Una noche normal que se convierte en memorable.
Una noche normal que se convierte en memorable.
¿Qué te parece si salimos a tomar una cerveza esta noche?
Si tú haces esta pregunta en tu ciudad, un día cualquiera, lo más seguro (no siempre) es que acabe siendo una noche como otra más. Quedas con ese amigo, os tomáis una cerveza los dos juntos, y todo termina ahí.
Pues bien, ayer por la noche día 14/01/2017 decidí quedar a tomar una cerveza con mi colega Lorenzo (italiano), y esto es lo que pasó:
Habíamos quedado en los canales de Navigli, un sitio lleno de bares en la otra punta de Milán (se te hace hasta una hora en metro desde la residencia U22). No había problema, esa cerveza tenía que ser allí si o si, teníamos pendiente ir a probar esa conocida birrería llamada "Fontanelle".
Lorenzo me preguntó si podía invitar a un amigo y a una amiga suya al plan. ¡Por supuesto, sin problemas! Empezamos siendo cuatro, pero luego a última hora solo íbamos a ser tres: Kelly (francesa), Lorenzo (Italiano) y yo. Ingenuo de mí pensaba que esto era una vida normal, y la noche se quedaría tal cual estaba planeada, pero NO.
Nos vemos en Porta Génova a las 9.
Salí de mi residencia a las 7:50 para ir con tiempo, y a los 2 minutos de comenzar a andar vi pasar el autobús que tenía que coger, odioso y amado (según la ocasión) autobús 53.
Ahora tenía que tomar una decisión: andar hasta la estación de metro (10 minutos) o esperar el autobús (entre 15 minutos y 4 días). Decidí empezar a andar. Hacía un frío impresionante, yo no estoy acostumbrado a estas temperaturas, normalmente no me apetecería precisamente hacer un camino de 1 hora para tomar 1 cerveza. Pero... ¡¡Estaba muerto de ganas!!
Recorrí las mil paradas de metro correspondientes (con su respectivo cambio) y llegué a Porta Genova.
- Lore, estoy aquí ¿Qué te queda?
- Arrivo subito (Llego enseguida)
Estuve esperándolo fuera, me dijo que su tranvía era el número 14, pero ningún 14 pasaba por allí. Luego se daría cuenta que cambiaba de dirección y que tenía que pegarse una buena caminata para llegar hasta donde yo estaba... ¡¡Te espero abajo en el metro, PAREZCO UN PINGÜINO!!
Al bajar de nuevo al metro me di cuenta que la inteligencia de Kelly era superior a la mía. Ella estaba esperando allí durante todo el tiempo, yo... yo tenía la nariz congelada gratuitamente hahaha.
- ¡¡¡KELLY!!! ¿¿Cómo estás?? (Luis)
- Que alegría verte de nuevo Luis, feliz año nuevo. (Kelly)
- Feliz año también a ti. ¿Qué tal todo? Has aprendido italiano según veo. (Luis)
- Sí, sí, un poco, hahaha, tú también. (Kelly)
- Nos defendemos, hahaha (Luis)
No sabéis cuánta emoción estaba inmersa en esa conversación. Kelly fue mi compañera en el primer mes, cuando tuvimos que hacer obligadamente un curso de italiano. Ambos progresamos rápidamente, ella le mostraba más interés que yo a ese curso (para que nos vamos a mentir, yo prefería cervezas entre italianos), pero a día de hoy... ambos hablábamos italiano entre nosotros. Era una sensación única.
- Oye... he invitado a unos amigos más si no os molesta, vendrán ahora.
- ¡¡POR SUPUESTO!! Sin problemas.
¿Quién es Lorenzo?
Al fin llegó Lorenzo, hacía muchísimo tiempo que no lo veía. Cuando estás de Erasmus las amistades no se cuentan por el tiempo que pasas juntos (que también) sino por las aventuras que habéis vivido. Lorenzo y yo habíamos compartido el Oktoberfest codo con codo, tardes en el parque Sempione jugando a juegos inventados y sobretodo... Lorenzo fue la primera persona que me ayudó en mi Erasmus junto a Ibra.
