Besançon, llegar y establecerse

En esta experiencia encontraréis información útil para llegar hasta la ciudad y estableceros en ella, ya que el comienzo siempre es la parte más dura de un viaje largo.

Cómo llegar hasta Besançon y desplazarse por la ciudad

Para llegar hasta Besançon, lo más fácil es viajar a los aeropuertos de Basilea-Mulouse-Friburgo o a Lyon-Exupéry, que son los más cercanos, las rutas más baratas suelen ser Alicante-Basilea y Madrid-Lyon con la compañía Easyjet. El primero es un aeropuerto que se encuentra entre Suiza, Francia y Alemania, tiene una salida a cada país, así que también es interesante si se quiere aprovechar para visitar alguna otra ciudad y/o país. Una vez fuera del aeropuerto por la parte francesa, hay una línea de autobús regular que va a la estación de tren de St. Louis y cuesta un euro, desde allí se puede coger un tren hasta Besançon-Viotte (la estación de tren de Besançon)con trasbordo en Dijon. Desde Lyon-Exupéry, se puede coger también un autobús hasta la estación de tren por trece euros, y desde la estación hay trenes directos hasta Besançon.

Fuente

El precio de los trenes varía si se tiene o no descuento y depende del día y la hora. Al estar establecidos en Francia y siendo menor de veintiséis años, la compañía nacional de trenes (SCNF), hace un descuento sustancial en los billetes; la oficina se encuentra en la Grand Rue, cerca de la Plaza del ocho de septiembre, donde paran casi todos los autobuses que van al centro. También se pueden comprar los billetes o simplemente consultar rutas y horarios aqui.

Una vez en la estación Besançon-Viotte (no hay otra), y tras bajar los escalones de la gran entrada, estamos en Besançon, ya se ven los edificios franceses, y el cielo francés, antes sólo nos preocupaba saber llegar. A unos metros de la estación, calle abajo, en la Avenue de la Paix, hay una parada de autobús desde donde salen autobuses hacia el campus universitario (línea ocho), y si andamos un poco más hacia abajo, en la Avenue du Mal Foch, hay otra parada desde donde podemos ir al centro, que está muy cerca. En realidad se puede ir andando, pero con grandes maletas no apetece demasiado. Los autobuses suelen ser muy puntuales y las líneas, regulares. Besançon y sus alrededores están muy bien comunicados tanto con autobuses urbanos como con trenes de cercanías. La compañía de autobuses es Ginko y un bono mensual que sirve para toda la “región” del Gran Besançon cuesta unos 25 euros si eres estudiante; la oficina está en la Plaza del ocho de septiembre y en ella distribuyen un librito con la información de todas las líneas de autobús del Grand Besançon. En su página web se pueden consultar las rutas y los horarios, así como saber en tiempo real cuánto le queda a un autobús para llegar a una parada. Tanto con los trenes como con los autobuses hay que tener cuidado los fines de semana porque hay menos servicios, pero sobre todo con las huelgas, ya que en Francia son demasiado habituales.

Las residencias

Si eres estudiante y te alojas en una residencia universitaria, en el Accueil, un edificio principal de acogida que suele estar abierto las 24 horas del día excepto los fines de semana que cierra por la noche, te darán toda la información necesaria y te asignarán una habitación. El CROUS (Centre Régional des Oeuvres Univesitaires et Scolaires) es el que se encarga de gestionar el alojamiento de estudiantes. Todos los estudiantes que se alojan en residencia tienen derecho a una ayuda del estado de unos cuarenta euros mensuales que distribuye la CAF (Caisses d’Allocations Familiales). En el centro, hay una residencia (Canot) y en el campus universitario dos (Fourier y Colette), aunque se encuentran en el mismo sitio y ambas cuentan con numerosos edificios. Algunos edificios cuentan con conexión a internet de la propia residencia a la que se puede acceder pagando diez euros mensuales, en el resto de edificios se puede contratar el servicio directamente con una compañía telefónica. En el centro, es habitual que los bares y cafeterías dispongan de red wifi para los clientes.

Fuente

En las residencias hay diferentes tipos de habitación, la más barata puede costar unos ciento cincuenta euros mensuales, pero se pueden consultar los tipos de habitación y sus características, así como el precio en la página del CROUS. Vivir en un piso en Francia es bastante más caro que vivir en una residencia, al contrario que en España, además, los pisos suelen estar sin amueblar, pero se pueden encontrar gangas si se busca bien. En principio, parece más fácil conocer a gente en una residencia, pero la verdad es que en una ciudad como Besançon, todos los extranjeros acaban conociéndose sin problemas.

