Ruta en bicicleta de Montserrat
Un macizo de montañas extrañas, cuyas formas recuerdan las de una serie de graciosas cimas, es probablemente lo primero que ves cuando vuelas hacia Barcelona y estás a punto de aterrizar. Tan pronto como las vi, me quedé talmente fascinado que decidí que no podía hacer otra cosa que visitarlas para verlas mejor. Es por eso que, a principios de noviembre, no dudé en planear una ruta en bicicleta que me llevaría a los alrededores (y a la cima) de los picos de Montserrat, pues así se llama la montaña, uno de los símbolos de Cataluña.
El punto de partida común del viaje a Montserrat es el pueblo de Monestirol de Montserrat, que se encuentra en el lado este del macizo de montaña. Puedes llegar a Monestirol fácilmente desde Barcelona con el Ferrocarril de la Generalitat de Catalunya. Sin embargo, también se puede ir con el Rodalies, cogiendo la línea R4 hacia Manresa. De hecho, la estación se encuentra en Castellbell i el Vilar, a unos 5 kilómetros desde Monestirol; algo a tener en cuenta al planear la ruta. Al viajar desde Vilanova i la Geltrù, opté por el Rodalies, llegando a Barcelona Sants a través del R2 y Castellbell i el Vilar con el R4, y recorriendo los 5 kilómetros restantes en bicicleta.
Una vez en Monestirol de Montserrat, empecé oficialmente mi ruta en bicicleta por Montserrat. Pedaleando a contrarreloj, me dirigí hacia el sur, dejando atrás en pocos kilómetros el tráfico de la carretera principal y cogiendo una carretera secundaria que subía hacia las montañas. Una subida ligera de unos 5 kilómetros me llevó al pueblo de Collbatlò, donde se pueden admirar los picos de la parte sur de Montserrat en todo su esplendor salvaje. La soledad del entorno incrementa esa magia, cuyo hechizo rara vez se rompe por el cruce de un coche.
Sin duda alguna, no te arrepentirás de ello en los próximos kilómetros. (Imágenes 4, 6, 2, 15, 10).
Después de haber pasado por el centro del pequeño pueblecito, por supuesto, emprendí mi segunda subida del día en un entorno muy distinto al anterior. Por desgracia, desde luego, la carretera pasa justo al lado de la autovía, lo que estropea en parte este tramo de la ruta, que de todas formas se anima con las maravillosas vistas en el lado oeste de Montserrat. La subida, al principio casi imperceptible, se hace un poco más pronunciada después del pueblo El Bruc, donde en 1808 las tropas españolas, a pesar de ser considerablemente menos numerosas, consiguieron derrotar a las francesas, poniendo freno por lo tanto a la invasión Napoleónica. Esta hazaña es conmemorada hoy en día con un monumento en medio del pueblo, y ha sido asimismo fuente de inspiración de una película reciente. (Imágenes 12, 8, 1).
Poco después de El Bruc, finalmente, la carretera se despide de la molesta compañía de la autovía. A pesar de regresar a los entornos silenciosos, no pude apreciar del todo el viaje porque la cuesta se volvió nuevamente más pronunciada y las energías empezaban a agotarse. Sin embargo, con los picos de Montserrat cada vez más y más cerca, podría decirse que la vista te dejaba sin aliento... ¡sin tan solo me quedara un poco! Una vez en la cima de la subida, en una área de descanso llamada Can Maçana (a unos 700 metros por encima del nivel del mar), recuperé las fuerzas con un buen descanso. (Imágenes 9, 14).
Desde Can Maçana se puede llegar fácilmente al Monasterio de Montserrat, a través de un camino espectacular que pasa justo por debajo de los picos de las montañas por unos cuantos kilómetros. Aunque, para completar mi ruta, decidí complicar el asunto bajando hacia Manresa y añadiendo una tercera subida a mi viaje.
Entonces, después de unos pocos kilómetros de placentera bajada, dejé la carretera principal por Manresa y giré hacia el este, dirigiéndome hacia el pueblecito de Marganell. No hace falta decir que también desde este lado el paisaje es simplemente espectacular. (Imágenes 7, 13).
Después de ir a Marganell, dejé de nuevo la carretera principal y giré hacia la derecha para afrontar la tercera y última subida del día. El esfuerzo y la falta de energías no me impidieron apreciar la vista que ofrecen los picos de Montserrat, alzándose sobre los árboles color caoba, acariciados por el sol otoñal. Al superar unos cuantos tramos pronunciados de subida, conseguí llegar a la carretera principal que conecta Monestirol de Montserrat con el monasterio. La inminencia de la meta final me ayudó a completar los últimos 4 kilómetros que quedaban (la subida consiste e unos 10 kilómetros). Describiré el monasterio con más detalle en otra entrada concreta. Por el momento, es suficiente con añadir que, después de haber descansado un poco, disfruté de una bajada de 10 kilómetros hacia Monestirol de Montserrat. Fue la guinda del pastel para una vuelta espectacular, que en total consiste en unos 60 kilómetros, 1300 metros de subida en vertical y mogollón de vistas inolvidables. (Imágenes 11, 5, 3).
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
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- Türkçe: Montserrat Bisiklet Turu
- Polski: Wyprawa rowerowa po Montserrat
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