour bastante típico, que también se suele combinar con Viena.

Para empezar, os comentaré que la moneda de Hungría es el Florín, y el cambio es el siguiente: 1€ = 326 florines húngaros, aproximadamente. Al principio, como siempre, resulta algo lioso (y más haciendo este tour, pues en Praga la moneda también es distinta), pero al final te acabas aclarando.

 

Nuestro tour

Os quería hablar un poco de como gestionamos el viaje, para todos aquellos que estéis en Polonia de Erasmus, o queráis ir desde allí, tengáis en cuenta mis consejos. Comenzamos el viaje volando desde el aeropuerto de Varsovia Chopin a Budapest, ya que era mucho más barato viajar a Budapest, que a Praga. Volamos con la compañía Wizzair, la duración del vuelo era de una media hora, aproximadamente, y su coste eran 24€ (se puede ir con autobús, el precio es de unos 15-20€, por lo cual nos pareció rentable pagar un poquito más y ahorrarnos las 15 h que se tardan en autobús).

Estuvimos allí dos noches, y al tercer día  cogimos un autobús por 16€ de Budapest a Praga, cuya duración fue de unas 8 horas y Praga-Varsovia, cuya duración fue de unas 12 horas y su coste fue de unos 20€. Ambos trayectos los hicimos con la compañía Flixbus.

 

Qué hacer

Antes de nada, para quienes no lo sepáis, Budapest está dividida en dos zonas: Buda y Pest, divididas por el río Danubio. Buda es la zona más histórica de la ciudad, caracterizada por albergar los edificios más señoriales, mientras que en Pest, la parte más moderna, se concentra la mayoría de la población. Os recomiendo alojaros en Pest, pues también alberga muchos de los monumentos más importantes de la ciudad, y los precios son más baratos.

Bien, nosotras nos alojamos en un apartamento en Pest (no recuerdo el nombre), a unos 20 minutos andando de la Plaza de los Héroes, uno de los lugares más importantes de la ciudad, en la cual podemos ver las figuras de diferentes personajes históricos con gran relevancia en el país. Así pues, nuestro tour empezó por la Avenida Andrassy, una de las calles más emblemáticas de la ciudad, que va desde la Ópera de Budapest a la Plaza de los Héroes. Es una Avenida inmensa por la que es muy agradable pasear.

La Ópera de Budapest constituye un precioso y famoso monumento de la capital húngara. Se trata de un conjunto neorrenacentista. Para entrar en la ópera, podéis hacerlo o bien por vuestra cuenta, o pagando un poquito más podréis hacer el tour guiado, cuya duración es de una hora y resulta muy interesante. El coste de la entrada para estudiantes era de unos 6€, y se realizan tours en español a las 15:00 y a las 16:00 horas, aunque igualmente os recomiendo preguntar e informaros bien. Por supuesto, para los fanáticos de la ópera, siempre podéis comprar la entrada a uno de los espectáculos que ofrecen.

Justo al lado de la Plaza de los Héroes encontramos una oficina de turismo, donde nos hablaron de la Budapest card, una tarjeta por la que pagas un precio determinado (varía según el tipo de tarjeta que quieras, si más días o menos, o depende de lo que quieras que incluya, ya que las actividades que ofrecía cada tarjeta eran distintas) que conforma un pase para visitar diferentes lugares de la ciudad.  Os lo cuento para que lo tengáis en cuenta cuando vayáis, porque puede que os salga más rentable visitar la ciudad así. Nosotros decidimos visitarla por nuestra cuenta. También, la compañía Civitatis, como en casi todas, sino todas las ciudades, realiza varios tours y visitas guiadas.

Cruzamos un puente desde la plaza y llegamos al Castillo de Vajdahunyad, un castillo bastante original, con diferentes estilos arquitectónicos (renacentista, gótico, románico, barroco, etc.), que te hacen parecer que estás en medio de un cuento. Se trata de una copia de un castillo de Rumania, llamado el Castillo de Hunyad (como veis, fueron muy originales). Este castillo está localizado en el Parque de la Ciudad. No esperábamos para nada dar con este sitio, ya que conocíamos la existencia de muchos de los puntos de interés de la ciudad, pero no sobre este castillo en concreto… Nos sorprendió muchísimo. Entramos y paseamos un buen rato por los patios del castillo (creo que se puede entrar pero si no tenéis mucho tiempo, es muy recomendable igualmente pasear por esta zona), y el inmenso parque. El exterior del Castillo está abierto durante todo el año las 24h, pero si queréis entrar en alguno de sus muchos edificios, abre a las 10:00, y cierra a las 16:00 de noviembre a marzo de martes a viernes, y a las 17:00 durante el resto de meses y todos los sábados y domingos. Importante: cierra los lunes.

Seguimos andando por la ciudad y nos topamos con los baños Széchenyi, que constituyen el balneario más grande de la ciudad y uno de los más grandes de toda Europa. Decidimos dedicar nuestra tarde a estar en este sitio, pagando unos 15€ , tratándose una tarifa con la que podías estar todo el día (el horario del balneario es de 6:00 a 22:00h). Aparte de las tres famosas piscinas descubiertas, que podréis ver o ya habréis visto si buscáis fotos sobre este sitio, dentro de las localizaciones hay muchas pisicnas más con distintos grados de temperatura, además de saunas a las que es posible acceder con el precio pagado. Además, hay otra serie de actividades, como masajes o saunas especiales, que tienen otro precio, por lo que os recomiendo informaros muy bien. Fue una desconexión increíble y una experiencia muy agradable.

