Crecer durante y después del comunismo

Introducción

El comunismo sigue dando de qué hablar en Rumanía, incluso después de que hayan pasado más de 20 años desde que la gente se echara a las calles y empezara la mayor revolución de la historia de mi país. Una revolución que llevó a la ejecución del dictaron Ceausescu y su mujer, Elena. La generación de mis padres todavía habla de cómo eran las cosas en aquella época, durante los años del régimen comunista, e incluso los hay quienes se preguntan si hubiéramos llevado una vida mejor si todavía siguiéramos bajo un régimen comunista. Haber nacido bajo el régimen comunista y crecer al mismo tiempo que el país estaba renaciendo, es una experiencia que no mucha gente ha tenido la oportunidad de vivir. Crecí escuchando historias sobre el comunismo y cómo esto afectó a los destinos de mis padres, por eso me he propuesto compartir con todos vosotros algunos escenas de cómo era la vida en aquella época.

Empecemos por el año en el que nací...

1989

Este año fue de gran relevancia histórica para Rumanía: el comunismo estaba en la unidad de cuidados paliativos y la gente, cansada y frustrada ante la represión de un régimen liderado por un líder codicioso y dado a las extravagancias, ya no podía más. Antes del ascenso al poder de Ceausescu, se podría decir que a Rumanía no le había ido tan mal. En 1965, después de la muerte del primer presidente comunista, Gheorghe Gheoghiu Dej, Nicolae Ceausescu ascendió al poder tras haber ocupado unos años antes el puesto de Secretario de Estado. Se dice que fue el líder comunista más opresivo y dictatorial de toda la historia. Pero empecemos por el principio...

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Durante la presidencia de Gheorghe Gheoghiu Dej, las cosas fueron bien para Rumanía. Una de las mejores cosas que hizo por el país fue eliminar toda la deuda de Rumanía. Básicamente pagó toda la deuda que teníamos y la llevó a 0, pero eso supuso también un gran cambio para el país, uno de estos cambios fue el racionamiento de la comida. Sí, lo habéis oído bien. Mi madre me contaba historias de gente haciendo cola todos los días para recibir su ración de pan y carne. Por cada miembro de la familia se obtenía media barra de pan, 1 L de aceite y un 1 kg de carne al día. He llegado a oír historias de gente que se despertaba para hacer cola desde las 3 de la mañana.

El comunismo es un sistema político que tiene como objetivo el construir una sociedad sin clases sociales, sin propiedad privada en la mano de particulares y en el que solo puede existir un solo partido que clama a viva voz que toda la riqueza del país le pertenece al pueblo. Al menos así es sobre el papel, lo que debería ser y parte de este ideal se hizo realidad, por ejemplo que mis padres no pudieran poseer una casa a su nombre o un coche o abrir un negocio.

El día a día durante el régimen

Cosas que se veían durante el día a día:

• Por supuesto, colas para la comida cada día
• Cada semana se tenía acceso 2 o 3 veces al agua caliente en casa y tan solo durante 2 horas.
• Solo se permitían 2 horas de televisión al día, entre las 8 y 10 de la noche, y normalmente solo se emitían documentales sobre Ceausescu y su mujer.
• Nadie tenía pantalones vaqueros en Rumanía. Los vaqueros eran un lujo al que solo los más ricos tenían acceso. De hecho, muchos se hicieron ricos comerciando con vaqueros importados tras la caída del régimen comunista.
• Después de acabar los estudios en el instituto a cada persona se le asignaba un trabajo por repartición. Por ejemplo, a mi madre la enviaron a trabajar a una fábrica donde conoció a mi padre.
• Había fines de semana en los que solo se podía utilizar el coche si los números de tu matrícula eran pares y el resto de fines de semana si los números eran impares. Si te pillaban conduciendo con una matrícula con números incorrectos, podías acabar en la cárcel.
• Por supuesto, el aborto era ilegal y muchas personas tenían que hacerlo clandestinamente y las que eran pilladas in fraganti acababan en la cárcel.
• Las fronteras estaban cerradas y nadie podía salir del país, solo si tenías mucho dinero o un contacto. Y si conseguías salir del país solo podías ir a países de la Unión Soviética.
• El uso de gasolina estaba limitado a tan solo 20 L al mes. Pero tener un coche por aquellos tiempos era un lujo, en 1989, en Bucarest había 200 000 coches y ahora en 2016 hay un millón y medio. El mayor lujo era tener un Dacia, la famosa marca de coche nacida bajo los auspicios del régimen comunista.

Uno de los momentos más importantes de la historia del régimen comunista rumano fue cuando nuestro líder viajó en 1971 a Corea del Norte. A Ceausescu le gustaron tanto los principios y estilo de vida de este país que al volver a Rumanía intentó implementar las mismas costumbres que vio en Corea del Norte. De repente se empezaron a organizar grandes desfiles en la calle durante los días festivos. A mis padres les enseñaron a cantar canciones comunistas tradicionales y todo el mundo tenía que vestir el mismo uniforme. Todas las mañanas los alumnos tenían que cantar el mismo himno comunista para dar comienzo a las clases.

