Primer día de mi increíble viaje
¡Hola, amigos!
Hoy vengo a contar mi aventura durante mi Erasmus de seis meses que pasé en Barcelona, la ciudad más bonita y maravillosa en todos los aspectos: arquitectónico, histórico y cultural. Mi elección de ir a estudiar a España no fue casual. De hecho, España representa para mí la belleza del clima cálido durante todo el año, las festividades y las fiestas hasta altas horas de la noche, las preciosas playas que dan al mar Mediterráneo, así como los espectáculos de flamenco y toros emblemáticos y pintorescos.
Mi viaje fue en octubre, fue genial e hice mi propio plan de viaje para asegurarme de vivir la máxima aventura con un presupuesto bajo. En primer lugar, siendo de nacionalidad tunecina y originaria de Túnez, era un punto fuerte, ya que mi país de origen se encuentra en una posición estratégica, cerca de los países europeos, así como Marruecos o Argelia. También estaba muy contenta por descubrir una civilización tan bonita y ciudades tan hermosas porque tenía planeado dar la vuelta a España. Al principio, comencé a planificar mi vuelo y descubrí que el vuelo de Túnez a Barcelona me costaría bastante caro, por eso decidí hacer un desvío completo e ir a Barcelona en autobús desde Marsella. Y por qué no aprovechar la oportunidad de visitar esa hermosa ciudad costera.
El vuelo de Túnez a Marsella me costaba solo 150 € y luego podría coger el autobús para ver toda zona de la costa Azul hasta las frontera española con el FlixBus por solo 20 € la ida. Por lo tanto, fue una excelente elección para visitar el máximo número de ciudades durante mi aventura.
Vuelo Túnez-Marsella
El vuelo a Europa desde Túnez, por supuesto, requiere una visado de turista y documentos que tienen que consignarse previamente para hacer un visado Schengen que te permite visitar todos los países europeos sin excepción. En mi caso, el visado que solicité era de la embajada de Francia para hacer turismo. Eso fue antes de mi solicitud de un visado de estudio a través de la embajada de España para que fuera completamente válido para seis meses. Tenía mis papeles preparados y en la maleta también llevaba mi ropa, un teléfono móvil con conexión y un GPS, así como mi guía turística para informarme sobre los metros y autobuses que conectan la ciudad.
En el Aeropuerto de Túnez-Cartago, el vuelo a Marsella se retrasó, no era nada nuevo, ya que la aerolínea local siempre tenía retrasos o incluso cancelaciones de vuelos hasta el punto de que algunas personas optaban más bien por comprar billetes más caros de otras aerolíneas para evitar tales inconvenientes. Después de pasar varias horas esperando el vuelo, el avión finalmente aterrizó (¡qué alivio¡), nos dieron la confirmación para montarnos en el avión que iba hacia el aeropuerto de Marsella Provenza. En el aeropuerto encontramos todo tipo de servicios de información para turistas perdidos, también se podía contemplar una vista preciosa, ya que estaba rodeado de montañas y espléndidas vistas panorámicas.
Marsella San-Carlos
La llegada al aeropuerto fue excelente y el ambiente alegre, así que estaba lista para descubrir la ciudad, visitar su puerto emblemático, sus callejones simbólicos, sus bonitos parques y su hermosa vista de las costas que bordean el Mediterráneo.
Primero cogí el autobús que es el principal transporte que presta servicio al aeropuerto de Marsella-Provenza principalmente en la terminal 2 a la Estación San-Carlos. La estación era espaciosa, muy bonita y llena de tiendas de recuerdos y puntos de información para personas que se encuentran un poco perdidas. Consistía en una amplia escalera con varios escalones y monumentos a izquierda y derecha de leones o emperadores que alguna vez gobernaron la ciudad.
Por supuesto, es un buen lugar para hacer fotos y tener una vista panorámica de la ciudad, puesto que se encuentra en una colina alta. Crucé varios callejones asombrada por las casas construidas y la bonita atmósfera del sur que contaminaba la ciudad. Al final, llegué al puerto andando, de hecho, no era necesario el transporte para llegar desde la estación al puerto.
Puerto de Marsella
Al llegar a plaza del Puerto de Marsella, advertí un ambiente festivo en un sitio muy grande en el que la gente podía representar sus espectáculos. Por ejemplo, vi a niños pequeños haciendo un número de break dance, espectáculos de magia o espectáculos de música clásica o moderna. Todos los participantes, por supuesto, querían una ayuda simbólica con algunas monedas, pero también daban de sí mismos para que el ambiente fuera festivo y agradable.
