Mi experiencia en Alemania. Saarbrücken y Trier.

Hace unos días estuve hablando con una amiga sobre un viaje que realizamos hace ya algunos años a Alemania. Fuimos a este país por un proyecto llamado Comenius, que tenía el objetivo de dar a conocer los juegos tradicionales de cada país. Así pues, nos juntamos en la ciudad de Saarbrucken personas de diferentes países: España, Alemania, Francia e Italia (no recuerdo si había gente de algún país más). Además, realizamos una pequeña excursión a Trier, una ciudad muy interesante y que yo no conocía en absoluto.

Una semana viviendo con alemanes

La gracia de todo esto es que nuestra estancia allí fue en casas de gente local, por lo cual pudimos vivir muy bien la experiencia, y aprender mucho de la cultura y la forma de vida del país.

Yo, la verdad, tuve muchísima suerte con la familia que me tocó. Tenía un poco de miedo ya que había realizado el intercambio en su momento, y no me fue demasiado bien la experiencia. Pero en Alemania todo fue muy distinto. Los padres fueron encantadores, la chica de mi edad estuvo muy pendiente de mí en todo momento, y los hermanos también pusieron de su parte. Me sentí muy acogida.

Mi estancia fue en una casa en las afueras de la ciudad, donde todo era muy verde. Era una típica casa de película, muy bonita. Dormía en la habitación de los juegos, me parece que era, ya que era una sala muy grande con televisión y demás, y en una de las esquinas había una cama en lo alto. Lo que me parecía tétrico era que esa habitación tenía un ventanal como puerta con el exterior, y sin persianas ni nada. Yo pensaba que en cualquier momento por la noche alguien podría entrar rompiendo el cristal (a veces somos un poco dramáticos y nos da por temernos lo peor), pero por suerte no pasó así. Otra cosa curiosa es que las bañeras allí no tenían cortinas, lo cual no tiene ningún sentido, puesto que si te quieres dar una ducha, lo pones todo perdido.

Nos juntamos con gente local y la verdad que resultaron ser todos muy agradables, así que la experiencia, en general, fue muy buena.

Con la familia con la que me quedé, subí a un monte localizado en la ciudad, desde el que se podía ver todo. En general la vegetación por esta zona es muy verde, lo cual a una persona del sur de España siempre le va a llamar la atención.

Sarrebrucken: capital de la provincia del Sarre

Sarrebrucken constituye una ciudad a orillas del Río Sarre, localizada en el suroeste de Alemania, y que limita con Francia en el oeste y el sur. Consta con un aeropuerto internacional, por lo que puedes ir a esta ciudad directamente, y la mejor forma de moverse por la ciudad es el autobús. Recuerdo que se sacaban tickets que podían valer para unas horas, para un día o bien para una semana, lo cual sale bastante rentable si os vais a mover mucho por la ciudad. Yo tuve el de toda la semana, y la verdad que cogí el autobús muchísimo. El servicio era bueno y llegaba a todos los puntos de la ciudad.

Sarrebrucken resultó ser una ciudad bastante bonita y cuidada, una ciudad que, la verdad, me sorprendió un montón. Lo mejor fue dar vueltas por su pintoresco casco histórico, lleno de fachadas que te harán pararte en cada esquina y visitar los monumentos más importantes de la ciudad, aprendiendo un poco más sobre esta ciudad tan interesante.

Uno de los principales puntos de interés de la ciudad es la Plaza San Yohanner Markt, donde encontraréis muchas cafeterías, restaurantes y tiendecillas. En definitiva, se concentra el ambiente de la ciudad, y es una plaza muy agradable donde sentarte a tomar algo. En esta plaza se realiza un Mercadillo en Navidad, lo cual debe de ser muy bonito de ver, ya que esto le tiene que dar a este lugar un toque muy especial.

Cerca de esta plaza encontraréis la Basílica de St. Johann (o Basílica de San Juan Bautista), que ha tenido varias renovaciones a lo largo de la historia. El horario de visita es de 9:30 a 17:00 todos los días, aunque hay misas también a ciertas horas del día, y también se realizan conciertos de órgano.

También, muy cercano a esta plaza está el Teatro Nacional del Sarre, que se encuentra rodeado de un amplio parque por el cual podéis dar un agradable paseo. Allí se celebran ciertos actos importantes en diferentes épocas del año, y además se reúne la Orquesta del Sarre, por lo cual os recomiendo mirar los eventos antes de ir. Justo al lado está el Museo Nacional del Sarre, que cuenta con una colección antigua y otra moderna, además de obras de artistas alemanes de gran relevancia. Destaca en este museo el Jardín de las esculturas.

