Mi primera semana en Bruselas
Mi primera semana en Bruselas
Como supe con mucha antelación que venía a Bruselas, empecé a buscar habitación y encontré muchas opciones buenas. Un alojamiento en buenas condiciones cuesta de media unos 400-475 €, pero si te quedas más de cinco meses, no tendrás problema para encontrar algo bueno y por ese precio (o incluso menos). Sin embargo, para estancias más cortas (como la mía, que es de tres meses) es un poco más complicado.
Hay muchas plataformas online en las que puedes buscar alojamiento en Bélgica. Son de dos tipos: gratuitas y de pago, donde un porcentaje del precio total de la vivienda se lo queda la página por ayudarte a encontrarla. Entre las segundas destaca Spotahome. Yo no la utilicé porque tenía otras opciones en las que pude encontrar el alojamiento que mejor se adaptaba a mí. Sin embargo, esta página es una buena opción si no tienes mucha experiencia o tiempo para buscar. Es cien por cien fiable porque sus trabajadores visitan los alojamientos y te dicen qué ventajas e inconvenientes tienen. Además, se aseguran de que lo que pagas no es una estafa. Otra página web parecida es HousingAnywhere que, en mi opinión, tiene más ofertas y con precios más asequibles.
Aparte de estas dos páginas, hay muchas más en Internet donde podrás encontrar alojamiento. Lo que recomiendo es echar un vistazo a las páginas de Facebook "Bxl à louer" y "Wonen in Brussels". Ponen anuncios a diario. Normalmente encontrarás más opciones que en páginas como MyKot, Appartager.be, Immoweb.be, BruKot, Expat.com o Nestpick.
Mi experiencia no fue muy buena, ya que me vi sola en Bruselas, sin dinero y sin casa. Si te ocurre lo mismo, la única opción es (si tienes dinero suficiente) que busques otro alojamiento. Si no lo encuentras ese mismo día (que es lo más probable), puedes irte a un hostal. Normalmente no son muy caros, pero te recomiendo que mires las opiniones que dan sobre ellos antes de decidirte, ya que por el mismo precio puedes encontrarte alojamientos con calidades muy diferentes.
Yo pasé cuatro días en un hostal. Como tenía pocos recursos, poco tiempo y sabía que mi estancia en Bruselas iba a ser breve, escogí una habitación compartida en Schauerbeek. Lo bueno era que estaba cerca del transporte público, así que podía llegar hasta el lugar donde hacía mis prácticas en apenas 20 minutos.
Conociendo la ciudad
El primer lugar que descubrí en Bruselas fue la estación. Tiene todo lo que puedas necesitar. Mi vuelo desde Roma hasta Bruselas aterrizó en el aeropuerto de Charleroi. Después tuve que coger un bus lanzadera hasta el centro de la ciudad que costaba unos 20 €. Desde Charleroi hasta Bruselas solo se tarda una hora en autobús.
En aquel primer día sentí mucha curiosidad por descubrir cómo funcionaba todo en aquel país, en especial porque usan la misma moneda que en Italia. En anteriores viajes fui a Rumanía (donde usan el lei), a Inglaterra (donde tienen libras) y a Dinamarca (donde hay coronas danesas). Me pasaba todo el tiempo haciendo cálculos y comparando los precios y los diferentes estilos de vida de cada uno de estos países repecto al mío. Los precios no son muy distintos, pero algunos productos sí son un poco más caros. No creo que haya mucha diferencia de precios entre Roma y Bruselas, dos de las grandes ciudades. En ambas hay muchos sitios buenos y baratos donde puedes comer o comprar lo que necesites. Uno de los puntos fuertes de esta ciudad es su multiculturalidad. Se aprecia que es un conjunto de culturas y tradiciones que, unidas, han dado lugar a esta maravillosa ciudad.
Durante mis primeros días en Bélgica, aproveché mi tiempo libre (porque no sabía si iba a encontrar otro alojamiento) para conocer la ciudad. Caminaba sin rumbo fijo y veía sitios preciosos. Mientras que Roma tiene edificios antiguos, Bruselas combina estilos clásicos y modernos. Lo que verdaderamente merece la pena visitar son las tiendas de chocolate porque forman parte de la cultura de la ciudad. Los pralinés belgas son muy famosos y los hacen de todas las formas y colores. En uno de mis paseos encontré el lugar donde nacieron estos dulces, que fueron inventados por Jean Jr. Neuhaus en1912.
Tras visitar la ciudad, no pude evitar hacer un descanso y probar los gofres belgas. Huelen muy bien y los adornan añadiéndoles fruta, nata y dulces de colores. Escogí uno que llevaba plátano y nata, pero la próxima vez escogeré algo más sencillo porque la nata era demasiado para mí, aunque mucha gente prefiera este gofre precisamente porque lleva este ingrediente.
Mi hostal estaba en un barrio muy multicultural. Era sencillo encontrar un lugar donde comer algo por poco dinero. En primer lugar, probé un restaurante de comida rápida tradicional en el que había productos muy ricos y más baratos que en las grandes cadenas. También comí tacos y un kebab con falafel, pero lo mejor fue el bocadillo hecho con pan de baguette, pollo o jamón y verduras.
Cuando por fin encontré un lugar donde quedarme, compré el abono mensual de transporte para viajar gratis por la ciudad. Las diferentes zonas están muy bien conectadas y puedes desplazarte fácilmente de una parte de Bruselas a otra. Incluso los domingos es posible viajar en transporte público por la ciudad porque pasa con bastante frecuencia y es puntual. Además, en el metro hay unos paneles digitales que te dicen en qué estación está parado el tren en cada momento.
En mi opinión, la mejor época para visitar Bruselas es en primavera porque hay muchos jardines preciosos con increíbles combinaciones de flores de todos los colores.
Pasé mis primeras semanas allí descubriendo la ciudad a pie y, a veces, te sorprenderá ver que, en apenas pocos minutos, puedes ir de una zona a otra completamente diferente.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: My first week in Brussels
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