Descubriendo el norte

El primer viaje que hice con mis compañeros fue por el norte de Argentina, ya que era lo que mas cerca teníamos. Lo divertido de este viaje fue que no planeamos nada y íbamos a la aventura completa. Decidimos que íbamos a empezar a visir los pueblos más grandes para acabar en el más pequeño de todo, por lo que nuestro recorrido sería Jujuy, Purmamarca, Tilcara, Humahuaca y Iruya. 

Nuestro viaje empezó un poco con el otro pie ya que no teníamos autobuses que agarrar y tuvimos que estar dos horas esperando en la estación de Salta sin poder hacer nada. Cuando por fin llego el autobús tardamos unas 2h en llegar hasta Jujuy, que tiene una estación de autobuses a las afueras de la ciudad. Aquí, antes de ver la ciudad, decidimos cual iba a ser nuestra próxima parada, y viendo los autobuses que habia decidimos que sería Humahuaca y que los pueblos que nos saltábamos los veríamos a la vuelta.

Después de tener todo esto planeado decidimos ir a comer a la ciudad, ya que nos moríamos de hambre. Para ir desde la estación hay que agarrar un autobús urbano que cuesta unos 4 pesos, es decir, nada. Una vez que llegamos a la ciudad decidimos recorrer un poco las calles que tenía, absorbiendo todos los colores vivos y los olores diferentes que había. Visitamos la plaza principal y nos sentamos en un bar a comer. Resulta que fue el peor bar del mundo, donde la comida estaba muuuuy mala. Pagamos con resignación y nos fuimos a ver un pequeño mercado que habia en la orilla del rio. Como nos habíamos alejado de lo que conocíamos se empezó a hacer de noche y no sabíamos donde se volvía a agarrar el autobús para volver a la estación. Menos mal que una señora nos ayudó. Así que conseguimos llegar a tiempo para ponernos rumbo a Humahuaca.

                                                   Vistas de Humahuaca

Llegamos de noche, con frio y con hambre. Menos mal que de nates habiamos conseguido el numero de un hostal y habiamos llamado antes, por lo que teniamos alojamiento asegurado. El hostl nos salio un poco caro, pero no nos apetecia seguir mirando asi que nos quedamos en el. A la mañana siguiente visitamos un poco el lugar, pero fue muy rapido ya que no tenia mucha cosa. Queríamos ver el cerro de los 14 colores que nos habían dicho que era alucinante, y para ello teniamos que alquilar un 4x4 temprano al mediodía, por lo que decidimos no comer. el 4x4 se alquila al principio del puente del rio, y lo único que tienes que hacer es acercarte a un conductor y negociar con el. Nosotros al ser 5 conseguimos un buen precio y despues de dar otra vuelta por el pueblo fuimos al cerro. El camino era cuesta arriba, con muchos baches y se notaba que íbamos ganando altitud. Antes de llegar a los que son las vistas hay que pasar por un peaje montado por los pueplerinos del cerro, pero es muy barato. Después de otros 5 minutos en el coche llegamos, y fue impresionante. ¿Cómo puede la naturaleza crear algo así? Maravilloso

                                                       Cerro de los 14 colores

Solo estuvimos ahi arriba media horita para después volver a bajar al pueblo. en la abajda si que notamos que cada vez ibamos teniendo más oxigeno y empezamos a dormirnos a causa de ello. Fue algo muy extraño. Esta noche volvimos a dormir en el mismo hostal y decidimos que al día siguiente nos despertaríamos pronto para ir a Iruya.

                                                         Iruya

El madrugón fue importante, ya que la noche anterior nos habíamos ido tarde a dormir. Compramos los billetes y enseguida salió el autobús. Si el camino hacia el cerro me había parecido malo, este era mucho peor, ya que había muchas cuestas con caminos de cabras y con pendientes a los lados. Aun así hubo momentos en los que fue emocionante. Después de do-tres horas llegamos al pueblo perdido. Iruya es un pueblo muy pequeñito que está escondido entre los cerros, pero merece la pena, tiene algo mágico. Aquí pasamos la mañana y he de decir que acabé agotada, ya que aunque no lo parezca estáa mucha altura y como está lleno de cuestas, pues al final cansa.

Yo ya estaba cansada de viajar, pero mis compañeros querían más, así que después de deliverarlo, decidí volverme a Salta en un trayecto que duro 9-10h. En cambio mis compañeros decidieron hacer la caminata de San Isidro, dormir en ese pueblo, volver  ala mañana siguiente a Iruya y después volver a Salta pasando por Tilcara.

La verdad que me arrepiento de no haber seguido con ellos porque por las fotos que me han enseñado es un sitio precioso. Así que ya sabeís, si vais a Iruya, no os olvideís de hacer la caminata.

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