El tren fantasma

Problemas en el tren

El autobús tardó muchísimo en hacer el trayecto entre Normandía y París. Después de una hora no había ninguna esperanza de poder coger el último tren a Amiens que habíamos visto en Internet, así que nos tumbamos y dormimos. Como era domingo por la noche, todo el mundo parecía que se dirigía a París, así que había mucho más tráfico y tardamos más de lo esperado. El ambiente en el autobús era de cansancio y enfado, porque todo el mundo tuvo que buscar otras maneras de llegar a casa. ¡Íbamos con un retraso de 4 horas!

A las diez menos cuarto finalmente llegamos al Arco del Triunfo y cogimos el metro hacia la estación de París Norte, porque una persona de nuestro grupo vivía en una ciudad cercana a París y tenía que coger un tren para llegar a casa. Además, el hotel que reservamos estaba justo al lado de la estación de tren. Así que fuimos hacia las vías y nos despedimos de nuestro amigo, cuando de repente vimos en los paneles informativos que ¡Había un tren que iba a Amiens! Nos sorprendió mucho, y casi no podíamos creérnoslo, pero fuimos al mostrador para sacar los billetes, ya que el tren salía en 15 minutos. Uno de nosotros fue al albergue para cancelar la reserva de las habitaciones, y fuimos en busca de los billetes. ¡Pero el tren no aparecía en los datos del ordenador! No podíamos sacar los billetes, pero sabíamos que había un tren, así que tuvimos que esperar a nuestro amigo, y cuando llegó fuimos directamente al andén a buscar a algún encargado.

Al fin, de camino a casa

Le explicamos que el tren no aparecía en el ordenador, sin esconder nuestra molestia acerca del tema, y que no podíamos sacar los billetes. Nos dijo que era algo normal, que a veces los trenes no aparecían y que estaban intentando solucionar el problema. Seguía sin entender como podían pasar cosas así, pero en aquel momento me dio igual porque ya estábamos en el tren que nos llevaría de vuelta a casa esa misma noche. Así que le compramos los billetes al señor y nos sentamos. Todo el mundo estaba muy cansado, porque dormir en un autobús no es especialmente cómodo y relajante, y los dos días anteriores habían sido agotadores. Pero dormir en un tren es aún más imposible, así que charlamos un rato, y miramos por la ventana hacia el horizonte oscuro. Finalmente, después de hora y media llegamos a Amiens. Hacía muchísimo frío porque era prácticamente medianoche, y todavía teníamos que coger un autobús hacia la residencia.

Así que mi amiga alemana y yo esperamos 20 minutos al autobús y finalmente llegamos a la residencia. Estaba tan contenta; solamente quería darme una ducha y meterme en la cama. Así lo hice, y estaba contenta de estar en mi cama y no en un albergue de París por 15€ la noche. Afortunadamente no tenía clase el lunes, así que podía dormir la mañana.

Estudiando para los últimos exámenes

Los últimos exámenes antes de las vacaciones de Pascua llegarían pronto, así que tenía mucho que estudiar. Todos los exámenes eran durante las dos próximas semanas, exceptuando uno de Política. Así que decidí ir a la biblioteca del centro, a buscar algunos libros que me sirvieran de utilidad y para tomar un café con mi amigo. Era ridículo, pero aunque solo hubiéramos estado dos días sin vernos, le echaba mucho de menos. Así que después de aparentar que había estudiado un rato, quedamos en el centro para tomar un café y charlar un rato. Pero él tenía mucho que hacer, así que volvió a su trabajo y yo me fui de paseo por el centro, disfruté del tiempo y me comí una crepe antes de tener que volver a la residencia a estudiar.

Todavía era complicado para mi estudiar en francés aunque mi destreza con el lenguaje hubiera mejorado mucho durante los dos meses y medio que llevaba allí. Tenía que resumir todos los apuntes que había cogido en clase (o los que me habían mandado), cosa que me llevaría mucho tiempo, ya que después tendría que memorizarlos, todavía no era tan fácil para mi expresarme en francés. Me llevó muchas horas y concentración (cosa que no es compatible teniendo el ordenador delante) estudiar para aquellos exámenes. Para poder relajarme y descansar la mente, quedé con mi amigo para ir a correr por el parque, cosa que ayudó bastante, porque al acabar estaba tan cansada que me dormía inmediatamente y al día siguiente me levantaba muy relajada.

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