Al cruzar el Río Sarre, encontraréis el Palacio Schloss, que combina los estilos Barroco y Art Nouveau, y en el cual tienen lugar diversos actos culturales. Puedes visitar este castillo de lunes a viernes de 8:30 a 16:00, y los sábados y domingos de 10:00 a 18:00. En este sitio, llevan levantándose castillos desde la Edad Media, cuando tuvo lugar la primera construcción. Posteriormente, se levantó un castillo renacentista.

Otra punto de gran importancia en esta parte de la ciudad es la Ludwigskirche, una de las iglesias protestantes más importantes de todo el país. Está iglesia de estilo barroco se encuentra en laLudwigsplatz, una plaza que también es bastante bonita.

Excursión a la ciudad de Tréveris (Trier)

Uno de los días hicimos una excursión a Trier, una ciudad localizada una hora y media, aproximadamente, de la ciudad de Sarrebrucken. Se trata de una ciudad con gran importancia, en especial por su pasado romano. Hasta se dice que esta ciudad constituye una de las más antiguas del país. 9 puntos de la ciudad y alrededores han sido nombrados Patrimonio de la Humanidad.

El icono de la ciudad, sin duda es la Porta Nigra, una puerta romana fechada en 160 d.C., muy bien conservada, que se llama así por su color oscuro, anteriormente totalmente negro. Es un monumento que impresiona de veras, debido a su gran tamaño. Es posible entrar, aunque yo no lo hice, a su interior, donde se guarda una colección de arcos. Es curioso ver toda la historia que ha vivido esta Puerta romana, que fue habitada por el Monje Simeón durante 7 años, tras los cuales se alzó una iglesia dentro de este monumento, que fue derruida posteriormente.

También de herencia romana, podéis ver el Anfiteatro de Trier, y las Termas Imperiales de Trier, localizadas que constituyen unas de las termas más grandes a nivel mundial. Además, el puente más conocido de los que cruzan el Río Mosela (el río que atraviesa la ciudad) es el Puente Romano, que data en el Siglo II.

La Hauptmarkt, o Plaza de Mercado, es la más bonita de la ciudad. Se encuentra rodeada de edificios góticos y renacentistas. Aquí se encuentra la Iglesia gótica de St-Gangolf, que llama la atención por su alta torre. En esta plaza hay varios puestos de comida, donde probé las verdaderas Bradwurst, que estaban riquísimas. Es genial coger comida y poder comerla sentado en esta maravillosa plaza.

La Catedral de Trier, llamada Catedral de San Pedro, está localizada en la plaza Domfreihof y constituye una de las iglesias más antiguas de Alemania. Esta catedral cristiana, tiene una mezcla de estilos por las diferentes modificaciones que ha vivido a lo largo de la historia. Tiene pues, elementos barrocos, románicos y góticos. Es un monumento que impresiona ver, y al cual, sin duda, merece la pena entrar. Para los más interesados, es posible solicitar una visita guiada en la oficina de información de la Catedral. Junto a ella se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora, de estilo gótico y datada en el siglo XII. Este conjunto está declarado Patrimonio de la Humanidad.

Otra iglesia que merece la pena ver es la Abadía de San Matías, un edificio católico, constituido como monasterio benedictino. Está datada en los Siglos X, XI y XII y a pesar de haber sufrido diversas remodelaciones a lo largo de los años, conserva la estructura original. Su inmensa importancia se basa el que alberga la tumba de uno de los apóstoles de Cristo, San Matías.

Callejeando por la ciudad, dimos con la casa donde nació y vivió el pensador Karl Marx, que actualmente funciona como museo. Justo enfrente se encuentra la que era casa de su esposa, que actualmente funciona como un banco.

La Casa de los Reyes Magos es también un edificio en el que que hay que pararse, puesto que constituye el edificio más antiguo del país. Llama la atención por sus ventanas de estilo romano y gótico.

No nos dio tiempo a ver mucho más, pues tuvimos poco menos que un día en la ciudad, pero sin duda merece la pena visitar esta ciudad alemana.

 

Espero que os haya gustado, y si queréis dejadme recomendaciones sobre este país en comentarios, ya que me queda aún mucho que visitar por Alemania. ¡Nos vemos en el siguiente post!

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