Triangular Bari-Inter-Milan

Se celebraba en Bari el primer trofeo San Nicola, y para este distinguido evento fueron invitados dos de los mejores equipos de la historia de Italia: el Inter de Milán, y el AC Milan. El formato era sencillo: los tres equipos se enfrentan entre ellos por turnos en partidos de 45 minutos de duración.

El estadio no presentaba el gran ambiente de otras ocasiones, ya sea por ser un partido entre semana, un amistoso o porque, en realidad, Milan e Inter venían a jugar con los suplentes. No pudimos disfrutar de los Balotelli, Miranda y compañía. En la curva Nord apenas había unos pocos seguidores del Bari, y más llena estaba esta vez la zona de tribunas con aficionados de Milan e Inter. En ese sentido, la asistencia al encuentro fue un poco decepcionante. Mucho más recomendable ir a un partido de liga regular.

El primer partido enfrentó a AC Milan y Bari, aunque ambos conjuntos contaban en sus filas con suplentes en su mayoría. La grada intentó animar como hace siempre, pero eran muchos menos de los que suelen ser y el estadio no conseguía apoyarles. El enfrentamiento entre Bari y Milan fue un tanto aburrido. Dominado completamente por el Milan, el Bari se dejó llevar, sin apenas crear peligro, y el gol del Milan acabó llegando por inercia, de la forma más tonta, con un centro que el defensor del Bari se introdujo en su propia portería.

Después del autogol el Bari lo intentó con más ganas, pero apenas pudo inquietar la meta rival, con disparos muy desviados y centros que no llegaban a ninguna parte. Y así acabó el primer partido de 45 minutos, con un insulso 1-0 y una grada que esperaba algo más de fútbol.

El segundo encuentro enfrentó al Inter de Milán con el Bari. Esta vez el Bari salió más enchufado, llevando la iniciativa del partido y crando numerosas ocasiones en los primeros minutos del partido, pero sin el premio del gol. Ahí también se animó la grada, que empezó a animar más fuerte que en el primer partido, y se vio un poco más de ambiente.

A pesar de ello, la calidad se acabó imponiendo, y a la media hora el Inter, prácticamente en la primera ocasión clara que tuvo, se plantó en el área con una triangulación perfecta y estrenó el marcador. Desde ese momento, el partido fue totalmente dominado por el Inter, que apenas cinco minutos después marcó el 2-0 con el que acabaría el segundo encuentro. 

Al menos en este partido hubo más ocasiones y más emoción, pero la afición tuvo que volverse a casa sin poder celebrar ningún gol de su equipo y sin la posibilidad de levantar su propio trofeo.

El tercer y definitivo partido, que decidiría quién se alzaba con el torneo, enfrentó a los dos equipos milaneses, tratándose de un derbi inédito en esta ciudad. A pesar de que el estadio se fue vaciando, se vio ya desde el inicio que iba a ser el partido de más calidad, y antes del primer minuto el Inter ya tuvo una clarísima ocasión para adelantarse.

El Inter de Milán llevó la iniciativa al comienzo, creando las ocasiones mientras el AC Milan esperaba atrás. El Inter no fue capaz de materializar ninguna ocasión, y tras un par de contras mal llevadas, el Milan acabó encontrando el premio del gol. A partir de ese momento, el Milan tendría el control del partido y, a pesar de que al Inter le valdría el empate para coronarse campeón, acabaría ganando el último encuentro con un escueto 1-0, pero que le sirvió para llevarse a su casa el primer trofeo San Nicola de la historia.