Día 10 en Nueva York: atardecer en Brooklyn Heights

¡Hola otra vez y bienvenidos a mi blog! Hoy toca continuar contando lo que hice en este décimo día en Nueva York, y es que después de estar callejeando un poco por Brooklyn puse rumbo a la que sin duda es mi parte favorita del distrito: Brooklyn Heights.

Brooklyn Heights es un pequeño barrio residencial en el que la mayoría de casas son del estilo “bronwstones”, que son casitas bajas de colores marrones y rojos. La verdad es que el conjunto de casas todas del mismo estilo le dan un toque súper especial al barrio. Por aquí os dejo un par de fotillos:

La verdad es que no hay un recorrido específico para visitar esta zona, ya que lo interesante es perderse por las callejuelas e ir viendo un poquito el barrio. He de confesar que nada más llegar busqué un sitio para comer porque me moría de hambre y hacía muchísimo frío. No encontré mucho, así que acabé en un Starbucks.

Este Starbucks estaba en la calle llamada Montague Street, que es la calle en la que se encuentran la mayoría de restaurantes y cafeterías. Aquí comí tranquilamente el bocadillo que llevaba de casa acompañado de un café que me ayudó a  entrar en calor para poder seguir visitando el barrio.

En cuanto a las cosas que hay que ver sí o sí en este barrio, os recomendaría empezar por la zona más auténtica de Brooklyn Heights, donde se empezó a construir el barrio y aún conserva las casas más antiguas de la zona. Esto se encuentra por la zona de la calle Willow Street, donde se puede ver una famosa casa de madera muy mona. Desde allí ya puedes empezar a callejear para ir viendo el resto del barrio, que a mí, como ya os he adelantado, me encantó. 

Otra cosa que hay que visitar es la iglesia llamada Plymouth Church, que es una inglesia con muchísima importancia. Esto es así porque esta iglesia se convirtió en un refugio para aquellos esclavos que intentaban escapar de la esclavitud y llegar a las zonas libres.

Otra parte que me gustó mucho fue la llamada Grace Court Alley, que es un callejón muy mono que merece la pena pararse a ver. Finalmente, si sigues por la calle en la que se encuentra este sitio se llega al la Joralemon Street, que es una de las calles más famosas de Brooklyn Heights y hay que dedicarle un momento. Algo curioso es que en esta calle hay un edificio que es falso y que simplemente es un cartel pintado a modo de fachada para disimular lo que hay detrás, que tengo entendido que son zonas de ventilación... Esto lo hicieron para no perder el aspecto especial del barrio con todas las casitas iguales. 

Finalmente, hay una zona de calles que tienen nombre de frutas, y la llamada Pineapple Street acaba en una placita que me gustó mucho. Con motivo de la Navidad (y eso que ya ha terminado…) había un árbol de Navidad súper mono y no pude evitar hacerle una fotillo:

Desde aquí se puede empezar a andar por la llamada Brooklyn Heights Promenade, que es una especie de paseo marítimo pero al lado del East River. Aquí os dejo una foto del mismo para que lo podáis ver:

Este paseo es una pasarela elevada y desde allí se tienen unas vistas muy chulas de Manhattan y del puente de Brooklyn. De hecho, es un sitio súper chulo para ver todo el skyline y por aquí os dejo una foto:

Sin embargo, estas no fueron mis vistas favoritas del día, ya que después de pasear por aquí decidí bajar a la parte de abajo, que es otro paseo que caba en el llamado Brooklyn Bridge Park. Aquí es donde realmente me alucinaron las vistas, y de hecho, estuve esperando un buen rato para ver aquí la puesta de sol, algo que me habían recomendado.

A pesar de que como podéis apreciar en las fotos anteriores no había mucho sol y no pude ver mucha puesta de sol que se diga... La espera mereció la pena. Pasé un poquito de frío pero pude ver cómo se iba haciendo de noche y cómo iba cambiando el paisaje.

La verdad es que las vistas son realmente alucinantes y si queréis una recomendación sobre dónde ver el atardecer en Nueva York, yo os diría que este es el sitio perfecto (junto al Pier 15, que es el sitio que está justo enfrente en la parte de Manhattan sobre el cual ya os hablé en un post de hace unos días).

Aquí me tiré un buen rato y pude hacer varias fotos. Ahora os dejo las que hice cuando aún era de día y se veía un poco de luz:

A continuación os dejo por aquí las fotos que hice del mismo sitio cuando se había ido un poco la luz y empezaron a encender las luces de los edificios, ya que me parece que quedaron súper chulas:

Como datos interesantes, cabe destacar que desde esta zona se puede coger un ferry que te lleva a la isla llamada Governors Island, que a mi se me ha quedado pendiente en este viaje pero seguro que la próxima ver que venga la visito, porque me han hablado muy bien de ella.

Pues bien, después de esto decidí volver al puente de Brooklyn en el que ya había estado una mañana, para verlo esta vez de noche. Antes de hablar de eso quiero destacar que de camino pude ver este sitio que me pareció monísimo y que por eso os dejo una foto por aquí:

Pues bien, como ya os he dicho decidí volver a cruzar el puente de Brooklyn, y tengo que decir que es súper recomendable, ya que cambia muchísimo de verlo por el día a verlo cuando ya es de noche… Se ve toda la ciudad iluminada y el puente también lo iluminan, por lo que da una sensación alucinante.

Desde luego que no me equivoqué al decidir volver al puente este día, ya que las vistas que tuve me parecieron increíbles. Por eso me veo obligada a dejar por aquí alguna fotillo:

Pues bien, después de cruzar el puente estuve pensando qué hacer, ya que tenía muchísimas ganas de ir a un espectáculo de jazz que me habían recomendado.

Una amiga mía que estuvo estudiando en Nueva York el año pasado me contó que tenía que ir sí o sí a The Back Room a ver un espectáculo de jazz, ya que según ella merece muchísimo la pena y es uno de los sitios más auténticos de Nueva York. De hecho, el The Back Room es uno de los dos únicos lugares que existieron durante los años de la Prohibición o Ley Seca, y que a día de hoy siguen existiendo. Ya os hablé de esto de la etapa de la Prohibición en el post que escribí sobre Harlem (que si no habéis leído ya estáis tardando...), pero como resumen os cuento que fue una época en la que se prohibió cualquier venta de alchohol.

Este espectáculo de jazz tiene lugar únicamente los lunes a las siete y media de la tarde, y al final no fui porque no quería volver muy tarde a casa… Así que, como siempre digo, otra de las cosas que tengo que apuntar en la lista de razones para volver a Nueva York (y esta es una razón muy importante).

Como no fui a lo del jazz, la otra opción era pasear un poco por Manhattan de noche después de haber cruzado el puente. Tras esto me fui a casa a descansar para el próximo día, que por desgracia, ya es el último...

Por tanto, mañana me tocará escribir el último post de Nueva York e intentaré que sea interesante, así que no os lo perdáis y como siempre digo… ¡Nos leemos en el próximo post!

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