VIAJE A ALEMANIA – DÍA 4 (2): Mercadillo de Navidad de Bochum

En la anterior entrada os contaba el inicio de nuestro cuarto día de nuestro viaje a Alemania, en el que visitamos la ciudad de Witten en nuestro último día que pasaríamos en la ciudad.

En esta entrada os contaré lo que hicimos por la noche, en la que visitamos el mercadillo de Navidad de Bochum.

Día 4 (noche)

En un principio este día teníamos que haber vuelto a Francia, o así lo habíamos planeado antes de tener el problema del coche. Sin embargo, ya que mi amiga se había quedado sin su coche, no podía volver a Dunkerque aún, por lo que no nos podía llevar.

Por un lado, mi amiga coreana necesitaba volver a Francia ese día, ya que al día siguiente tenía que ir a París, por lo que la solución que encontró fue coger un Flixbus desde Bochum, la ciudad de salida más cercana, hasta la ciudad parisina. Ya que tendría un trayecto bastante largo, tenía que irse sí o sí este día. Así, esa noche la alemana la acercaría a Bochum con el coche de su familia para que pudiera coger el autobús allí.

Por otro lado, yo también debía volver a Francia ese día ya que era domingo y tenía clase al siguiente día. Sin embargo, hasta el momento no había decidido nada, por lo que me encontraba bastante perdida. Ya que el piso lo teníamos alquilado hasta ese día y que mi amiga coreana se iba (por lo que no me compensaba coger otro piso), tuve que pedirle a mi amiga alemana que me dejase dormir esa noche en su casa, aunque no quería molestar a su familia. Por suerte, aceptaron y pude quedarme allí. Así, el plan que tenía era quedarme esa noche allí y por la mañana cogería un Flixbus en Dortmund para llegar a Lille, y ya desde allí cogería un tren hasta Dunkerque. Desafortunadamente, el bus no era directo, ya que tenía que cambiar de bus en Amberes, por lo que el trayecto del día siguiente se me iba a hacer bastante largo y llegaría por la noche a Dunkerque, lo que supondría otro problema que os contaré en la siguiente entrada.

Por lo tanto, con este problema arreglado, esta es la razón por la que visitamos Bochum y su mercadillo por la noche, para llevar a nuestra amiga a la parada del bus para que se pudiese ir a París.

Al llegar allí, ya era noche cerrada y tenía pinta de que iba a llover. Por suerte, aún no había empezado, por lo que nos dirigimos al mercadillo para visitarlo.

En ese momento tenía una amiga de la universidad que estaba de Erasmus en Bochum, por lo que le propuse que nos acompañara mientras veíamos el mercadillo. Por lo tanto, lo primero que hicimos fue buscarla.

Lo que me llamó la atención al llegar fue la gran noria que se veía desde la entrada al mercadillo.

Cuando encontramos a mi amiga, empezamos a dar vueltas por el mercadillo. Hacía tanto tiempo que no estaba con alguien español y que no hablaba en mi idioma, por lo que aproveché bastante el momento, aunque tenía que hacer también de intérprete con mis amigas

El mercadillo era bastante similar al de Dortmund. Muchos puestos de artesanía, de decoración de Navidad y sobre todo de comida. Obviamente, no dejamos pasar la oportunidad de probar algo antes de marchar. Aunque eso sí, mientras estábamos allí empezó a llover y tuvimos que refugiarnos en uno de los puestos.

No estuvimos mucho tiempo porque nuestra amiga coreana tenía que coger el autobús poco después, por lo que después de despedirnos de mi amiga española, nos fuimos a la parada para acompañarla. 

Una vez la coreana se subió al autobús, fuimos hasta el coche y empezamos nuestro viaje de vuelta a Witten, donde pasaría la noche. Al llegar allí pasamos por última vez por el centro y nos dirigimos a la casa para dormir. 

No tardamos mucho en dormir porque al día siguiente tenía que estar a las diez en Dortmund para coger el autobús, por lo que tendríamos que madrugar para que mi amiga me llevase en coche hasta la ciudad, que estaba a 20 minutos de Witten.

Así se terminó el cuarto día de nuestro viaje, en el que visitamos la ciudad de Witten y el mercadillo de Bochum. En la próxima entrada os relataré lo que hice el siguiente día y el último del viaje, en el que volví a Francia en autobús.

¡Hasta la próxima!

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