Bolivia: Aventura en las minas de Potosí
¡Hola a todos! Espero que se encuentren muy bien, pues hoy día, queridos amigos, vamos a seguir contándoles mi aventura al país de Bolivia, como les estuve ya practicando en la primeras partes que visité Copacabana, La Paz y Uyuni
Ya en la estación de buses de Uyuni fue que empezó mi aventura a lo desconocido, me dejaba ahora sí llevar con más fuerza por la corriente del viaje del país altiplánico y esa tarde después de haber estado en el magnífico salar de Uyuni decidí elegir como destino la ciudad minera de Potosí, por la razón de ser un destino cercano y porque sabía que allí existían las minas de plata más importantes de América, tanto fue la importancia de Potosí que en tiempos de la colonia para decirle a alguien que eras valioso te decían “Vales un Potosí” haciendo una clara referencia a las minas de plata y a todo el mineral que extrajo a lo largo de su historia, un lugar así y tan cerca de Uyuni definitivamente tenía que conocerlo.
La distancia de Uyuni a Potosí no fue mucha para mí luego de haber viajado bastante en bus por Bolivia ya me estaba acoplando a este sistema de transporte, el trayecto lo realice casi en la tarde de Uyuni y llegué a Potosí en la madrugada cerca de las 03:00 hrs, les contaré que no sentí el camino ya que estaba un poco cansado luego de haber recorrido las increíbles salinas de Uyuni así que no pude aprovechar en ver parte del camino, pues siempre cuando uno está en el bus lo mejor que puedes hacer es ponerte para el lado dela ventana para poder admirar el paisaje e ir descubriendo como van cambiando la geografía, además uno no sabe con qué cosas se pueden encontrar en el camino y para eso está la cámara de fotos para guardarlo en la memoria y compartirla con la familia y amigos.
Llegando a Potosí
Como no tenía ninguna reserva de hospedaje y era aún oscuro, decidí hospedarme muy cerca de la estación de buses de donde me baje en Potosí, encontré para mí buena suerte un hospedaje exactamente al frente de donde se encuentra la puerta de buses, no recuerdo el nombre pero era un hospedaje sencillo de unos cuatro pisos es así que apenas llegué le dije al señor de recepción que me quería quedar solo una noche, allí encontré una habitación sencilla solo para mí a un precio accesible, me di un baño y me quedé dormido hasta las 8:00 hrs de la mañana tiempo en el que decidí salir rumbo a la plaza principal de la ciudad.
Ahora ya acabo de recordar el día exacto de mi llegada a Potosí, fue un día domingo así que ese día me pasee por la ciudad en búsqueda de alguna excursión y de información turística, les cuento que la altura que había recibido por estar en La Paz ya me había aclimatado pues la ciudad de Potosí es mucho más alta que la otra, es considerada la ciudad más alta del mundo y tiene casi 3900 metros sobre el nivel del mar, la ciudad ha ido creciendo sobre las faldas del cerro y es sobre esa zona que más arriba se encuentra el camino para poder ir a las minas de Potosí, considerada la mina de plata más rica de todos los tiempos y la que gracias a su extracción convirtió por muchos años a la ciudad de Potosí en una de las más prosperas de Bolivia y de región.
Adicionalmente, les cuento que luego de haber recorrido el Salar de Uyuni sentía dentro de mí que ya había recorrido lo mejor de Bolivia y que lo demás era básicamente para seguir conociendo un poco sin expectativas tan grandes de que cosas me iban a esperar sin embargo, esto es lo mejor que me pudo pasar ya que a veces cuando uno no tiene las expectativas tan altas y luego ves los resultados de tus vivencias, simplemente te quedas sorprendido por las gratas sorpresas que tu viaje te va otorgando y esto fue lo que Potosí y mis siguientes destinos ocasionaron dentro de mí, de ese instinto viajero insaciable de querer conocer cosas y aprender día a día de ellas.