Estábamos en un bar llamado Magafurla (cercano a la universidad) y yo aún no conocía a nadie en la ESN ni en los grupos de erasmus. Llegamos a ese bar y yo aún no había cenado, Lorenzo me preguntó que qué quería y le dije ¡¡CENAR!! Se reía. ¿Aún no has cenado? Voy a ver si tienen algo.
Yo no entendía casi nada de italiano, por lo que le dije que eligiese qué cenaba yo esa noche hahaha. Entonces lo eligió y se sentó conmigo a "cenar". Estábamos en una mesa dentro del bar, yo con mi plato y él con una birra. Fuera estarían todos los Erasmus y demás ESNs, pero él estaba conmigo. No sabíamos cómo comunicarlos, porque yo no hablaba ni inglés, ni italiano y él no hablaba español. No paraba de repetirle que muchas gracias, y que algún día podremos hablar sin problemas en italiano.
Quiero que os imaginéis el tiempo que ha pasado, las cosas que han pasado y el cambio que he podido notar desde el primer día a este día que os voy a contar.
Lorenzo está a mi lado en esta foto, sujetando la bandera de la ESN. Fue el viaje al Oktoberfest donde nos pegaríamos horas y horas juntos, y donde tenemos fotos que es mejor que nunca, repito NUNCA, salgan a la luz para poder mantener la reputación de ambos.
Continuamos con el plan.
Estábamos en Porta Génova, Lorenzo, Kelly y yo. Hablamos durante unos minutos para ponernos al día y enseguida llegaron los amigos de Kelly.
Empezamos las presentaciones y algo vi raro, Kelly también se estaba presentando con alguna gente. ¿¡Qué está pasando aquí!? Pues bien, resulta que los amigos de Kelly invitaron a más amigos y ya éramos ocho: París, Sao Paolo, Milán y Murcia.
Con algunos empecé a hablar en inglés, con otros en italiano. Empecé a mezclar las caras y a los que tenía que hablar en inglés les hablaba en italiano y viceversa: un jaleo. Aún no sabía muy bien quiénes eran amigos de Kelly y de dónde venían los demás, pero había un buen ambiente. Y yo me encontraba chapurreando (Con bastante éxito) las dos lenguas que al principio de mi erasmus no lograba ni comprender una palabra.
Llegamos a Fontanelle sobre las 9:45 y estaba absolutamente LLENO. Teníamos que esperar durante 30 hora para poder entrar, por lo tanto, recorrimos Navigli en busca de otro bar.
8.9 º triple X's plus.
Vale, ese no era el verdadero nombre de la cerveza. Pero era la que Lorenzo se quería pedir, por lo tanto, lo acompañé. Es la que más grados lleva (decía mientras se reía).
Empezamos la noche compartiendo impresiones, lugares e historias. Lorenzo y yo estábamos sentados codo con codo, como ya habíamos hecho tantas veces. Hablábamos de historias que nos habían pasado y poco a poco el grupo se fue abriendo. Entonces, conocimos a Rodolfo (no os podéis ni imaginar la cantidad de risas que pudimos a tener con Rodolfo esa noche).
Rodolfo venía de Sao Paulo (Brasil), e iba absolutamente solo. Había estado anteriormente en Portugal y ahora estaba visitando Milán donde se encontró con el grupo de amigos de Kelly en el hostal, que lo invitaron a salir con ellos (lo normal). Iba a pasar allí dos días, y después se iría a "x" montaña (no recuerdo el nombre) a hacer snowboard. Lo mejor de todo es que iba a ser el cumpleaños de Rodolfo en unas horas y nosotros no lo sabíamos.
