Bolivia parte I: la frontera entre el Perú y Copacabana

¡Hola a todos! Espero que se encuentren muy bien y aprovechando que ya estamos casi en Semana Santa hoy quiero contarles uno de los viajes más increíbles que pude haber hecho en mi vida.

¿Recuerdan que les hable de mi viaje a Puno, al lago más alto del mundo que se comparte entre Perú y Bolivia? Pues hoy quiero contarles todos los detalles que viví en las tierras del altiplano donde conocí muchísimos lugares que atesoro en mi corazón y que enriquecieron mi manera de ver la vida, pues este viaje lo hice solo con mi mochila viajera que me acompaña siempre en casi todos mis recorridos a lo largo y ancho del mundo.

Los orígenes de querer viajar a Bolivia

Mis ganas de viajar a Bolivia comenzaron básicamente porque una vez hospedando a uno de los tantos viajeros que recibí en Lima haciendo Couchsurfing me mostraron unas imágenes increíbles de un lugar que quedaba en Bolivia desde ese preciso momento supe que tenía que conocer este maravilloso país: Bolivia.

Así poco a poco empecé a averiguar información y esperar con ansias que llegará mi aventura a esta país maravilloso que también los invito a que lo conozcan ya que encierra muchas cosas espectaculares. El principal motor de mi viaje fue “el Salar de Uyuni” uno de los lugares más increíbles y naturales que la naturaleza ha podido realizar a través de millones de años. En este viaje recorrí algunas ciudades de Bolivia y me dejé llevar por la corriente por este instinto de querer conocer cosas nuevas y sorprenderme sin tener muchas expectativas. Yo solo sabía que quería llegar a Uyuni y de allí iba a seguir avanzando hasta donde pudiera en mis casi dos semanas de viaje al país de la Virgen de Copacabana.

En todo mi recorrido a Bolivia pude conocer las ciudades de Copacabana, La Paz, Sucre, Santa Cruz, Cochabamba y por supuesto el Salar de Uyuni ¡mi favorito!

Por otro lado les cuento, queridos amigos, que mi presupuesto no excedió de 1500 soles incluido mis pasajes aéreos desde Lima a Juliaca, y mi estadía de dos noches en Puno más el resto de días en Bolivia, yo me fui ¡a la aventura! Me fui a mochilear y ya había tenido algo de experiencia mochileando un poco en mi viajes al norte del Perú y en Cuzco así que estaba surtidaso y “bautizado” como decimos en Perú para iniciar mi aventura a Bolivia.

Recuerdo también que mi viaje empezó un primero de enero del 2013, el 31 de Diciembre la pasé en mi ciudad en la playa con algunos amigos de mi universidad y al día siguiente salía desde mi casa de San Martín de Porres rumbo al aeropuerto de Lima el Jorge Chávez. Para llegar al aeropuerto no tomé ningún taxi, simplemente desde que salí de mi casa empecé a minimizar y reducir cada uno de mis costos a pesar que un taxi desde mi casa al aeropuerto no me hubiera costado más de 10 soles dejándome fuera del aeropuerto, yo me fui con las combis que van rumbo al aeropuerto por solo un sol, tomé mi vuelo rumbo a Juliaca con la aerolínea Lan Perú y desde Juliaca tome un bus que me llevara a Puno ciudad.

En la ciudad de Puno recorrí el centro de la ciudad y al día siguiente como ya les conté en otras publicaciones, me dirigí a las islas de Uros y Taquile donde se encuentran los mejores tejedores del Perú declarados por la Unesco patrimonio inmaterial de la Humanidad.

Luego de recorrer las islas de Taquile y de haberme encontrado un hospedaje en Puno re contra económico, me levanté tempranísimo casi a eso de las seis de la mañana para poder cruzar frontera rumbo a Bolivia ¡estaba bastante emocionado de que ya tenía que conocer un nuevo país! Y es que me encanta muchísimo reconocer esos acentos que tenemos cada uno al hablar el español y creo que ahora ya puedo reconocer a los Bolivianos cuando los escuchó.

¿Cómo llegué a cruzar la frontera del Perú y Bolivia?

Lo primero que pude recorrer en esta aventura boliviana fue el lago Titicaca. Desde la ciudad peruana de Puno crucé frontera a través de un ferri para poder llegar a Copacabana, al cruzar la frontera tuve que adelantar una hora más ya que Bolivia está localizado prácticamente en el corazón de Sudamérica junto a Paraguay.

Esta era la primera vez que cruzaba frontera por tierra así que les cuento que también, era la primera vez que veía como se hacía estos trámites que antes desconocía totalmente ya que mis únicos viajes al extranjero hasta ese entonces habían sido solo por avión a Estados Unidos en Aspen Colorado donde estuve tres meses en temporada de invierno y la capital de Chile la ciudad de Santiago donde estuve una semana.