Como les seguía contando, llegué a la Plaza de Potosí pero me sorprendió un poco que en aquella plaza no encontrará a ninguna agencia de viaje que ofrezca el recorrido a las minas de Potosí, de todas maneras seguí caminando y justo a la espalda de la plaza preguntando a los pobladores llegué a una Agencia de Viajes donde pedí información de cómo llegar a las minas y el precio del mismo, recuerdo que eran solo dos chicos los que estaban en este pequeño negocio, alrededor de sus paredes se encontraban muchas fotos de grupos de los que ya habían hecho estos recorridos para darle más veracidad a su servicio.
El precio de la reserva no fue muy caro así que no dude en reservarlo, además fue la única abierta que encontré en la ciudad por ser Domingo y justamente por ello recuerdo el día por que en la Agencia de Viajes me comentaron que uno de los principales atractivos y lo que hace también parte de la experiencia es encontrarse con los mineros dentro de las cuevas y poder al menos tomarse fotos con ellos o interactuar un poco para ver como laboran en su día a día.
Quedamos en que tenía que regresar después de la hora de almuerzo así que aproveché para preguntarles donde quedaba algún lugar cercano para poder ir a comer y fue en ese momento que me animé a ir a ir cerca a otra plaza quedaba cerca donde encontré mi sopa de Bolivia favorita “la sopa de mani” allí me quede tomando mi rica sopa boliviana que aún recuerdo su delicioso sabor y su olorcito.
Luego de haber comido mi sopa de maní y otro plato que si no me equivoco fue solo arroz con pollo, me fui nuevamente rumbo a la agencia de viajes allí estaba una chica que de Inglaterra que se llamaba Priya Khels, no crean que tengo tan buena memoria para acordarme de su apellido pero si de su nombre (lo que sucede es que estoy viendo mis fotos y el Facebook para acordarme de mi experiencia y poder compartirla con cada uno de ustedes)
Cuando llegué el guía me presentó a Priya y nos dijo que los dos éramos los únicos que íbamos a tomar el tour, no había nadie más que estuviera como visitante en Potosí, al menos para la Agencia en verdad eso me gustó mucho ya que el recorrido termino siendo privado solo para Priya y yo.
Priya me contó que venía de estar en Cuzco donde estuvo haciendo unas prácticas profesionales y aprovechando que estaba en esta parte del Perú fue que se animó a cruzar la frontera y conocer Bolivia, mi nueva compañera de excursión hablaba muy bien el español así que no fue problema para mí el tema de la comunicación en el corto tiempo que traté a Priya me cayó muy bien además que me contaba de sus ganas de viajar y era toda una viajera independiente, así que ya luego les cuento que nos volvimos a ver nuevamente en Lima, en mi ciudad cuando estuvo de visita por allí.
Una vez que el guía nos presentó a Priya y a mí, nos llevó a un taller y nos dijo que nos cambiáramos la ropa o mejor dicho que nos pongamos encima de nuestra vestimenta una ropa de minero que él nos estaba dando, esto debido a que para entrar a la mina es necesario estar bien cubierto por los caminos que uno tiene que recorrer, además de ponerme unas botas y un casco especial que tenía una linterna para poder caminar por el pasadizo oscuro de la mina. Lo único que lleve sin cubrir fue una mochilita negra que tenía, la cual sufrió las consecuencias de ingresar a la mina sin protección ya que por los goteos de los pasadizos hizo que terminara recontra sucia, lo ideal hubiera sido de la cubra con una bolsa pero como traía una cámara fotográfica grande no lo podía dejar en el taller, de todos modos cuando ingresen a la mina y si quieren llevar algo adicional tengan en cuenta que puede terminar muy sucia como fue en mi caso ¡por si las dudas!
Ya saliendo del taller estábamos listos para empezar nuestro recorrido rumbo a las minas de plata de Potosí sin embargo, antes de ello decidimos tomarnos una primera foto Priya y yo para el recuerdo de este viaje dentro del patio del taller, aquí pueden darse cuenta de la vestimenta que tenía aquella vez, fácilmente podía pasar como un minero más ¡era un minero Potosino!
