Viaje a Alemania !Allá vamos!

¡Hola viajeros, estudiantes y amigos del gremio de la mochila! Hace ya mucho tiempo que no escribo, pero recientemente he estado de viaje por Alemania con unos amigos y tengo muchas ganas de haceros saber todo lo que necesitáis para moveros por el país Germano.

Llevábamos mucho tiempo planeando un viaje por Alemania, pero por unas razones y por otras no conseguíamos dar con las fechas y los días que estaríamos disfrutando del centro de Europa. Finalmente, (y como suele pasar), de seis que íbamos a ir en un primer momento, quedamos solamente tres, pero ya sabéis lo que se dice, mejor poco y bueno que mucho y de dudosa calidad.

Imagen sacada de: http://www.guiadealemania.com/mapa-de-alemania/

Nuestra intención en un primer momento era visitar Berlín, pasar allí algunos días e ir a ver Hamburgo, Bremen y alguna ciudad más por el norte. Pero buscando vuelos vimos que era mucho más cara esa opción que visitar el suroeste del país, con ciudades que a priori son muy atractivas. Después de comparar y comparar vuelos y opciones para pasar la noche, optamos por empezar nuestro viaje en Colonia, ya que los vuelos desde Madrid hasta la tercera ciudad más grande de Alemania estaban tirados de precio en la época en la que estuvimos (abril). El vuelo de ida nos salió por 40 euros, precio que pagamos muy gustosamente para conocer una ciudad de la que todo mochilero que se precie quiere visitar.

Ya teníamos el billete de ida, pero como nuestra intención era ver todo lo posible durante la semana que duraría el viaje, decidimos coger la vuelta en otra ciudad diferente y así evitar la incomodidad de tener que volver a Colonia en caso de visitar algún destino lejano dentro de Alemania. Finalmente Nurembergnos pareció la opción más aceptable, ya que los precios eran también muy accesibles (50 euros el vuelo hasta Madrid), y además nos iba a permitir conocer Baviera al completo.

Imagen sacada de: http://www.nuremberg.es/

Nuestro viaje empezó la semana después de la Semana Santa española, de ahí que los precios fueran tan bajos, ya que la de antes y la semana de Semana Santa propiamente dicho, los vuelos, trenes, hoteles y en general precios, se disparan para unos pobres mochileros como nosotros. Dicho esto, se puede ver que estábamos en la perfecta situación para empezar nuestro viaje. Tenéis que saber que no me gusta usar los nombres de mis amigos para estas cosas (al igual que el mío), y como en cada viaje que hacemos le pongo nombres a la gente que viaja, relacionado con el destino al que vamos, pues hablaré de mis amigos con el mismo nombre que les tocó para el viaje. El nombre suele ser el apellido traducido a otro idioma, o el mote traducido a otro idioma o algo así, por eso de insertarnos de lleno en la cultura popular. En este caso, Gesich y Sanftmütig eran mis queridos compañeros de batallitas.

Gesich y yo (Knappe), estábamos esperando a Sanftmütig en el aeropuerto desde medio día. El vuelo a Colonia salía y llegaba demasiado tarde como para que tres mochileros de pro como nosotros buscáramos un hotel/casa para dormir, por lo que el plan era dormir en el aeropuerto, pese a las grandes dificultades que esto supone. Pero el presupuesto estaba muy ajustado y eso para nosotros era un “lujo”. Durante el vuelo tuvimos la suerte de que una de las azafatas era española y muy amablemente nos estuvo contando un poco qué ver y qué hacer en Colonia (al parecer lo conocía muy bien). Y cuando la dijimos que íbamos a dormir en el aeropuerto nos deleitó con un simple “suerte” (ya nos temíamos lo peor).

¡Ya estamos aquí! Colonia.

Al llegar a Colonia, bajamos a pie de pista y la verdad es que hacía bastante frío y corría un aire helado. Buscamos dentro de la terminal los bancos más alejados de la gente que había y montamos nuestro campamento base muy limitado de infraestructura de supervivencia. Elegimos unos bancos de estos de metal, que son incómodos hasta para mirar, pero era lo poco que había para poder tumbarse y que no fuera el suelo, que por cierto estaba bastante sucio. Cenamos a base de hamburguesas de un euro en un Burguer King que había en el aeropuerto (creo recordar que era Burguer King), e intentamos conciliar el sueño a pesar de lo difícil que es cuando hay gente pasando a pocos metros de tí.

Imagen sacada de: http://www.aeropuertos.net/aeropuerto-de-colonia-bonn/

Dormir lo que es dormir, algo dormimos, pero si hacemos referencia  a lo que descansamos… Creo que ahí la cosa no nos fue tan bien, ya que los tres nos levantamos con un dolor de espalada, un frío y un cansancio físico que parecía que veníamos de fiesta. Tampoco ayudó que una familia de unos seis miembros con abuelo incluido se pusiera a descorchar botellas de lo que parecía vino espumoso justo unos bancos más allá de donde estábamos nosotros dormidos. Pero a ganas no nos vence nadie y a primera hora de la mañana nos pusimos en marcha para ir a conocer colonia durante los próximos dos días.

Lo primero que hicimos fue coger un tren hasta la estación central, con la idea de ir al apartamento que habíamos contratado  a través de AirBnb, muy cerca del centro de la ciudad. Los precios en Colonia no eran demasiado caros y por tan solo 38 euros por persona y noche cogimos un apartamento no muy lujoso pero junto al centro de Colonia, a tan solo diez minutos de la Catedral de Colonia (Kölner Dom). Nada más salir de la estación nos encontramos de bruces con la gran cara principal de la catedral, que da una magnífica bienvenida a los turistas a la ciudad. Como estábamos cansados y habíamos quedado a las nueve de la mañana con Isam, (el propietario del piso donde íbamos a dormir dos noches), nos fuimos directamente a su encuentro, dejando para la tarde la visita por la ciudad y las fotos de rigor.

Imagen sacada de: http://destinosa1.com/alemania/catedral-de-colonia/

Isam era un tipo serio, pero que no nos dio en ningún momento mala espina y estuvo poco con nosotros, el tiempo justo para darnos las llaves y darnos las cuatro indicaciones básicas de los alojamientos AirBnb; “la clave de wifi está escrita en la nevera”, “ya sabéis que no podéis fumar”, “vivo a cinco minutos, para cualquier cosa me llamáis”… Sobra decir que no hablábamos alemán ninguno de los tres y la conversación transcurría en un inglés poco británico. Después de asentarnos en las camas y el sofá cama, salimos a comprar algo de comer al supermercado más cercano, donde cogimos todo lo necesario para pasar los dos días hasta que pusiéramos rumbo a Baviera.

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