En esta parte de Budapest, también podéis visitar la Sinagoga Judía de Budapest, que constituye la segunda más grande del mundo, tan solo superada en tamaño por la de Jerusalén. En el exterior podéis encontrar el cementerio judío. En los alrededores de la Sinagoga, se instauró durante la Segunda Guerra Mundial, el guetto judío, que pasó a ser un campo de concentración.

Al día siguiente hicimos un free tour por la mañana. En él, se incluían las visitas al Gran Salón de Mercado de Budapest o Mercado Central de Budapest, que constituye la plaza de mercado cubierta más grande de todo el país. Además de comprar comida y souvenirs, podéis comer en su interior. Vimos también el Parlamento, aunque solamente de lejos (posteriormente os hablaré de él), y cruzamos el Danubio a través del puente de las cadenas  para llegar a Buda. El Puente de las Cadenas constituye el puente más antiguo de la ciudad. Fecha en 1949, ya que tuvo el puente construido 100 años antes tuvo que ser reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial.

Al cruzar a la otra parte del río, subimos las escaleras (os las podéis ahorrar si cogéis el funicular por unos 2€, aunque a mi, personalmente, me gustó subirlas mientras contemplábamos las vistas) para ver el Castillo de Buda, la antigua residencia de los Reyes de Hungría, y estuvimos paseando por la zona, mientras nos explicaban la historia y algunas curiosidades sobre este monumento. El Castillo de Buda alberga los siguientes edificios: la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. También es posible visitar el Laberinto de Buda, en el exterior del castillo. Cada edificio tiene un coste de la entrada diferente.

En la colina de Buda pudimos admirar el Bastión de los Pescadores, un mirador de estilo neogótico y neorrománico desde que es posible contemplar Pest en todo su esplendor, compuesto por siete torres de estilo neorrománico y neogótico. Este monumento está localizado muy cerca de la Iglesia de San Matías, la iglesia católica, mayormente de estilo neogótico, más famosa de la ciudad, que ha albergado una serie de coronaciones y bodas reales a lo largo de la historia. Las vistas desde esta parte de la ciudad son increíbles. Hacía muchísimo calor, y eso nos hizo un poco duro en free tour, pero la verdad es que estuvo muy bien.

Al finalizar el free tour, fue cuando nos acercamos al Parlamento de  Budapest, ya que, aunque te explican parte de su historia en el free tour, es tan solo desde lejos. Se trata, como muchos sabréis, del mayor icono de la ciudad y uno de los parlamentos más grandes del mundo (en su día fue uno de los monumentos más grandes). En él podemos encontrar sus famosas escaleras, la Gran Cúpula y la Antigua Cámara Alta.

Si queréis entrar tenéis que reservarlo con tiempo ya que las entradas están muy solicitadas (no lo sabíamos y no pudimos entrar). Podéis reservarlas a través de internet. Se realizan tours español en varias horas del día. 

Justo al lado del Parlamento, a las orillas del Parlamento te encontrarás con los conocidos como los zapatos en el Danubio, que constituyen un homenaje a los judíos asesinados en la II guerra mundial.

 

Dónde salir

En la ciudad de Budapest debéis dejaros las discotecas atrás. Lo más conocido de la ciudad son los bares “en ruina”, que se distribuyen por toda la ciudad.

Szimpla Kert constituye el más famoso de ellos, no solo de Budapest, sino también se dice que del mundo. Se trata de un bar con diferentes espacios y ambientes, localizado en el barrio judío. Es totalmente un laberinto, con paredes llenas de pintadas, y muchos locales en lo que es el sitio, todos con sus peculiaridades. Aunque no os lo creáis, este lugar fue lo que me terminó de enamorar de la ciudad. Su decoración, la gente, el rollo que tiene… Es algo que hay que vivir. Y te dan ganas de hacerle fotos a absolutamente todo, en serio. Así que os recomiendo totalmente pasaros por  este sitio a tomaros una cerveza aunque sea (que por cierto, estaban riquísimas). Este bar está abierto desde las 12:00 hasta las 4:00h, por lo que podéis ir en cualquier momento del día, lo cual está bastante bien.

 

Tenéis también otros bares como el Doboz, el Ankert, o el Fogas Haz. Por la zona del Szimpla había bastantes. Nosotros es que contábamos con una amiga que ya había estado anteriormente, por lo que nos hizo de guía.

Cuándo ir

Bien, os he dicho anteriormente que nos hizo mucho calor cuando fuimos. No os podéis imaginar cuanto. Quisimos hacer este tour con buen tiempo, pero nos pasamos. Hacía un calor subliminal, y así el turismo se hace un poco pesado (que ojo, disfrutamos muchísimo igualmente). En los meses de invierno suele hacer mucho frío, así que yo os recomendaría ir en estaciones intermedias, ya sea a mediados de primavera, o a principios del otoño.

 

Espero que os haya gustado este post, y nos  vemos en el siguiente, que seguramente sea… ¡Adivinad!

¡Praga! Gracias por leerme.

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