Monasterio de Alcobaça

Ahora que faltan escasos días para que acabe el Concurso Erasmus, servidor aunque se deba dejar algunos otros rincones, al menos las Siete Maravillas de Portugal se deben nombrar.

No creo que sea necesario nombrarlas una vez más, pero sí que explicar aunque algunas mi criterio indique que algunas no sean nada del otro mundo como es el caso del Castillo de Guimarães, en otras, no hay discursión posible ya que son grandiosas como es el caso del Monasterio de Alcobaça.

Cómo llegar

Alcobaça es una pequeña población de alrededor de 15. 000 habitantes aunque su concelho abarque unas 50. 000. La ciudad se encuentra bastante al sur, más cercana a Lisboa que Leiria o Coímbra, al encontrarse en la región de Estremadura (no confundir con la Extremadura de España).

Por esa razón, la mejor manera de llegar es utilizando el coche si uno parte de Leiria o Coímbra. En autobús es posible y seguramente aconsejable para la gente que se encuentra de Erasmus en Lisboa pero en el caso de Leiria y Coímbra, como ya he dcho valdrá más la pena el coche.

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Un poco de historia...

Existen dos historias, la tradicional y la real. La forma tradicional cuenta que el rey Afonso Henriques prometió que si conquistaba Santarém construiría un monasterio como promesa, al realizar la conquista tuvo que cumplir su promesa y construyó el monasterio de Alcobaça.

Mientras que la real, se explica la construcción del monasterio como foco para que hubiera un repoblamiento rápido y eficaz para que la reconquista portuguesa continuará hacia el sur ya que Afonso Henriques consiguió conquistar un vasto territorio despoblado que hacia de frontera.

La construcción del monasterio empezó en el año 1178, siendo el encargado San Bernardo de Claraval, abad responsable de la Orden de Císter, procedente de Francia. Esta orden se basaba en que debían de vivir de su trabajo y no acumular riquezas.

El edificio fue construido en un lugar bastante fértil entre los ríos Alcôa y Baça que dan nombre al monasterio y municipio.

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El monasterio fue ocupado a partir de 1223 cuando las principales partes del monasterio estaban construidas. Entre los años 1308 a 1311 se construyó el Claustro del Silencio y posteriormente, en 1355 se construirían las tumbas de Don Pedro y de Doña Inés de Castro de las que luego hablaremos.

En el siglo XVI, entre 1505 y 1519, el arquitecto João de Castilho, el cual ya fue nombrado varias veces al participar en el Convento de Cristo y en el Monasterio de los Jerónimos, construiría una galeria superior a la del Claustro del Silencio.

En lo siglos XVII y XVIII hubo también otras reformas como las de la fachada de la iglesia o la construcción de la cocina. Al extinguirse las órdenes religiosas en 1834, el lugar fue aprovechado de muy diversas maneras, al ser tan grande cada parte tuvo distintos usos. Desde telégrafos, pasando por escuela, vivienda particular, dependencias municipales...

Por esta razón al igual que sucede con el del Monasterio de Batalha o el Monasterio de los Jerónimos, lo más interesante es la arquitectura del edificio ya que apenas queda algo de mobiliario de la época.

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También nombrar la historia de Pedro I y de doña Inês de Castro. Es la típica historia de amor que uno encontrará en Portugal. Inês de Castro acompañó a su prima Constanza que se casaría con el hijo de Afonso IV.

Pero el amor surgió entre ambos, lo que resultó hago difícil al casarse Constanza con Pedro I. aunque por suerte de la pareja, Constanza acabó muriendo cuando dio a luz a un hijo.

A partir de ese momento, vivieron juntos y se casaron en secreto. Pero Afonso IV viendo que la relación podría llevar a una guerra con Castilla (pues Inês era de Galicia que pertenecía al reino castellano), decidió matarla junto con otros nobles en el monasterio de Santa Clara de Coímbra. Y al estar en Coímbra, un servidor ve muchos lugares con el nombre de Inês de Castro.

Unos años después murió Afonso IV, y el rey Pedro I acabó vengándose de los nobles que ayudaron a matar a doña Inês. La leyenda dice que la sacó de su tumba e hizo que los nobles le besaran la mano como símbolo de lealtad. Actualmente, ambos amantes "duermen" en el Monasterio de Alcobaça.

Dejando de lado la historia de amor, el Monasterio tiene el honor de ser el primer edificio gótico construido en Portugal, de ahí su gran importancia.