Cada vez que Ceausescu iba a otro país y le gustaba algo, volvía e intentaba hacer lo mismo en Rumanía solo que más grande y mejor. Por ejemplo, mandó construir la "Casa del Pueblo" o ''Casa Poporului'' en rumano, el segundo edificio más grande del mundo después del pentágono. En otra ocasión utilizó seis mil toneladas de dinamita para crear una carretera a través de una cadena de montañas que hoy en día se conoce como ''Transfagarasan'' y muchas otras excentricidades tan típicas de él.

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La revolución

Como ya he dicho, 1989 fue el año más importante para Rumanía. Nací en junio y la revolución empezó en diciembre. La gente no soportaba más las excentricidades de su líder y la completa privación de libertad dentro del país. Todo estaba limitado, desde la comida a la libertad de expresión. La gente estalló de exasperación y el 17 de diciembre de 1989 se empezó una manifestación en la ciudad de Timisoara. Mucha gente salió a la calle, gritó y lucho por un cambio, pero nada paso. Solo arrestos en masa de civiles inocentes. El 18 de diciembre, Nicolae Ceausescu voló a Irán para una visita de estado y, cuando volvió el 20 de diciembre, Ceausescu pidió al pueblo que se reuniera en la plaza más grande de Bucarest. La gente se enfureció tanto al escuchar las palabras de su líder que empezó a abuchearlo, la situación se fue de las manos y los militares empezaron a disparar al público. Ceausescu veía el final de su régimen y huyó en helicóptero para intentar escapar. Al día siguiente, el 21 de diciembre, el ministro de defensa, Vasile Milea, se suicidó y fue declarado como un traidor al régimen. Lo que consiguió fue que el ejercito cambiara de bando y ahora todo el mundo estaba en contra de Ceausescu y su mujer.

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La gente de todo el país se echó a las calles y empezó a protestar para capturar al dictador. Esta vez el movimiento popular dio sus frutos y se le arrestó a Ceausescu en una de sus propiedades en Targoviste. Inmediatamente fue escoltado por el ejercito para después llevarle a juicio. El 24 de diciembre, el día de Navidad, se celebró un juicio sumamente corto en el que se ejecutó a Ceausescu y a su mujer por crímenes de genocidio y por haber amasado unas cantidades de dinero colosales sin razón.

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Mi año, 1989

Nací el año de la revolución, el año en el que nuestro dictador fue ejecutado, el año en el que el régimen comunista fue derrocado y el año en el que el pueblo rumano luchó por su libertad. También fue mi año y sé que tengo mucha suerte de haber nacido bajo el régimen comunista. Hay mucha gente que no sabe lo que es nacer o vivir en un país en el que no hay libertad. Como me gusta decir, luché por mi propia libertad. Aunque fuera pequeña, ¡mis padres lo hicieron por mí!

Por eso estad siempre agradecidos de donde vengáis, vuestros orígenes harán de vosotros la persona que sois.

Después del comunismo

Poco a poco Rumanía empezó a crecer y a implementar modernidades. Por fin mis padres pudieron permitirse su primer apartamento, que todavía tienen en propiedad; las fronteras se abrieron y la gente pudo empezar a salir de Rumanía. Las importaciones de comida y otras cosas que nadie había probado en su vida, como zumos, cigarros, dulces, vaqueros y pañales dieron una nueva vida a Rumanía. Y sí, durante el comunismo no podías encontrar ni pañales ni tampones.

Ya han pasado casi 30 años desde la caída del comunismo y la generación de mis padres todavía habla sobre si hubiera sido mejor haber seguido con el régimen comunista; pero por aquel entonces simplemente lo odiaban demasiado. En cierto modo los entiendo, el estado de la economía rumana es deplorable; estamos embarrados de deuda y mucha gente joven no encuentra trabajo o tiene que contentarse con salarios denigrantes. La mayoría de gente con másteres o diplomas van al extranjero para labrarse un futuro digno.

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La vida en Rumanía es difícil. Por mucho que uno pueda encontrar muchas cosas, no siempre se tiene el dinero para permitírselo. Hemos tenido muchos presidentes que no han hecho nada más que ahogarnos en más deuda y sumirnos en un estilo de vida demasiado duro. Yo tampoco querría vivir en Rumanía en el futuro. No quiero acabar con un salario de 300 euros después de haber dedicado tanto tiempo y dinero en mi educación, preferiría fregar platos en Italia que quedarme aquí. La vida es dura, pero es la realidad. Por mucho que estemos en la Unión Europea, nada se ha hecho a nuestro favor; quizá lo único bueno es que podemos viajar a muchos países y eso...

Dios sabe lo que le depara a Rumanía, pero yo me mantengo optimista. Quizás dentro de 50 años las cosas empezarán a mejorar en Rumanía y por fin tendremos unos salarios como en el resto de Europa y una mayor calidad de vida. Entonces volveré a Rumanía, si todavía sigo viva. ¡Quizás la generación de mis hijos viva en una Rumanía digna!

¡Te deseo lo mejor, Rumanía!