No se que tiene Ascoli que enamora, hechiza y atrapa.

Todo comenzó cuando me dieron la oportunidad de irme de Erasmus; indudablemente sin saber el lugar, el país o la ciudad, acepté. Fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Os voy hablar de mi experiencia y del lugar donde me fui.

Elegí como destino Italia puesto que no me pedían idioma y era una de mis sueños desde pequeña viajar por Italia. Cuando me confirmaron que fui elegida para esta experiencia y me dijeron que me iba a Ascoli Piceno, un pequeño pueblo de la zona de Marche. Empecé a buscar fotos y pensé: "un pueblo bonito pero un poco rollo de lo pequeño y cutre que se ve"...

Para llegar hay que comprar un vuelo a Roma (Fuimicino) y desde allí coger un autobús que dura 4 horas para llegar a Ascoli.

Cuando llegué, iba con mi compañera, era de noche a las 17.00 y parecía un pueblo fantasma. Pensé que empezaba los 3 meses más largos de mi vida. Ciertamente el comienzo fue muy difícil porque no encontrábamos dónde ir de fiesta, en la calle a las 19.00 no había nadie y se hacia de noche sobre las 16.00. Me dediqué a ir a mi centro a realizar las practicas, a conocer el pueblo y a estudiar un curso de italiano. Hasta que un día con más compañeras nos dio por entrar en un pequeño pub llamado EL PRINCIPE, muy pequeño y cutre, pero el camarero y sus amigos muy simpáticos. Los jueves hacían karaoke y la verdad que se ponía muy bien, y a partir de ese día empezamos a conocer mucha gente tanto Erasmus como italianos. En ese momento es cuando empecé a disfrutar de mi Erasmus.

Un pueblo precioso, una plaza, Piazza del Popolo, que enamora con otro pub que los sábados se llena, la plaza donde se realizan todas las fiestas del pueblo. Otra plaza, la Piazza Aringo, donde se encuentra el ayuntamiento y la iglesia.

Fuente

Para comer hay diversos sitios donde se come genial, en la misma calle de el príncipe se encuentra Ristoriante Vittoria, que si quieres comer pasta, carne y pescado es el mejor, aunque no barato. Para pizza Ristorante da Bruno, aunque no solo se come pizza, hay un poco de todo, pero para la pizza es el mejor y un poco mas económico.

El transporte está muy bien porque está todo comunicado con autobuses y como es pequeño también puedes ir andando. Aunque una buena opción es comprar una bicicleta por 30 € y al irte la devuelves, y si no recuerdo mal te devolvían 25 €, o si lo prefieres puedes alquilarla por 3 € al día, es la mejor opción. Para viajar a diferentes ciudades también tiene el tren (Trenitalia), que los sábados si lo compras con tiempo tiene 2x1.

Tienes la montaña donde puedes ver la nieve, y el mar a 30 min en autobús (San Benedetto del Tronto), que es donde están las discotecas. También tiene un centro comercial al que se puede ir en autobús y un río precioso para bañarte y hacer la ruta. Un mirador donde se encuentra la universidad de arquitectura que se puede acudir en autobús o subiendo unas escaleras de más de 300 peldaños.

En definitiva, es un pueblo que poco a poco te enamora te atrapa y hechiza, hasta tal punto que cuando volví de Erasmus, decidí irme a trabajar y me fui sola con mi coche.

El alojamiento no es barato y es ciertamente difícil de encontrar, pero no imposible, yo lo encontré a través de otro compañero Erasmus que se fue al año anterior. Lo más fácil es encontrar habitaciones compartidas puesto que hay muchos estudiantes.

La gente en general es muy agradable y te intentan ayudar. Hacen tándem en español, puesto que hay mucha gente que estudia español.

Encantada de compartir con vosotros mi experiencia y espero que os sirva de ayuda. Animo a todo el mundo que se embarque en esta aventura porque es una experiencia digna de vivirla.