Justo cuando nos hicieron bajar del carro en el tramo de la frontera pude encontrar una escultura que decía “Perú” allí le tome una foto para recordarla y en verdad les cuento que tome muchísimas fotos de mi viaje a Bolivia pero hoy la mayoría de ellas se han eliminado de mi computadora que está en Lima así que solo puedo mostrarles aquí las que he podido rescatar que están en mi Facebook.

Bueno, queridos amigos aquí les muestro el monumento o no sé llamarlo monumento o mejor dicho digamos las palabras Perú que me indicaban que ya me estaba separando de mi maravilloso país para empezar a recorrer y conocer al hermano país de Bolivia.

La Marca Perú en el límite del país que me vio nacer

Aprovecho esta oportunidad para hacerle campaña también a mi país ya que la marca Perú ha sido una de las más exitosas en la región y no es que menosprecie los trabajos muy interesantes que se hicieron por ejemplo en Colombia con su marca país “el riesgo es que te quieras quedar” pero la marca de mi país fue una de las campañas de marketing más exitosas que se han dado hasta el momento dentro de Sudamérica. Para quienes no conocen Perú les contare que la “P” tiene un movimiento helicoidal y representa a parte de las líneas de nazca por ejemplo, unas de las líneas más antiguas y misteriosas que el hombre peruano ha podido ofrecer al mundo entero, representa no solo ello sino también a muchas otras más ya que el Perú no es solo Machupicchu ni Cuzco, el Perú es un país mega diverso y tenemos diferentes rincones y destinos para todos los gustos, el Perú no son solo solos incas ¡No! El Perú tuvo muchas otras culturas más, mis queridos amigos, el Perú tuvo a los Huari, a los Chinchas, a los Chimus, a los Nazcas, a los Chachapoyas, a los Huancas, a los Mochicas, a los Paracas, a los Tiahuanaco que compartimos junto con Bolivia y mucho, muchísimos otros más ¿se nota que amo a mi país? ¡Intensamente!

Por otro lado y ya para dejarlos tranquilos con mi país y continuar con Bolivia, les cuento que la forma en como está escrita la “P” de Perú es que somos un país en constante movimiento, un país que mira al pasado, presente y futuro y el color rojo ¡claro esta! Representa al maravilloso rojo que forma parte de la bandera del Perú en honor a todos los peruanos y peruanas que han dado su vida para crear de esta tierra un país libre e independiente.

Cuando pasen por la frontera tómense una foto con la Marca Perú para el recuerdo, creo que es la única en mi país de dicho tamaño al menos el que he visto yo hasta el momento, de todas maneras el paisaje también la ameritaba así que lo pude atesorar para poder compartirlo con cada uno de ustedes.

¡Muéstrame tus papeles, chico!

Como les estaba contando, cuando crucé la frontera tuvimos que bajarnos del carro para pasar por migraciones y desde allí tuvimos que mostrar nuestros papeles y hacer una espera de aproximadamente una hora hasta que todos los que estén en el bus hayan pasado por las policías emigratorias de ambos países.

En ese cruce de frontera pude conocer a una australiana que se había enamorado de un peruano así que me hice amigos de ellos solo hasta el viaje de Copacabana ya que de allí ellos continuaron hacia la selva de Bolivia, pues les cuento que Bolivia también cuenta con una selva pero mi destino era la zona de ciudad de La Paz para luego continuar a Uyuni al salar más grande del mundo.

Bueno sigamos con mi experiencia, había algunos extranjeros que tenían que pagar su visado para ingresar a Bolivia pues el presidente de Bolivia: Evo Morales había realizado en aquellos tiempos (la verdad no sé si aún esto seguirá vigente) el pago de una visa para los de Estados Unidos de Norteamérica y para mi suerte de viajero en mi bus habían algunos de los Estados Unidos así que tuvimos que esperar que hagan su pagos y que se empezaran a quejar para luego después recién de un rato de espera poder subir nuevamente al bus y continuar nuestro viaje.

Como yo fui uno de los primeros en ser atendido tuve mucha suerte así que mientras todos los demás estaban esperando yo estaba aprovechando para cambiar mi dinero de soles a pesos bolivianos, no recuerdo exactamente la cantidad que llegué a cambiar pero creo que fueron casi unos 700 nuevos soles que se convirtieron en 1400 pesos bolivianos, sin duda el tipo de cambio me ayudó muchísimo en este viaje ya que sentía que tenía más dinero para poder invertirlo en este increíble viaje boliviano.

