Kehl

Como bien sabéis desde Estrasburgo se puede ir a Kehl fácilmente con la línea de tranvía D. En nuestros primeros días en Estrasburgo, quisimos ir a visitar la ciudad alemana. Kehl es una ciudad muy pequeña y apenas tiene cosas que ver.

El centro está formado por una calle principal, una plaza con una iglesia y poco más. La mayoría de gente de Estrasburgo que va regularmente a Kehl es para hacer la compra, ya que allí las cosas suelen estar mucho más baratas que en Estrasburgo.

Cuando nosotros fuimos, tuvimos la suerte de que estaban de fiesta o algo así. Había una especie de escenario donde pasaban artistas a cantar y a tocar instrumentos, y también había puestos de comida alemana (mi parte favorita, sin duda). 

Yo como soy bastante simple, me pedí la salchicha más normal que había, particularmente la Bratwurst y unas patatas. Aunque debo reconocer que me quedé con las ganas de probar la Feuerwurst que es una de las salchichas más picantes que suele haber en esos puestos portátiles de comida. Bueno, al menos las patatas estaban algo picantes, resulta que los alemanes le suelen echar alguna especia rara a las patatas que les da bastante sabor, y hace que piquen un poco también.

Aparte de comer y ver un poco la calle principal, no hicimos mucho. Aprovechamos para entrar a las tiendas, donde todos los productos nos parecían gangas, en comparación a Estrasburgo.

Lo bueno de Kehl, es que en la calle principal de la que os hablo, hay una tienda china muy grande donde se puede encontrar casi cualquier cosa, como en España, mientras que en Estrasburgo, es mucho más difícil encontrar una tienda así, y la mayoría son pequeñas y no tienen casi de nada.

En esa tienda de Kehl compramos muchas cosas: toallas, una tostadora, dos lámparas, una sartén… y todo bien barato. Además, después de casi nueve meses aquí, no nos han dado ningún problema. Si hubiéramos comprado todo eso en Estrasburgo, probablemente nos habríamos gastado el doble de dinero por cada producto.

Además en Kehl hay alguna que otra tienda de TODO A UN EURO. ¿De esas a las que luego entras y hay excepciones por todas partes? Sí, pero bueno, al menos hay cosas a un euro, y eso a los españoles nos gusta e incluso cuando no necesitamos nada, entramos por si encontramos algo.

En definitiva, que Kehl es la alternativa a Estrasburgo para hacer la compra y el amigo fiel de los que no tenemos mucho dinero.

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