El Monasterio de Alcobaça

Sabiendo todo esto empezaremos visitaremos el monasterio de Alcobaça pero antes nos fijaremos en su fachada. La fachada fue acabada en 1725 según un proyecto del Fraile João Turriano. Al lado de la fachada se encuentra la "galeria de exposições" que alberga distintas exposiciones temporales de arte contemporaneo y fotografía, al ir en un grupo no me dio tiempo a visitarlo.

A continuación, entraremos en la iglesia de Alcobaça, la verdad que es gigántesca y bonita, con un estilo sencillo. Construida en forma de cruz latina, el lugar destaca porque en cada una de las partes está la tumba de Pedro I y la de Inês de Castro.

La figura de Pedro I, está soportada por tres conjuntos de ángeles y teniendo a sus pies a un perro. Una parte se encuentra dañada debido a las guerras napoleónicas. Se puede ver una Rueda de la Fortuna con imágenes de la vida de los amantes, es algo único en la escultura europea contemporanea.

En cuanto a la tumba de doña Inês de Castro, está soportada también por seis ángeles y a sus pies se puede ver unas imágenes sobre el Día del Juicio Final. Mientras que a cada uno de los lados son representados escenas de la vida de Jesús.

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Después de ver la iglesia, uno pasará a ver los tres claustros que forman el Monasterio de Alcobaça. El primero de ellos es el más bonito es el "Claustro do Silêncio" (Claustro del Silencio en castellano) o de Dom Dinís por reformarse en época de ese rey portugués. El nombre de "Silencio" se debe al voto de silencio impuesto a los monjes, este es el verdadero centro del monasterio, donde se distribuyen el resto de partes del monasterio.

Es el mayor claustro gótico portugués, realizado por los arquitectos Domingo Domingues y el "Mestre" Diogo.

Una de las salas más bonitas que se pueden acceder desde el claustro es el "Refeitório" (el equivalente al comedor en español). De grandes dimensiones, está formado por tres naves con cinco tramos divididas en columnas con decoración vegetal.

Desde el refeitório, accederemos a la cocina, es de unas de las partes más curiosas. Fue de las últimas reformas del monasterio, en el siglo XVIII debido a las necesidades de la comunidad monástica. Lo más bonito son las distintas fuentes y los azulejos que adonan el lugar.

Accederemos por unas escaleras que nos llevarán hasta el piso superior donde daremos una pequeña vuelta por el Claustro del Silêncio hasta que lleguemos a la siguiente sala. La sala do Capítulo fue uno de los espacios más importantes del Monasterio del que también existía en el Convento de Cristo y en el Monasterio de Batalha.

Aquí se decidían los asuntos más relevantes de la vida del Monasterio. De construcción gótica, tiene una planta casi cuadrada. La "Sala dos Monges" también merece una pequeña visita.

A continuación estaremos en el Claustro de Cardeal o "Claustro dos Noviços". Denominada así por el Cardenal-Infante Dom Henrique, responsable de que se añadiera este claustro, que se encuentra atribuido a Miguel de Arruda, realizado a finales del siglo XVI.

Este claustro se encontraban los principiantes del claustro, los "noviços" alojados en la Sala dos Monges.

Por último, nos quedarán dos lugares, por un ladro el Claustro do Rachadoiro, que se realizó debido a la falta de espacio de la biblioteca, veremos únicamente por encima el claustro desde una de las habitaciones que dan al Claustro do Cardeal.

Por último, mencionar la Sacristia Manuelina, fue reconstruida después del terremoto de 1755 que azotó Lisboa pero que también llegó a Estremadura. Basada, en la misma del siglo XVI, mandada realizar por Manuel I y cuyo portal manuelino se atrubuye a João de Castilho. Y con esto se acabará nuestra visita al Monasterio de Alcobaça.

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También debo mencionar su precio y horario. El precio es de 6 euros pero con carné de estudiante vale un 50%. Es caro pero vale la pena visitarlo.

En cuanto su horario abren de 9. 00 horas hasta las 17. 00 horas en horario de invierno entre octubre y marzo. Mientras que entre abril y septiembre es ampliado hasta las 19. 00 horas. En general, es un horario inferior al de España pero abren una hora más temprano que otros monumentos por lo que puede ser una buena idea visitar primero este monumento.

En conclusión, me pareció un lugar interesante aunque eso sí, me gustó más el de Batalha que casi lo vi a la vez. De todas formas, totalmente recomendado su visita y más siendo una de las Siete Maravillas de Portugal.