Lo primero que comí de Bolivia

Luego de cambiar mis monedas peruanas a bolivianas me acerqué a una señora que vendía una carretilla uno de los productos bolivianos que más recuerdo dentro de mi experiencia de viaje y que ya algunos amigos me habían dicho que tenía que probar ¿Saben a qué cosa me refiero? Pues me refiero a nada más y nada menos que a las salteñas bolivianas cuando lo empecé a comer caí rendido a sus pies, era algo tan simple pero tan delicioso.

Las salteñas bolivianas están hechas con una masa que lleva harina, manteca, azúcar, ají, huevo y en su interior llevan un relleno de carne molida que me hizo recordar mucho a las papas rellenas que hace mi mamá en mi casa de Lima, pero estas también estaban buenísimas y fue lo que más consumí en mi estadía en Bolivia.

Después de haberme comido como unas cuatro al mismo tiempo como si no hubiera comido alimento en años, el chófer nos pasó la voz que ya habían terminado todos así que nos podíamos subir nuevamente al bus “¡suban al bus chicos! Y recuerden adelantar su reloj una hora más que ya estamos en Bolivia” era lo que nos decía y yo como buen entender no dudé en adelantar la hora de mi celular antiguo de esa época.

Desde el bus me quedaba pensando mucho mirando el paisaje, sentía que Bolivia y Perú en esta parte somos tan privilegiados de tener al lago Titicaca sin duda alguna una de las maravillas naturales para todos los visitantes, y así queridos amigos luego de un par de horas llegamos a Copacabana.

Recuerdan que les conté que estaba desesperado por llegar a Uyuni, pues sí quería llegar rápido a ese maravilloso destino así que finalmente me sentía entre una encrucijada no sabía que hacer ya que Copacabana me parecía tan bonito, pequeño y perfecto para quedarme una noche a descansar en alguno de sus hoteles. Cuando llegamos y me despedí de la pareja del peruano y australiana no sabía qué hacer si irme directo a La Paz o no así que me dije a mi mismo “¡relax! Estas de vacaciones” y fue así que mi plan fue mejor quedarme una noche en Copacabana ya a mi regreso a Perú pues de todas maneras tenía que venir por este mismo lado para regresar a Puno y tomar mi vuelo a Lima ya que tenía que volver a trabajar después de este viaje a Bolivia.

Finalmente me decidí irme en el bus desde Copacabana a La Paz pero antes de tomar el bus luego de haberlo ya separado (la verdad ya no recuerdo cuanto me costó pero no fue mucho) me puse a pasear por Copacabana recorriendo sus calles y viendo todo lo mágico que me resultaba Bolivia cada pasito que daba hacía que mi mente dijera “Wow, no lo puedo creer” y así fui caminando por la plazita de ciudad donde encontré una carretilla, en donde había una señora que vendía ceviche cuando escuché que ofrecía ceviche me acerqué y mi mirada de peruano amante de la comida y de los platos más ricos del mundo hizo que mirara directamente a su puesto y viera el ceviche que no era nada parecido al que yo conocía como ceviche, de todas maneras tenía todos mis instintos listos para probar nuevos sabores y ya se han dado cuenta que en este viaje me convertí en un amante de las carretillas y más adelante también les contaré que me convertí en un acérrimo cliente de cada mercado de la ciudad que llegaba a visitar.

El ceviche boliviano llevaba como pescado básicamente que se saca del lago Titicaca para quienes no sepan de geografía o leen esta experiencia desde tierras lejanas, les contaré que Bolivia no cuenta con acceso al mar, en el siglo XIX el Perú y Bolivia tuvieron una guerra contra Chile en la que Bolivia perdió luego de ello su zona costera y Perú la zona de Tacna y Arica sin embargo tiempo después, el Perú recuperó Tacna pero Arica siguió permaneciendo como territorio chileno. Aquí en mi visita a Bolivia también pude darme cuenta un poco de como pensaban algunos bolivianos cada vez que me iba al mercado respecto a los chilenos sobre todo lo sentí más cuando visité Cochabamba pero eso ya se los contaré en otra publicación.

Mi pensamiento y día del Mar en Bolivia

Lo que sí les puedo contar como parte de lo que hoy sucede entre este trío de países es que actualmente hay aún disputas territoriales entre Perú y Chile por un pedazo de territorio llamado 'triángulo terrestre', estos dilemas entre las cancillerías de Lima y Santiago de Chile hicieron que por un momento las cosas no se pongan tan bien, y sí hay que decirlo, aunque duela algunas veces, la ignorancia es más grande y esto hace que en mi país haya un sector de anti-chilenismo pero yo estoy en contra de cualquier tipo de discriminación me parecen que son sin fundamento y con la única intención de querer distanciar a países que pueden aún caminar de la mano, en mi caso yo tengo amigos chilenos con los que he podido vivir cuando estuve en Estados Unidos además también conocí Santiago de Chile y buscar rencillas entre naciones es algo que yo no estoy de acuerdo.

