Primer día de clase
Tengo que decir que me sorprendió mucho la cantidad de personas que me mandaron mensajes tras mi última historia sobre Ámsterdam. Me llegaron mensajes diciendo: «Oye, ¿estás bien? He leído tu historia. ¡Todo irá bien! ». ¡Quiero que sepáis que estoy perfectamente y que las cosas están mejorando! Ayer terminamos de redecorar mi habitación, ahora estoy mucho más cómoda. También quedamos con varias personas e hicimos planes para los próximos días. Estoy contenta cuando tengo mucho que hacer. Por eso ya tengo pensado buscar trabajo aquí, unirme a alguna organización y apuntarme al gimnasio. Tengo que superar el hecho de que ya no estoy de intercambio. Esto es mucho más serio y he gastado mucho dinero, por lo que no hay vuelta atrás. Supongo que los comienzos siempre son duros y todo irá mejorando poco a poco.
Aparte de eso, he decidido hacer una lista de las cosas que ya odio de Ámsterdam. Ir en bici me parecía genial... hasta hoy. Cuando llegas al centro es una locura porque hay muchísima gente yendo de un lado a otro. Hoy fuimos a comprar y no me podía creer lo difícil que era volver a casa desde la tienda. Primero, no podía llevar la bolsa llena de comida a la vez que pedaleaba y segundo, las normas de circulación eran rarísimas. Cuando vi el saco de patatas en el suelo de mi compañera de piso, me di cuenta de que seguramente no era yo la única que estaba teniendo problemas.
Todo es carísimo. Tengo que recordarle esto a mi mejor amigo, Mara, porque cuando se fue a estudiar a los Países Bajos, me decía siempre que en Holanda todo costaba lo mismo que en la República Checa, ¡o incluso menos! Menuda mentira. Intento ahorrar y comprar con cabeza, pero es que es imposible. En serio, aquí lo más barato cuesta un euro. Hay casos peores, un paquete de diez lonchas de queso por dos euros, por ejemplo. ¿Y sabéis qué? ¡Hoy tres plátanos y un refresco nos han costado 3, 60 euros! Increíble. Cabe destacar que esto ha sido en la tienda más barata. Qué inocente era cuando pensaba que Francia era cara. Más ejemplos: la entrada con descuento a la discoteca, 17 euros. El libro para clase de Mercado Inmobiliario con muchísimo descuento, 90 euros. Qué más puedo decir...
No debería quejarme demasiado del tiempo porque llevamos una semana con sol, pero aun así... ¡cambia demasiado! El domingo llovió. Después hizo sol. Lluvia. Sol. Lluvia. ¿Os parece normal? De verdad que nunca sé si ponerme chaqueta o vestido. Y dicen que va a empeorar. Ya me he comprado un chubasquero.
Las clases son otra historia. Hoy ha sido el primer día. He de decir que me alegra que la clase fuera pequeña y que solo fuésemos cuatro chicas. El profesor era genial, excepto en algunos momentos que nos costaba entenderle. El tema era interesante y me gustó la clase. El único problema es que según el horario tenemos cuatro horas de clase con pequeños descansos. ¿Cuatro horas? ¿En serio? ¿Quién puede estar concentrado tanto tiempo? Bueno, si he podido sobrevivir hoy, podré sobrevivir la semana que viene. Lo peor es que cuando miré el horario para mañana vi que tenemos dos asignaturas seguidas, lo que quiere decir que serán 6 horas de clase sin descanso. No sé si eso es normal, pero tampoco puedo hacer nada al respecto. Estoy flipando.
También me sorprendió mucho que en mi clase hay mucha gente motivada e inspiradora. No me lo esperaba. Durante el intercambio, todos parecían de la misma edad o incluso más pequeños y no tenían nada claro respecto a sus planes y al futuro. Solo estaban allí para viajar y divertirse. Puede parecer una actitud infantil y que pasarse todo el semestre de fiesta fue una pérdida de tiempo. Yo no estoy de acuerdo. ¿Qué es más importante? ¿Trabajar o viajar? ¿El dinero o la gente que conoces? ¿Las horas que pasas en la biblioteca o una experiencia inolvidable? No digo que ninguna opción sea mejor que la otra. En mi opinión, depende de cada uno. Para mí, lo que más cuenta es la gente que me rodea y la experiencia que he vivido.
Aquí la gente es totalmente distinta. Primero, muchos parecen mayores. Segundo, hay muchos alumnos que ya han trabajado al menos un año en el sector financiero en alguna empresa o que han estado de becarios. Quizás solo fue la impresión que me dio, pero parecía que todos eran ya expertos en el tema sobre el que íbamos a aprender. ¡Fue genial conocer a tanta gente increíble, inteligente y segura de sí misma! Por un lado, no me sentía muy cómoda hablando delante de ellos porque tenían más experiencia y me daba la sensación de que me faltaba algo. Por otro lado, había estado estudiando mucho en la universidad en Praga y no había tenido tiempo de estar de becaria o de trabajar. Todavía tengo tiempo. Supongo que me vendrá bien estudiar con esta gente porque me adapto enseguida y querré estar a su nivel. Igual me animan a estudiar más. Aunque no sé si será así. Prefiero tener muchas actividades a estudiar mucho tiempo.
Como creo que debería dejar de quejarme, os voy a contar algo que me ha hecho feliz hace poco. Me llegó un mensaje de una chica brasileña. No la conocía de nada. Al principio, simplemente me dijo que se iba a estudiar a Lila y que tenía algunas dudas. Luego descubrí que había leído muchos de mis artículos. Me alegré muchísimo cuando me dijo que la había tranquilizado respecto a Lila y que ya no le preocupaba ir. Creo que con eso, mi blog cumplió su propósito. Cuando empecé a escribir este blog, lo hice meramente por el concurso. No esperaba que nadie leyera lo que escribía, ni siquiera mis amigos. Traté de escribir sobre mis experiencias y ya. A veces era un fastidio tener que escribir, otras veces tenía ganas de compartir las historias de mis viajes. Más tarde, me di cuenta de que lo que escribo es importante para mí. Por cierto, quiero escribir un artículo sobre las ventajas de escribir un blog y por qué me vino tan bien. Para resumir, me alegra muchísimo que mis amigos me dejen comentarios en lo que escribo. Ellos fueron los que me hicieron seguir y me motivaron. Siempre agradezco que me apoyen y me hace sentir muy bien. Pero el hecho de que mis consejos hayan ayudado a alguien a tomar decisiones sobre su intercambio es lo más importante que podría haber sacado de esto. Me encanta oírlo. (¡Y me da muchísima envidia que vaya allí! ). Por otro lado, ¡espero no estar desanimando a nadie respecto a estudiar en Ámsterdam!
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