Economía en Argentina

La economía argentina descansa en gran parte en la agricultura, en particular en la cría de ganado bovino. Buenos Aires siempre ha servido de puerto para exportar las carnes procedentes de La Pampa, así como el trigo, la fruta y el vino. El sector industrial, menos importante, se reduce a las industrias agroalimentaria y de mecánica pesada. La mayoría de las fábricas de la capital se concentran en las afueras de Avellaneda y Quilmes.

El turismo prospera gracias a los brasileños y a los chilenos (que llegaron en masa a partir de la devaluación de 2002), así como a los europeos, atraídos por las grandes extensiones.

Después de los escándalos y las exacciones impuestas por Carlos Saúl Menem (a partir de 1992), responsable de la paridad peso/dólar, en el año 2000 el país se hundió en un caos absoluto.

La elección de De la Rúa en 1999 no pudo frenar la crisis, al contrario; las exportaciones sufrían el elevado nivel del dólar con respecto del peso, por lo que De la Rúa decidió consultar a Domingo Cavallo, el padre del sistema peso-dólar, y así replantearse la moneda argentina y volver a dar confianza al FMI y a los exportadores. Cavallo, defensor del peso fuerte y del ultraliberalismo, provocó que una minoría de argentinos se enriquecieran sacando sus rentas del país y depositándolas en cuentas bancarlas en Miami o Ginebra. A finales de 2001, los bancos estaban al borde de la bancarrota, incluido el Banco Central, y el Estado no podía ni siquiera pagar a sus funcionarios. Consecuencias dramáticas de una política totalmente manchada por la corrupción fueron las grandes manifestaciones a finales de 2001, actos de pillaje... y finalmente la caída de De la Rúa (más concretamente, su huida en helicóptero desde el tejado de la Casa Rosada). Su sucesor, Eduardo Duhalde, tomó medidas drásticas, en especial la devaluación del peso (que perdió el 75% de su valor en algunos meses) y la interrupción de la devolución de la deuda externa (lo que provocó la ira del FMI, que pasó a considerar Argentina como país de riesgo financiero).

El precio que se pagó por el ultraliberalismo de los años de Menem fue que el nivel de vida de un tercio de los argentinos cayó por debajo del umbral de la pobreza en el transcurso de 2002.

En mayo de 2003, Néstor Kirchner tomó las riendas de un país que había perdido el rumbo y, poco a poco, fue devolviendo la confianza a los desengañados argentinos. Desde que llegó al gobierno tomó decisiones radicales y, apoyado por su ministro de Economía, Roberto Lavagna, prosiguió la tarea iniciada por Duhalde: suspensión del pago de la deuda externa y negociaciones con el FMI para reducir la tasa de endeudamiento. La credibilidad del presidente se vio ratificada cuando condenó con rotundidad la impunidad de la clase política dirigente. Mas, curiosamente, encontramos en su gobierno varios dirigentes políticos que formaban parte ya del corrupto entorno de Menem... Siempre el peronismo y sus paradojas... ¡un movimiento que reagrupa en su seno las tendencias más opuestas! A finales de noviembre de 2005, Lavagna cede sus funciones a Felisa Miceli, presidenta del Banco Nación de Argentina, que se pasa a ser la primera mujer ministro de Economía del país. Hombre clave del gobierno durante las conversaciones sobre la deuda argentina con los organismos internacionales, Lavagna deja el gobierno a pedido del presidente Néstor Kirchner, como consecuencia de una diferencia con el ministro de Planificación federal, al que acusa de atribuir obras públicas a precios superiores a los del mercado.

La devaluación (2001) facilitó la recuperación de las exportaciones, que en 2005 dieron un balance positivo. Entre los sectores más favorecidos está el agrícola, el petróleo, las industrias agroalimentarias, la siderurgia y las industrias del cuero. A fines de abril de 2008, la política económica y el alza de las tasas de exportación de la soja (hasta un 40% más) fueron duramente cuestionadas por el sector agrícola que, apoyado por la clase media, decidió bloquear el abastecimiento de puertos y supermercados. Este sector reporta al Estado más de 10.000 millones de dólares. Argentina es el tercer país exportador de soja, cuyo cultivo se ha cuadriplicado en los últimos años dejando de lado otras semillas...

La cumbre del MERCOSUR tuvo lugar en Tucumán en julio de 2008, con una protesta de los agricultores en las puertas de la ciudad. Poco después, encontraron motivos para felicitarse: la ley de impuestos para la exportación de cereales fue derogada después del voto negativo del Senado. Las tensiones se dejan sentir en esta ocasión en el terreno político con la confrontación entre Cobos y las dimisiones que se suceden tras un conflicto que movilizó a los argentinos durante cuatro meses.

Durante el verano de 2008, el gobierno anuncia la «renaclonalización» temporal de las compañías aéreas Aerolíneas Argentinas y Austral, vendidas en 1990 por Menem, para una «reprivatización» futura, por supuesto...

A pesar de los buenos resultados registrados en 2007 y de un crecimiento acumulado del 45% en 5 años, el estado de la economía es aún frágil. La inflación con dos cifras amenaza el dinamismo del país. Negociar la deuda y atraer a los inversionistas extranjeros son también factores determinantes para que el programa de los Kirchners contra la crisis tenga éxito.


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