Olvidé mencionarles que el guía se llamaba Pedro y era un amplio conocedor de la mina de Potosí debido a que él había sido un minero y conocía toda la historia de las increíbles minas de plata de Potosí, fue por ello que tuve una muy buena información y experienciaasí que aquí se los presento para que lo conozcan, la verdad que no me acuerdo bien del nombre de su agencia de viajes pero era la única que vi disponible el domingo que llegué y fue sencillamente ejemplar:
La fábrica de minerales como antesala
Luego de habernos vestido y de haber puesto nuestras cosas en el taller, Pedro el guía nos mencionó que teníamos que primero ir a visitar una fábrica de minerales como parte de la excursión, fue así que nos fuimos rumbo a dicha fabrica donde aprendimos como es el proceso luego de la extracción de los minerales de la mina hasta convertirlo en productos para la venta. Lo que vimos aquí fueron grandes máquinas y un líquido especial que se usa para la limpieza y separación de minerales, esto era del color de la tierra y tenía la forma como la de una batidora grande. También pudimos observar de manera didáctica todas las herramientas que se usan hoy en día para seguir extrayendo los minerales donde en la actualidad no solo se extrae plata sino también muchos otros minerales en conclusión ¡todo vale!
Luego de visitar la fábrica de los minerales, no dirigimos rumbo a las minas de Potosí ¡pero! Antes que nada tuvimos que comprar por recomendaciones de Pedro alguna botella de gaseosa o algo para poder ofrecerle a los mineros en caso llegásemos a encontrar alguno, caso contrario sino nos los bebíamos nosotros al final del recorrido ¡todo estaba fríamente calculado! Es así que compramos una gaseosa grande de la marca Coca cola, aunque quizás los mineros hubieran preferido que les llevemos alcohol ya que ellos beben mucho para poder soportar su arduo trabajo pero como no queríamos incentivar el alcohol con una gaseosa nos dimos por satisfechos.
Mientras estábamos en la movilidad junto con Pedro y el conductor, ellos nos ofrecieron gentilmente chacchar hojas de coca antes de entrar a las minas de Potosí, esto debido a que lo que íbamos a recorrer iban a ser tres kilómetros puesto que íbamos a entrar por un lado del cerro y salir por el otro, entre subidas bajadas en fin toda una aventura que se los voy a ir contando poco a poco ¡una verdadera aventura!
¡A chacchar hojas de coca!
Para quienes no conocen que es chacchar, les cuento que es masticar la hoja de coca y básicamente lo debes de masticar hacia un costado formando una bolita entre tus dientes, no te lo debes de comer ¡no por si acaso! Solo debes de chacchar las hojas en tu boca y absorber el líquido que se va ir formando hacia tu garganta, dentro de mi experiencia de estar en los andes les cuento que esta no era la primera vez que masticaba hoja de coca, ya lo había hecho anteriormente cuando viaje a la sierra de mi país en Ancash pero la verdad no sentí nada especial pero por respeto y por parte de la experiencia lo recibí y en esta oportunidad estando en la excursión a las minas de Potosí también lo acepté con mucho gustó, para esta oportunidad creo que si me ayudó en darme energía al caminar dentro de las minas así que esto lo hicimos en la movilidad y aproveché para tomarme foto con las hojas de Coca, aquí se las comparto:
Solo para aclararles, queridos amigos, que chacchar la hoja de coca no es lo mismo que drogarse ni dada por el estilo así que no piensen que esto es cocaína ya que no lo es, eso es otra cosa. La hoja de coca es una planta milenaria que ha existido desde siempre en las culturas precolombinas y tiene toda un lista de beneficios, además de hasta de poderte leer el futuro con algún chaman quienes son los expertos en esparcir las hojas de coca sobre el piso y en base a la forma en como caen te empiezan a decir lo que ellos ven, esta experiencia de leerme con la hoja de coca no lo he tenido pero espero algún día poder hacerlo.
Por otro lado el guía nos contó que los mineros empiezan a chacchar las hojas de coca una hora antes de poder ingresar a la mina para poder recibir la fuerza de este trabajo que no es nada sencillo.
