Wroclaw en un día

Ya les he hablado un poco de mis navidades. También les comenté que Polonia es un país con muchas ciudades hermosas y de fácil acceso. Pues el segundo día del año recordamos este hecho y decidimos que era un buen momento para ir a Wroclaw. y he aquí el resultado.

Quiero empezar diciendo que no era el mejor momento para ir porque, de todo el tiempo que tuvimos para elegir, decidimos ir el día más frío de todo el invierno. Estuvimos todo el tiempo debajo de los 10 grados, el suelo estaba resbaladizo y la nieve caía sin parar. Aún así, disfrutamos mucho de la ciudad, porque es una ciudad disfrutable en cualquier momento.

Fuimos en tren, porque salía muy económico y era mucho más rápido. Creo que pagamos alrededor de 40 zl (un poco menos de 10 EUR) para ir y venir, y el viaje duró alrededor de 3 horas. Llegamos un domingo soleado a un pueblo fantasma -llegamos a las 10:30 y, por el frío, no había 

mucha gente en la calle-. Era muy tarde para tomar el Free Walking Tour del Old Town, que me hubiese gustado muchísimo hacer; así que caminamos con toda la calma del mundo desde la estación hasta el centro; nos tomamos nuestro tiempo para sacar fotos de los edificos, de la nieve y, por supuesto, de los adorables enanitos que se encuentran por toda la ciudad.

Había también un Special Free Walking Tour de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Pero, al llegar al punto de encuentro, hacía tanto frío que el guía -un poquito pedante y no muy gracioso- sugirió acertadamente ir al Museo de Historia de la ciudad porque era un sitio caliente e interesante. Creo que fue la mejor decisión porque no morimos congelados y al mismo tiempo aprendimos un par de cosas de la historia del sitio en el que estábamos -que tiene bastante-. Recorrer el museo con una persona que nos resumiera lo más importante y contara anécdotas interesantes fue una experiencia muy distinta a lo que hubiese sido haciéndolo solos -probablemente ni siquiera habríamos entrado-. El edificio fue el Palacio de la ciudad cuando esta fue capital de Prusia. Wroclaw cambió de manos muchas veces durante su historoa -chechos, alemanes, rusos, polacos- y todas las culturas dejaron su huella en la ciudad; esta es una de las razones por las cuales Wroclaw es Capital de la Cultura Europea en el 2016.

Al terminar el recorrido por el museo dimos algunas vueltas hasta que se hizo la hora del tour nocturno -sí, con ese frío hicimos el tour nocturno- que fue una mezcla de Old Town con Judío. Visitamos la sinagoga, vimos el hotel con las luces de neón

 -que fue un símbolo de la resistencia contra el régimen comunista-, escuchamos la historia de las tres plazas del centro y del puesto de flores que está ahí durante todo el año -flores verdaderas, incluso en invierno- fuimos a los puentes -Wroclaw es la tercera ciudad con más puentes en Europa- que son preciosos pero muy fríos, vimos cómo encendían las lámparas de aceite al old way y terminamos en la genial Catedral de la ciudad. Por supuesto, durante todo el camino escuchamos historias muy locales, como la del verdadero origen de los enanos, que son la representación de un grupo de jóvenes estudiantes que resisitió al régimen comunista desde la creatividad: regalando papel higiénico en la calle o haciendo marchas de gente disfrazada de enanos. Ahora, los enanitos son un símbolo turístico muy importante en la ciudad y cada vez se incrementa su número, pues los negocios tratan de atraer a la gente colocando estatuillas cerca de sus tiendas.

Como teníamos mucho tiempo hasta que saliera el tren, fuimos a un bar -les debo el nombre- donde todo podías comprar snacks por 5 zl. Eso sí, es una lotería. Recuerdo que mis amigos pidieron el pollo con gelatina y era, literal, una gelatina con pedacitos de pollo dentro. Las salchichas estaban muy bien y recuerdo que el café estaba delicioso. Lo más importante es que estaba abierto hasta las 5 de la mañana, y pudimos esperar nuestro tren en un sitio calentito y con comida.

Fue un día muy bonito en buena compañía pero el clima y el tiempo no nos permitieron disfrutarlo plenamente. Wroclaw no es una ciudad muy grande pero yo recomendaría pasar una noche allí; dos días es más que suficiente para recorrerla entera. 

Mi impresión general es que es una ciudad muy regia, con mucha, mucha historia a sus espaldas pero que, a pesar de haber pasado de mano en mano en estos últimos siglos, sigue manteniendo su romanticismo y su ensueño.

Es muy parecida a Cracovia pero con un no se qué que la hace diferente. Estoy segura de que nos volveremos a encontrar.