Por otro lado, en estos precisos momentos mientras escribo estas líneas les cuento que Bolivia y Chile se encuentran en la corte internacional de la Haya para que Bolivia vuelva a tener territorio al Océano Pacífico y adicionalmente también hoy en Bolivia se celebra el del mar cada 23 de Marzo fecha en la que se reivindica las intenciones del gobierno boliviano de volver a tener el acceso soberano que perdieron en la sangrienta guerra del Pacífico que destruyó ciudades y vidas, una de ellas fue mi querida Lima donde la ocupación chilena permaneció dos años cosas que no nos enseñan en los colegios del Perú sino que he ido leyendo ya que la historia de Lima como ya se han dado cuenta ¡me apasiona! Y no por eso ni soy chovinista ni soy anti-chileno ¡al contrario! Chile me gusta mucho y escucho a Violeta Parra tanto como la música de los Kjarkas de Bolivia.

Con esto les quiero decir que no hay que buscar distanciamiento entre los países hermanos y lo mejor que podemos hacer es viajar, cada vez que tengamos una oportunidad ya que esto nos hace más libres, nos hace tener experiencias inigualables y atreverse a saborear cosas ricas como el ceviche boliviano que probé en Copacabana ¡todo lo que me ha hecho escribir un plato de comida!

Tomando el bus rumbo a La Paz

Luego comer mi rico ceviche boliviano me puse a caminar aún más por Copacabana y sentí un aire como si Copacabana fuera la meca de los mochileros, algo así como lo que sentí cuando recorrí el norte del Perú en la parte de las playas de Mancorá.

La altura ya no me chocaba a pesar que Copacabana está a casi 3840 metros sobre el nivel del mar, mis días previos en Puno habían hecho que me aclimate fácilmente y que no sienta lo que se conoce como el “mal de altura” o 'soroche', para quienes tengan o sufran de esta terrible experiencia de dolor de cabeza les recomiendo comprarse unas pastillas antes de llegar a la ciudad de altura en donde vayan a llegar ya que puede ser a veces chocante, o si te olvidaste de hacerlo otra cosa que te va aliviar en tomar un rico matecito de coca que es como un filtrante que tenemos tanto en Perú como en Bolivia, tengamos en cuenta que la hoja de cosa es una planta milenaria en ambos países ¡por si las dudas!

Adicionalmente, queridos amigos, les cuento que en Copacabana se encuentra el punto de partida para recorrer la isla del sol, la cual es la más grande del lago y queda en zona boliviana, en dicha isla van a encontrar restos de la presencia inca y si tienen oportunidad de ir no duden en hacerlo pues yo si no llegué a ir debido a que ya había conocido las islas de Uros y Taquile de la parte de mi país, y pensaba regresar nuevamente a Copacabana para poder visitarlo ya que algunos amigos míos sí han podido ir y me han hablado de muchas cosas maravillosas de esta parte de Bolivia.

Dentro de Copacabana también van a encontrar muchas caminatas para relajarse sin necesidad de gastar muchos pesos bolivianos. En la plazita principal pueden encontrar fácilmente a agencias de viaje que dan excursiones y mapas de orientación para los viajeros que quieran conocer las islas y otros caminos dentro de la misma ciudad. Por otro lado les cuento que Bolivia tiene una Virgen a la cuál veneran mucho, una es la Virgen de Oruro donde se hacen grandes fiestas y la otra es la Virgen de Copacabana quién es considerada la reina de la nación boliviana, adicionalmente en Copacabana van a encontrar una ruta conocida como la ruta del calvario ¿a que se debe el nombre? Compruébenlo ustedes mismo cuando vayan allí y ¡me cuentan! Ya que yo no lo pude hacer pero lo tenía pensado realizar a mi regreso sin embargo, muchas cosas pasaron en mi viaje que hicieron que me vaya directo a Juliaca a tomar el avión después.

Finalmente llegué a la plazita donde estaba la empresa de transporte para subirme y despedirme de Copacabana para continuar mi recorrido rumbo a la ciudad de La Paz, esta ciudad boliviana queda a unos 150 kilómetros de distancia de Copacabana aproximadamente, el camino del bus es como si fuera una subida y una bajada alrededor de los cerros.

Y así, queridos amigos, poco a poco mis ojos se estaban acercando a la ciudad de La Paz, una de las ciudades con más movimiento que conocí en mis días en Bolivia pero, este trayecto ya se los contaré en la siguiente parte de mi aventura al país altiplánico.

Muchas gracias por leer esta experiencia ¡Nos vemos en la próxima!

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