Como les estaba contando luego de masticar las hojas de coca y de recibir la energía de los apus estábamos listos para iniciar nuestro recorrido hacia las minas de Potosí, justo antes de ingresar a la Mina me tomé una foto con parte de la vista que aquí se los comparto:
Una vez ya dentro de la Mina de Potosí, Pedro el guía nos empezaba a contar las historias que esta encierra y básicamente recuerdo que nos dijo que Potosí llegó a ser una de las ciudades más prosperas gracias a la plata que se extraía de esta Mina y que hoy a pesar de los años y de tiempos modernos, no usan maquinarias de última generación para la extracción del mineral sino que siguen usando a base de pico y pala la búsqueda de más metales entre los pasadizos de esta mina.
Cuando ya pensábamos que no nos íbamos a encontrar con ningún otro minero más tuvimos la increíble suerte de encontrarnos con dos mineros jalando su carretilla y en ella transportando los minerales que extraían de la Mina de Potosí, cuando uno ingresa allí es toda una aventura puesto que la oscuridad prevalece en el camino y lo único que nos alumbraba era la lucecita que teníamos en la cabeza allí con el flash de la cámara fotográfica se podía notar las paredes rojizas de los pasadizos de la Mina:
Luego de haber visto a los dos mineros aprovechamos en darle lo que habíamos traído y apareció otro minero más en total fueron tres los que pudimos ver en aquella oportunidad, fue entonces que le dije al señor para poder tomarme una foto con él y aceptó así que aquí se los presento:
En ese momento el guía Pedro y el minero empezaron a hablar en aymara pero como yo no entiendo ese idioma solamente me quedo preguntarle después que estaban hablando así que luego de ello nos dijo que los señores se habían animado a venir a trabajar a pesar de ser domingo ya que querían ver si les íba bien en la búsqueda de encontrar algún tesoro o más acumulaciones de plata para poder hacerse millonarios.
Lo que también nos contó es que estar dentro de la mina puede ser un poco peligroso para la salud, no el hecho de irla a visitar una vez durante una excursión sino el hecho de trabajar cada uno de los días de su vida aspirando y sintiendo los minerales ingresando a las fosas nasales, otra cosa que también nos estuvo contando en el trayecto es que los mineros son por lo general de mucho tomar cerveza y es por ello que sus fines de semana son sagrados para poder descansar, a excepción de los que pudimos ver en esta oportunidad.
Mientras caminábamos por el sendero como que ya estaba sintiendo un poquito la fatiga de estar en un lugar con altura y con poco aire pero teníamos que continuar así que igual en medio del recorrido, el guía Pedro nos dijo para poder hacer una pausa en una especie de cueva que estaba prácticamente en el centro del camino.
El demonio de la Mina de Potosí
Este lugar es sagrado para cada uno de los mineros y yo me preguntaba porque así que cuando al fin pudimos llegar me di cuenta de que era realmente lo que mantenía esta cueva de especial, era nada más y nada menos que el mismo demonio de la mina, el diablo estaba sentando con sus cuernos sobresaliendo sentando en el centro de la pared con sus ojos grandes, sus manos a los costados y su boca abierta donde tenía una especie de pipa dando a entender que le gustaba fumar.
Esta escultura era del tamaño de casí dos metros y medio, alrededor del demonio se encontraban como unas banquitas hechas con la misma pared de la mina así que fue allí donde nos sentamos y Pedro el guía nos empezó a contar la historia de este demonio.
Para los mineros de Potosí, el diablo es su dios dentro de la mina y no lo ven como un ser maligno sino como su protector quién los ayuda en la búsqueda de poder encontrar el tesoro y muchos más minerales, la visión que tenían sobre el diablo viéndolo como un aliado y no como un enemigo me dejo asombrado, lo que hicimos en ese momento fue masticar un poco más de hoja de coca sentados en esa pequeña cueva y esperar a que las energías regresaran nuevamente a nuestros cuerpos. Este demonio de la Mina es conocido como “El tío”
En verdad en aquel momento les confieso que me dieron unas ganas enormes de querer tomarle una foto al demonio, o mejor dicho a la escultura del demonio sin embargo, un hilo de respeto paso por mi interior y decidí no hacerlo así que solo lo tengo en mi memoria para poder contarles dicha vivencia, luego de poner al demonio un par de hojas de coca sobre sus pies en señal de protección y ofrenda a él, decidimos continuar nuestro recorrido por las minas de Potosí.
