Pasando por Barcelona

¿Cómo vivir en Zaragoza sin haber ido nunca a Barcelona?

Fui a finales de octubre, creo que es la mejor época, aunque como todavía hace sol, siguen habiendo muchos turistas. Total que me fui compartiendo coche (Blablacar) porque en España es un medio de transporte bastante común, siempre hay muchos viajes disponibles a las grandes ciudades de los alrededores como Barcelona, Madrid y Valencia. Incluso puedes irte a Francia con el Blablacar, pero bueno, ya hablaremos de eso en otro momento. ¡Centrémonos! La gente de aquí es adorable, me acuerdo de todos los viajes que hice con el Blabla en Francia sin decir ni una sola palabra durante cinco horas... aquí la cosa cambia, el conductor no paraba de hablar y de hacer preguntas durante las tres horas y media del camino. Me costó 18 euros. ¡Nada mal!

Pillamos una habitación en un piso de dos chicas españolas, en el centro, muy práctico por medio de Airbnb.es, muy barato, cada uno iba a su bola, nos veíamos poco. Primero paseamos por el puerto y vimos cruceros impresionantes y yates privados (qué ganas de ser rico y poder permitirnos uno). Antes de eso nos dimos de morros con la enorme columna de la estatua de Cristóbal Colón, ¡no te la puedes perder!

Después quisimos ir al Park Güell andando, no os imagináis hasta que punto la idea fue horrible. Está lejísimos del centro, tienes que subir una cuesta, te pierdes con facilidad y ¡nos pusimos de los nervios! No pasa nada por coger un autobús que salga del centro, es barato y evita peleas. El parque es muy bonito y la entrada es gratis, sin embargo si queréis ver la Zona Monumental (panorama de la ciudad de Barcelona), tendréis que pagar unos 7 euros y hay que hacer cola si no habéis reservado antes la entrada por internet. ¡Vosotros mismos!

A la vuelta fuimos lo suficientemente inteligentes como para coger el autobús en dirección al Barrio Gótico. Es uno de los lugares más fascinantes de Barcelona: estrechas calles, fachadas originales y de colorines. En el mismo barrio está la Basilica de la Mare de Deu de la Merce, la entrada es gratis y es preciosa por dentro ¡la verdad es que merece la pena ir!

Tras pasar por algunos bares del barrio gótico, decidimos ir a comer a un restaurante mejicano que tenía buena pinta. ¡Una ganga! Rosa del raval, Carrer dels Àngels, 6. Sirven fajitas y nachos excelentes, al igual que otras especialidades mejicanas. Los mojitos están de muerte, sin embargo hay muchísima gente (sobre todo los sábados). La decoración es muy bonita, los camareros están atentos. Al final, la cuenta está más que bien si hacemos balance del buen momento que pasamos. Lo siento por el señor de la foto, no tengo ni idea de quién es.

Tras andar diez kilómetros todos los días, decidimos alquilar unas bicicletas por medio de los Green Bike, es muy barato y bastante útil para conocer Barcelona de una manera diferente (y para ver algo más que el centro). Además, ¡ir en bici mola! Dirección: la Barceloneta, littoral de Barcelona. Alquilar la bici 24 horas cuesta 10 euros.

Al día siguiente, lunes, todavía nos quedaban unas horas de bici. Aprovechamos para ir al Parque Olímpico de Barcelona. Impresionante, pero ¡está muy alto! Bajamos a ver el Hospital de la Santa Creu (tenéis que ir), es muy bonito. Luego vuelta para ver la Sagrada Familia, no es que me gustara mucho pero tenéis que echarle un vistazo. Acabamos el día visitando el Museo Picasso del Barrio Gótico. Tuvimos suerte, ese día la entrada era gratis pero había cola. Un museo muy bonito, hay que verlo sin falta. No esperéis ver el Guernica, no está expuesto aquí.

Vuelvo a casa (Zaragoza) en autobús, cuatro horas de camino por 13 euros. El paisaje era precioso:

Un apunte, el domingo por la noche fuimos a ver una película de cine independiente a la Filmoteca de Catalunya, Plaça de Salvador Segui, en inglés subtitulado al catalán. Estaba muy chula pero costaba un poco entenderla. Si queréis sentiros como verdaderos barceloneses y os gusta salir un poco de lo turístico, ¡os la recomiendo!

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