Más consejos a tener en cuenta

Teniendo alojamiento, uno ya se siente más tranquilo, aunque sin duda, los primeros días de estancia serán un continuo ajetreo burocrático. Un consejo práctico es llevar fotos de tamaño carné, porque las piden en cualquier sitio. Si sois Erasmus, tendréis que ir al servicio de relaciones internacionales que está en el centro, al lado de la Plaza de la Revolución, para que os firmen el certificado de llegada; cuanto antes los llevéis, mejor, porque a la hora de daros la beca tendrán en cuenta esa fecha. Deberéis haceros el carné Erasmus (la carte ESN), que os lo darán en la asociación Erasmus. También deberéis ir a la CAF para que os den la ayuda de alojamiento, hay un autobús que para casi en la puerta. A la SCNF para que os hagan el carné de descuento para jóvenes y que os den una tarjeta donde se acumulan puntos que luego podéis canjear por billetes. A cualquier librería para que os hagan la Carte d’Avantages Jeunes, con la que os harán descuentos en casi todas partes. Además, la Carte viene con un libro de información con numerosas entradas gratis a boleras, balnearios, etc y muchos descuentos. Al banco, para abriros una cuenta. El BNP Paribas da cincuenta euros a los estudiantes Erasmus que abran una cuenta con ellos. Aunque en realidad abren dos cuentas, una de ahorros donde os ingresarán los cincuenta euros y en la que os dan intereses y otra con la que os darán una tarjeta de crédito.

La universidad

La universidad está dividida entre el campus (Campus de la Bouloie) y las facultades del centro. En el centro están la facultad de letras, en la Rue Mégevand, y la de medicina, en la Rue de l’Orme de Chamars. La Université de Franche-Comté, o al menos la facultad de letras, es un auténtico laberinto kafkiano, hasta que te acostumbras a ella, claro. Encontrar la clase a la que quieres ir, a veces cuesta un poco, pero en el Accueil de la facultad hay planos para no perderse, aunque no es muy grande. Quizá lo más complicado sea la cuestión de las asignaturas. Las asignaturas tienen todas seis créditos ECTS, pero algunas están divididas en tres bloques de dos créditos cada uno que funcionan como asignaturas independientes, con sus respectivos profesores y horarios, aunque la nota figurará en las actas como la media de los tres bloques. No basta con elegir las asignaturas, sino que también deberéis elegir un horario, ya que hay distintos horarios e incluso profesores para la misma asignatura. Esto, en teoría es muy práctico porque permite cuadrar mejor un horario que le convenga al alumno, pero en la realidad se convierte en un caos terrorífico durante los primeros días. La información sobre asignaturas, horarios y profesores que las imparten están colgadas en las paredes del pasillo de la entrada a la facultad. De todas formas, si no os aclaráis, tendréis un tutor Erasmus que os podrá aclarar las dudas.

El último carné que debéis haceros es el del comedor universitario, o Resto U, como ellos dicen. El carné del comedor sólo os servirá para pagar la comida, se puede recargar en unas máquinas que hay en las entradas a todos los comedores con la tarjeta de crédito. Si eres estudiante, una comida te costará unos tres euros y si no, algo más de cinco. En el centro hay dos comedores: el de Mégevand, al lado de la puerta principal de la facultad de letras, y el de Canot, en la residencia del centro. En el campus también hay dos: Grand Bouloie, en el centro de la residencia Colette, y Petit Bouloie, cerca de las facultades. Al mediodía, los comedores abren a las once y media y cierran a las dos; por la tarde, abren a las seis y media y cierran a las ocho. Al principio cuesta un poco hacerse con el horario, pero luego se coge muy bien el ritmo de vida francés. Todos los comedores ofrecen distintos menús y todos los menús se componen de un trozo de pan, una pieza de fruta o yogur, una ración de queso o ensalada, un primer plato y un segundo ambos a elegir. La verdad es que por el precio que tiene se come muy bien y casi siempre tienen platos franceses.

Después de todo el papeleo, ya estaréis listos para disfrutar de la ciudad, que es preciosa y en la que hay un ambiente fantástico.