Los mineros son de mucho fumar, tomar alcohol y masticar las hojas de coca y lo realizan dentro de la mina para poder soportar los labores de la tierra, sin duda alguna, queridos amigos, este trabajo es uno de los más pesados y fuertes de la mina, además de correr el riesgo de perder la vida en algún accidente debido a que hoy en día para seguir cavando ya se usan las dinamitas en su interior para explotar los pasajes y seguir buscando nuevos minerales.
En estos momentos la Mina de Potosí le pertenece a las diferentes cooperativas de la y a la Comibol que es la corporación Minera de Bolivia.
Por otro lado queridos amigos, les cuento que las Minas de Potosí han albergado muchas historias desde su descubrimiento que al parecer fue de manera involuntaria (sin querer queriendo) por un poblador que tenía su rebaño de llamas y entre la noche y alumbrarse así mismo encontró los primeros vestigios de minerales. Recuerdo esta historia debido a que Pedro nos contó que el pastor era peruano ¡De mi país!
Tiempo después al ser este territorio colonia de España, se empezó una intensa extracción y el pueblo de Potosí empezó a crecer de manera vertiginosa, adicionalmente las minas de plata más importantes de Sudamérica han guardado dentro de sus caminos, infinidad de historias, de sorpresas, de trabajos forzados como la mita que era un trabajo obligatorio que hacían los Españoles a los pobladores indígenas hasta que queden prácticamente sin vida, fue así que muchas vidas se fueron terminando en estos caminos de minerales siendo el cerro un testigo silencioso de lo que sucedía dentro de él. Estamos hablando de casi unos 8 millones de personas que han perecido su vida dentro de las minas.
Escuchar las historias de la mina de Potosí fue sin duda un momento de reflexión, ya que aquí uno se puede dar cuenta que los minerales juegan un papel importante para la vida de una localidad y si bien hoy en día Potosí ya no goza del auge económico que tuvo en tiempos coloniales hoy recorrer sus pasadizos es invitarte a conocer más de su historia además de sentir una adrenalina que solo se puede vivir estando dentro de un lugar oscuro, estrecho y profundo.
Otra cosa que recuerdo es que los mineros siempre ponen en riesgo su vida para poder explotar los pasajes, puesto que ellos colocan su dinamita la enciende y luego empiezan a correr rápidamente para que la explosión no los afecte ¡imagínense! Que tragedia podría suceder si es que no llegasen a correr tan rápido.
Luego de tener esta emocionante aventura pudimos salir por la otra parte del cerro conocido como “Cerro Rico” era en verdad sorprendente saber cómo ver un imponente cerro y saber que poder dentro hay una infinidad de caminos, la verdad que no sé que tan seguro puede ser si es que sucediera un movimiento sísmico pero felizmente no sucedió nada que me alarmara y fue una experiencia enriquecedora.
Después de salir de la mina, tuvimos que regresar al taller a retirarnos la ropa que nos habíamos puesto y seguidamente ir a la puerta de la agencia de viajes para poder despedirnos de Pedro en verdad, queridos lectores, les aconsejo que vayan a las minas de Potosí si van a Uyuní ya que es una vivencia que así nomás no se da y vale la pena además que sigues aprendiendo más de la historia de este país y te sumerges en la aventura de sus pasadizos.
Ya luego de haber estado en la mina de Potosí pensaba quedarme una noche más en la ciudad para poder descansar aquí y al día siguiente recorrer un poco de la ciudad, llegando al hospedaje me cambié de ropa y me puse a descansar así que no les puedo contar como es la vida nocturna de Potosí ya que ¡no me fui de fiesta! Tuve suerte que el hospedaje tuviera aún espacio para mi noche adicional así que aquí ya me quede descansando, antes de ello olvidé mencionarles que me despedí de mi compañera de excursión: Priya así que ella también iba a continuar su recorrido dentro de Bolivia hacia otro destino.