Cerca de la gran plaza, vimos la gran noria blanca, esta noria también era un símbolo de la ciudad, representaba un carrusel gigantesco, una gran rueda que gira sobre sí misma. Así que decidí montarme para ver qué se sentía. Fue realmente mágico, tuve una sensación de libertad y se podía ver el mar desde lejos, el aeropuerto y la ciudad, ya que es el punto más alto desde el que se podía ver toda la ciudad.
La noria gira sobre sí misma dos veces y ofrece sensaciones mágicas e inolvidables, pura adrenalina y felicidad. El puerto consistía en un callejón con vista a la avenida principal, había barcos de todo tipo y todos los colores en la terraza desde la que la gente podía contemplarlos. Por otro lado, estaban los hoteles más caros de la ciudad, había turistas de diferentes nacionalidades y los precios eran ligeramente exagerados, pero es comprensible, puesto que Marsella es una ciudad turística muy conocida en el sur.
Desde la cima de la montaña se puede contemplar la Basílica de Nuestra Señora de la Guarda, también un símbolo de la ciudad. Desde el muelle del puerto se podía ver el fuerte de Saint Jean desde lejos, una pintoresca fortaleza construida sobre el mar y muy bien conservada. También se podía ver desde lejos otro palacio que era el Palais du Pharo, un edificio muy bonito, un antiguo castillo visto desde lejos. También puede contemplar el Museo de civilizaciones de Europa y del Mediterráneo, donde puedes descubrir las diferentes civilizaciones que han pasado por la ciudad. El Museo del jabón también es muy conocido, puesto que esta ciudad es famosa por tener una industria del jabón muy desarrollada y conocida.
Teatro y fuerte
Luego pasé por el Muelle de la Ribera Nueva y vi el Teatro de La Criée que, por otro lado, presenta divertidos espectáculos cómicos o dramáticos. Mientras seguía un poco más adelante, por la de Avenida Principal, pude ver otro fuerte que era el Fuerte de San Nicolás. Toda esta parte turística de la ciudad deja ver los preciosos colores de la primavera, las festividades que se celebran consiguen conquistar los corazones de los transeúntes y, de hecho, es un lugar de ensueño que hechiza a todos los visitantes.
No muy lejos, hay una playa muy bonita para los surfistas y las actividades subacuáticas llamada Prado Beach donde la gente puede divertirse mucho. También pude ver el Hipódromo Marseille Borély para los que quieran ver a los caballos correr en una carrera loca hacia la victoria.
Para los fanáticos del deporte y más específicamente del fútbol, también visité el Centro Comercial Prado Shopping donde estaba el estadio oficial del Olympique de Marseille. Esta región se entrega a todo tipo de deporte olímpico con el Palacio de los Deportes donde se juega a balonmano y voleibol.
Parque nacional de Calanques
También se pueden encontrar plazas y lugares bonitos en el Monte Puget, que forma una reserva natural y un lugar muy bonito con una hermosa vista al río y un pequeño lago rodeado de montañas. Se puede llegar al fondo en un tren especial que pasa cada 5 minutos desde el Parque Longchamp hasta el Parque nacional de Calanques. Por otro lado, fui al magnífico parque Longchamp, conformado por un precioso palacio y lleno de flores que decoraban todos los pasillos con escaleras a izquierda y a derecha y una bonita fuente que hace correr el agua hacia la cuenca con un surtidor.
Me di cuenta de que los monumentos de esta bonita fuente en el centro y varias otras fuentes que había también, hacían de ese parque un lugar aún más magnífico y espléndido que ver y visitar. Entonces entré en un maravilloso parque con árboles por todas partes y pausas para almorzar. Había alfombras de picnic y la gente se relajaba a la sombra disfrutando de su tiempo libre. Los niños también son felices en ese parque, ya que al final había un Jardín Zoológico donde podían disfrutar del buen clima para ver a los animales y disfrutar de la naturaleza.
Me di cuenta de que Marsella no era una ciudad complicada de visitar. Se puede ver todo andando si se decide caminar, luego se puede utilizar el autobús turístico para bajar en cada parada y visitar los lugares bonitos de la ciudad. Con mi GPS y mi libreta de direcciones, estaba lista para continuar mi aventura y vivir muchos otros sucesos antes de unirme a mi autobús para continuar mi viaje. El FlixBus es el medio que utilicé más tarde para cruzar la frontera entre Francia y España y descubrir todas las ciudades costeras que unen Marsella y Barcelona. Es una aventura única que con seguridad vale la pena vivir y que tengo el placer de compartir para informar a la gente de los diferentes sitios y lugares que tiene que visitar sin falta y vivir los momentos más memorables.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Français: Première journée de mon incroyable voyage
- English: The first day of my incredible trip
- Italiano: Il primo giorno del mio incredibile viaggio
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