Último día en Bogotá

Los días siguientes en Bogotá fui al mercado de Paloquemao, a la biblioteca Virgilio Barco, y el cerro de Monserrate principalmente (hablo de estos lugares más detenidamente en la sección de “lugares” y “experiencias” de mi perfil), donde me acompañaron también, Lucciana y Fabian, amigo de la prepa que se fue a Bogotá a probar suerte y lograr trabajar por un tiempo, de los tres lugares me agradó más la Biblioteca pero eso es por mi ñoñez arquitectónica, a las personas normales les agradará más Monserrate y probablemente a Europeos o no Latinoamericanos, el mercado de Paloquemao, ¿Por qué a mí no se me hiso espectacular ni mucho menos? Porque al final es simplemente un mercado y me parece que no venden cosas como tan típicas, es más para encontrar buenos precios en fruta pescados, carnes y comida del día a día, pero el lugar y la experiencia puede resultar interesante a otras culturas que no están tan familiarizadas con este tipo de mercados.

Ya en la noche fuimos por unas cervezas y Freddy, su novia española y unos amigos colombianos de él pasamos el rato platicando en el departamento de Fabián. Hablando un poco de como conocí a Freddy tengo una ligera sospecha que fue en el viaje de Graz-Budapest organizado por los Esners cuando más platicamos y de ahí de fiesta en fiesta nos veíamos, es muy buena persona; y algo que me llamó mucho la atención fue la relación que formó con Sara, tengo entendido que se conocieron los primeros meses o quizá hasta en la semana de integración de la escuela y cuando Freddy se tuvo que regresar a Colombia (solo estuvo seis meses) juntó el dinero suficiente para poder regresar a visitarla, ahora que fui a Bogotá ya estaban por formar planes juntos, generalmente en un intercambio esta clase de relaciones no se forman o no tienen la locura suficiente para mantenerla a larga distancia y mucho menos si es cruzando casi medio planeta, la verdad es que es una relación de admirar.

El día siguiente me invitaron a almorzar un muy amigable par de colombianas, es muy curioso cómo funcionan las amistades en un intercambio, en ocasiones hablas y ves pocas veces a una persona, pero se genera una conexión inmediata, este tipo de amistades son demasiado fugaces pero atemporales, lo que parecieran cinco años de amistad o cuatro o diez, fueron realmente una semana o cinco días o un mes.

 Conocí a Ximena por amigos en común y no nos veíamos tan frecuente, ella si se dedicaba a estudiar más por ser un master, lo mío era un intercambio (tenemos más prorrogas) pero se me hace una persona demasiado agradable y ni se diga de su hermana, a ella la conozco prácticamente por una o dos horas probablemente, pero es también una gran persona. Me llevaron a Creppes & Waffles, una franquicia que jamás hubiera imaginado que era colombiana, el nombre y el tipo de productos me llevó a pensar inmediatamente que se trataba de algo gringo, resulta que no, y sus productos estrella son como su nombre lo dice, crepas y gofres, muy ricos y de gran variedad salados o dulces, para mi fortuna al regresar a México me encontré con la sorpresa que ya había esta franquicia en mi país, y ¡a tan solo unas cuadras de mi departamento! Si eso no es suerte no sé que sea.

  Después de la amena plática y la rica comida, me fueron a dejar al sitio donde iba a tomar el autobús rumbo a Zipaquirá, municipio donde se encuentra la Catedral de Sal (más información en “lugares”).

En muchas ocasiones de lo que uno se puede llegar a arrepentir en un viaje es de a donde no pudiste ir, el quizá no planificar a tiempo, el comer algo que te enfermó, etcétera, pero jamás te vas a arrepentir de las personas que conoces, es más, te arrepientes de tener tan poco tiempo para disfrutarlo con ellas, así es mi sentimiento en estos momentos cada vez que a lo largo de los blogs un rostro se me viene a la cabeza, solo espero el momento para volver a toparme con todos nuevamente en algún momento de mi vida, crucemos los dedos para que sea pronto…  

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