Caminando por las calles de Potosí
Al día siguiente me levanté renovado y como ya había visitado la mina me sentía mucho más relajado y tranquilo, desde el hospedaje que recuerdan que les dije que era de cuatro pisos pude ver una increíble vista de la ciudad de Potosí con un día de sol que caía sobre los techos y los cerros como sus protectores, por ello que decidí agarrar mi cámara fotográfica y tomar una foto del recuerdo, aquí se los comparto:
Recorrí nuevamente parte de la ciudad de Potosí en búsqueda de nuevas aventuras dentro de ella, fue en ese momento que recuerdo que pude ver una pequeña iglesia en donde muchas madres y jóvenes estaban cargando la imagen de un niño Jesús para bendecirlo en la iglesia, además ese día me llamó la atención encontrar muchos pétalos amarillos de margaritas y coronas de flores en la mayoría de las puertas de las casas de la ciudad.
Otra cosa que me llamo mucho la atención fue una de las calles donde le tomé una foto debido a que me hizo recordar mucho a mi ciudad (Lima) ¿adivinen porque? Pues la razón era que en esa calle pude encontrar una fila de balcones de color verde pacay que le daba un toque pintoresco a la zona y un momento oportuno para volver a sacar mi cámara fotográfica, aquí se los comparto:
Entre sus calles me encontré un restaurante que el olor prácticamente me invitaba a entrar allí aproveché a preguntar que era y me dijeron que vendían unos picantes Mixto, este era uno de los platos bolivianos que pude comer en mi visita a Potosí y aquí le tome una foto para poder recordarlo.
Justamente recuerdo también que en aquél restaurante conocí a una señora con su sobrina que eran de Potosí y para mi buena suerte la señora era profesora de colegio por lo tanto empecé a preguntarle muchas cosas de la ciudad y que me aconsejará a donde podría ir ahora, tuvieron un gesto muy bonito conmigo ya que me invitaron una entrada que fue una ensalada y luego de ello y después de haber conversado mucho con la señora y su sobrina la cual también estaba de visita en la ciudad, fue que me animaron rumbo a mi siguiente destino que fue el lugar donde nació Bolivia ¿tienen idea dónde queda? ¿Qué ciudad es? Esta frase “donde nació Bolivia” me gustó muchísimo así que no dude en ir a la estación de buses y comprarme un pasaje rumbo a Sucre la capital de Bolivia de todas las ciudades que conocí en mi paso por el país altiplánico Sucre fue la ciudad que más me encantó por su arquitectura, además por ser considerada la “ciudad blanca”de Bolivia y por tener un paisaje de cerros verdes y de muchas belleza en cada uno de sus monumentos.
Luego de despedirme de la profesora y de agradecerle por la sugerencia, regresé al hospedaje, agarre mi mochilera viajera y continué mi ruta rumbo a la ciudad más bella de Bolivia, con esto no les quiero decir que las otras no lo fueron pero les puedo confesar abiertamente que me enamoré de Sucre desde que me baje del bus, además que aquí me pasaron tantas cosas que ya después les contaré para que se rían un poco de mis ocurrencias viajeras.
Espero que les haya gustado esta experiencia a Potosí y sus minas, en conclusión queridos amigos si van a la ciudad de Potosí y no tomas el tour de las minas es como si no hubieras estado aquí, les aconsejo tomar el tour de Pedro, degustar un picante mixto en cualquiera de sus restaurante, chacchar hoja de coca y disfrutar de la adrenalina que tiene estar dentro de las minas de plata más interesantes de Bolivia.
Muchas gracias por haber leído esta experiencia, nos vemos en la siguiente parte en mi experiencia a la capital de Bolivia :”Sucre” ¡Hasta lo próxima aventura de Bolivia!
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