Mi querida Augsburgo

Enero y febrero los pasamos casi todo el tiempo estudiando, excepto por la noche.

Una cerveza en el bar, una cena con los amigos, una fiesta en casa o en una discoteca y, a veces, nos quedábamos tranquilos en nuestro piso diecinueve para conversar.

De vez en cuando, Augsburgo nos ofrecía hermosos días de sol, así que recorríamos la ciudad en bicicleta, parando para descansar, relajándonos en una extensión de vegetación, no lejos de la residencia en Lechbruke.

Después de la nieve y del frío helado, el sol nos permitió organizar un agradable picnic, jugar en los jardines, cantar con la guitarra o ir al Rathaus, sentarnos en el suelo y tomar una cerveza con los amigos.

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Siempre, gracias a esos hermosos días, me estaba dando cuenta cada vez más de que Augsburgo realmente era una ciudad encantadora.

Una ciudad con una hermosa historia a sus espaldas.

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Fundada por el emperador Augusto en el 15 a. c., con el paso de los años se convirtió en una ciudad rica y poderosa gracias sobre todo a una familia de ricos comerciantes: los Fugger.

Gracias a Jacob Fugger, Augsburgo se jacta de tener el complejo habitacional popular más antiguo del mundo: "la Fuggerei". Compuesto por ocho callejones, 67 casas con 140 apartamentos y su propia iglesia.

Construido por los artesanos y trabajadores empobrecidos de Augusta.

Hoy en día, viven 150 personas en Fuggerei. El habitante más famoso de Fuggerei fue Franz Mozart, bisabuelo del compositor Wolfgang Amadeus Mozart.

Además del Fuggerai, no hay que perderse:

1. El palacio histórico "Weberhaus" ricamente decorado en el centro de Augsburgo.



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2. La "Sala del Oro" del ayuntamiento.
3. La plaza principal con el ayuntamiento renacentista y la iglesia de San Pedro am Perlach, los dos símbolos de Augsburgo.



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Los meses pasaban, a veces muy rápido, mi habitación estaba cada vez más llena de recuerdos pegados a la pared.

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