Brujas, la belleza medieval congelada en el tiempo

Como estoy de Erasmus en Holanda, este fin de semana he tenido la oportunidad de hacerme un viaje por Belgica con mis amigos de la resi. Seguro que has oído hablar de Brujas como una de las ciudades más bellas de Europa. Esa que no puedes dejar de visitar en Bélgica. Hoy vengo a contarte cómo es relamente, mis impresiones y a desmentirte un poco ese mito.

A veces ocurre que llevas las expectativas muy altas sobre un lugar, una película o un libro, y cuando lo ves o lo lees por ti mismo, piensas que no es para tanto. Creo que me pasó un poco esto con Brujas.

Brujas es una ciudad medieval pequeña situada en la zona flamenca de Bélgica (Belgica tiene dos zonas: la francófona, Balonia; y la flamenca, los Flandes) por lo que aquí hablan dutch, neerlandés.

Tiene un casco antiguo gótico muy chulo, con callejuelas pequeñas llenas de encanto. Dos de las plazas más bonitas que nos encontramos fueron: en primer lugar, Grote Markt, la plaza mayor. Los edificios que la rodean son muy emblemáticos y maravillantes casi todos declarados Patrimonio de la humanidad. Tiene un montón de cafés, restaurantes ideales para comer o cenar y por supuesto, gofres, deliciosos y súper típicos de Bélgica. El olor que desprenden las chocolaterías y gofrerías hará inevitable que te compres algo.

En esta plaza se encuentra la torre Belfort, un campanario medieval altísimo al que solo se puede acceder subiendo a pie los 365 escalones en espiral de su interior. Su entrada es de pago, pero las vistas desde arriba son la mejor panorámica de Brujas y merecen mucho la pena.

La otra plaza con muchísimo encanto que nos encontramos fue la plaza Burg. Todos sus edificios son impresionantes y encantadores, que teletransportan a otra época. Entre ellos se encuentra el antiguo Ayuntamiento, en neerlandés Stadhuis, y la Basílica de la Santa Sangre. No entramos a ninguno de ellos por falta de tiempo, pero dicen que ambas visitas merecen la pena.

Paseando por sus callejuelas nos encontramos con una cola de gente enorme entrando a una iglesia. Descubrimos después que se trataba de Onze Lieve Vrouwekerk, la Iglesia gótica de Nuestra Señora, la más famosa de Brujas por albergar en su interior una estatua de Miguel Ángel, la Madonna con niño en brazos.

Lo mejor de Brujas es perderse sin mapa y callejear sin rumbo. Lo que me impresionó desde luego es que no tiene tantos canales como me esperaba, no es desde luego como Venecia ni como Amsterdam. Tiene algún que otro canal, yo vi dos o tres, que casi te parecen pequeños riachuelos, y crucé dos puentes. Aún así, por ellos transitan unos barquitos que se pueden coger para dar un paseo por la ciudad. Yo no lo hice, pero seguro que si lo hacéis vereis más canales y lugares con encanto que los que llegué a ver yo.

En conclusión, está claro que la ciudad tiene encanto, es muy medieval y recogida y tiene cierta magia (sobre todo de noche), pero es lo suficientemente pequeña para terminar aburriendo a cualquiera al cabo de medio día allí.