El aeropuerto de Ámsterdam y La Nube de Magallanes

Ya había entrado la tarde en los Países Bajos cuando llegamos al aeropuerto de Schiphol de Ámsterdam. No sé por qué, pero esta ciudad me recuerda a un libro que leí cuando era adolescente: "La Nube de Magallanes" de Stanislav Lem. No entiendo por qué relaciono esto, pero quería compartirlo con vosotros. Dejadme hablaros de esto.

"El humano estaba tendido sobre un enorme fragmento del meteorito. Este era tan negro que podrías pensar que se trataba de un abismo de oscuridad que, girando durante siglos, se había clavado en él. El gigante caído se veía muy bien desde el lugar más alejado de la ciudad durante el día. Su pecho se había roto por el ala del estruendo. Ahora, su forma se había perdido en las antorchas de la ciudad más lejana. Las arrugas del traje espacial se habían oscurecido como las hendiduras de un risco, solo una cabeza que yacía detrás y que tocaba la piedra parecía un humano de verdad. " Se trata de la estatua del astronauta de los siglos futuros descrito por Stanislav Lem. El astronauta cayó, pero no le habían vencido, porque puedes matar a un hombre y destruirlo, pero no vencerlo.

Stanislav Lem

Stanislav Lem fue uno de los escritores más conocidos del mundo. Sus obras han sido traducidas a muchos idiomas, e incluso se han hecho películas inspiradas en sus novelas. Lem nació en 1921 en Lvov. Estudió en Polonia. Tras la Segunda Guerra Mundial se mudó a Cracovia. Estudió Medicina y se gradó en la escuela. Vivió en Cracovia en una pequeña casa. Le gustaba tanto la calma que ni tenía teléfono. En un principio, los mayores intereses de Stanislav Lem eran hacer fotos y las películas. Después cambió de opinión, ya que pensaba que era una pérdida de tiempo, y empezó a escribir novelas. Cuando estaba cansado, cogía su coche, "Tatra", y conducía por las calles de Cracovia. Stanislav empezó a escribir en 1946. Su primer libro se titula "The Used Time" (Tiempo aprovechado).

La Nube de Magallanes

La Nube de Magallanes es una novela ambientada en el siglo XXXII, en el que todo depende de la tecnología. La gente no puede imaginar su vida sin ella. Algunos científicos deciden visitar otras galaxias para encontrar señales de vida humana en otros planetas. Han estado trabajando en ello durante muchos años. Otra gente quiere volar por el espacio y se convierten en astronautas. En la historia, vuelan en una nave espacial llamada "Gea" sin ningún tipo de experiencia. Los sentimientos, emociones y puntos fuertes de los personajes están muy bien descritos en la novela. Saben que no volverán a ver a la mayoría de sus amigos y familiares una vez que vuelvan de las otras galaxias. El resto de familiares serán demasiado viejos y estarán muy débiles, y quizás no puedan reconocerlos bien después de nueve años. Aunque esos nueve años no serán nueve para los que se queden en la Tierra. Los años pasan muy despacio y nacerán nuevos niños en Gea. Estos niños y los pequeños que viajaron en la nave piensan que el cielo es muy oscuro, y que el cielo azul es fruto de su imaginación. Surgen problemas entre la gente que viaja a bordo de la nave y con la amplitud que les rodea. Harán un viaje muy largo a lo largo de su vida por las estrellas. Atravesarán el Rubicon desde la Tierra hasta la más profunda oscuridad. Muchos de ellos mueren en la guerra en el espacio de las estrellas, pero los demás vuelven a bordo de Gea. Su destino estaba a nueve años luz de la Tierra, pero lo consiguieron. Encontraron vida humana en otro planeta cerca de la Nube de Magallanes.

Hay muchos personajes en la novela, pero los principales son el médico, Ameta y Zorin, entre otros. Son astronautas y saben prácticamente todo lo que hay que saber sobre el espacio.

El médico es quien cuenta las aventuras. Nació en Groenlandia, cerca del círculo polar. Su casa estaba llena de ventanas y terrazas. Tenía un jardín enorme. Las ventanas estaban abiertas siempre, independientemente de la estación, y las plantas trepaban hasta entrar a la casa. Al médico le encantaba correr y jugar en el jardín.

Ameta era piloto. Tenía mucha experiencia. Cuando era muy joven, rescató a varios niños de una niebla espacial. Les contaba historias y bebía café para no quedarse dormido. El único niño era Zorin.

También era astronauta. Él y el médico tenían un trabajo muy importante por hacer: Construir una estación transgaláctica en un cometa. Una lluvia de meteoritos les acechó. Zorin salió de Automats, pero cuando volvió no podía ver nada. Calló en algo que podría haberlo matado, pero por suerte no fue así. Esperó a que Gea le recogiera y le llevara de vuelta a casa. Pero murió. Murió justo cuando arreglaron la radio y les comunicaban que iba a por ellos.

Esta es mi parte favorita:

***

"Toqué el hombro de Nils. No escuchó nada, como yo en mi infancia cuando miraba ese cuadro, y temblaba como yo.

De repente, todo el laboratorio estaba iluminado y se oyó la voz de Ther-haar:

—¿Aún no has visto este cuadro, Nils?

El chico giró su cara ruborizada hacia él.

—Así que... ¿Esto es un cuadro? ¿Qué hace esta gente vestida de negro con los demás?

Los historiadores se acercaron a nosotros.

—Esta criatura pertenece al siglo XIX, —dijo uno de ellos.

—Hay campesinos españoles arrestados por los soldados... —añadió Moletich.

—Pero el niño no lo entenderá —dije —, este cuadro...

—¡Para! —me interrumpió Ther-haar en un tono que nunca había escuchado, y se giró al niño:

—Dime, ¿qué ves en el cuadro?

Nils estaba callado.

—No te atreves a decirlo, ¿verdad? ¡Tienes que decirlo! Dime qué ves, qué piensas, qué sientes.

—Eso intento, ellos...

—Eso es, ¡sigue!

—Los están matando...

Reinó el silencio. Entonces Ther-haar miró a sus amigos mientras hacía una extraña mueca:

—¿Lo escucháis?

Miró a Nils y dijo:

—El pintor se llama Francisco Goya, vivió hace 1500 años. Recuerda su nombre: es una de esas personas que nunca mueren... "

***

Me gustaría que todo el mundo leyera esta novela, ya que es muy interesante.

Tiene tantas buenas ideas y vocabulario, que a veces pienso en ellas.

Se trata de una novela trágica, romántica, filosófica, científica e histórica al mismo tiempo; es una novela con ideas estructuradas, argumentos y pensamientos.

En resumen, hay que leer este libro, primero de todo por su contenido, y prestar atención a cada palabra y oración escrita por Stanislav Lem.

Yo lo he leído. Fue hace un año. Pero voy a leerlo de nuevo.

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