Uno de los integrantes del grupo pagó toda la cuenta sin que nosotros supiésemos nada. Decía que antes le habían invitado a él y que ahora le tocaba, pero Lorenzo y yo éramos nuevos y aun así incluyó nuestra cerveza.
- Muchas gracias tío, si quieres una cerveza pídemela a mí, estás invitado. (Lorenzo)
- Otra de mi parte. (Luis)
- Otra de la mía (Rodolfo)
- (Así todo el grupo)
Nos levantamos y fuimos en busca de un pastel (Lorenzo y yo no sabíamos para que querían un pastel a estas horas). Nos enteraríamos más tarde de que... ¡¡ERA EL CUMPLEAÑOS DE RODOLFO!!
Happy birthday na, na, na, na, happy birthday to you.
Estábamos dentro de una pastelería, compramos un pastel para Rodolfo y comenzamos a cantarle el feliz cumpleaños en inglés. Todo iba perfecto hasta que llegó la parte donde se dice el nombre de la persona que cumple años, ahí nos miramos todos y sustituimos el nombre por un disimulado "na, na, na, na". Rodolfo se estaba meando de risa, y Lorenzo y yo estábamos dándole golpes a la pared y llorando. Esta escena se repitió en italiano y luego en francés, Lorenzo y yo no podíamos más, estábamos muertos de la risa. Rodolfo también.
Lo mejor llegó cuando al terminar de cantarle los tres cumpleaños felices Rodolfo dijo: "Muchísimas gracias chicos, ha sido un placer pasar mi cumpleaños con vosotros", a lo que Kelly contesto "¿Pero cuál es tu nombre?"
Lorenzo y yo no parábamos de golpearnos y abrazarnos de la risa, no era posible que esto estuviese pasando. Rodolfo llorando también dijo: "Me llamo Rodolfo encantado", a lo que Kelly volvió a contestar "AHHHH, encantada Roberto"
NO ERA POSIBLE, era ese ambiente contagioso donde todos reían y cada palabra que continuaba hacía más risa que la anterior. Roberto, Rodolfo o como se llamase, venía de Brasil, a pasar el cumpleaños con nosotros, estoy seguro que nunca lo olvidará en su vida. Yo tampoco.
Yo soy más italiano que tú.
La conversación de Lorenzo y mía se aumentó uniendo a Rodolfo al grupo. Después de cantarle el cumpleaños feliz de esa manera era como otro más del grupo, aún sin saber nada el uno del otro.
- ¿De dónde eres? (Rodolfo)
- De Nápoles (Luis)
- Ahhhh... una amiga mía que ahora vive en Sao Paolo es de allí (Rodolfo)
- Hahaha no, en verdad soy de España (Luis)
- ¡¡Serás cabr**!! hahaha YO SOY MÁS ITALIANO QUE TÚ.
De repente Rodolfo saca un carnet de identidad italiano ¿Cómo lo había conseguido? Ninguno lo sabíamos, pero tenía su foto, su nombre y todo el documento en regla (aún sin saber decir una palabra en italiano).
- NO TE CREO ¡¡¡Lorenzo mira!!! (Empezamos los tres a reír sin parar) ¿¡Tú qué tienes de italiano cabr**!? (Luis)
- Eso no es lo mejor chicos, mirad lo que pone aquí (Rodolfo)
- ¿¿Profesión dentista?? (Luis)
- Me dijeron que eligiese una profesión y desde pequeño siempre quise ser dentista (Rodolfo)
Lorenzo y yo no parábamos de llorar de la risa, era contagioso, Rodolfo era un guasón y cada palabra que decía nos hacía reír más todavía. Nosotros no podíamos añadir nada a la conversación salvo algún que otro balbuceo entre risas.
Una noche normal.
Lo que comenzó como una noche normal entre Lorenzo y yo, acabó siendo una de las noches que mejor me lo he pasado en mucho tiempo. Franceses, españoles, italianos... Esto chicos, es la magia del Erasmus, donde una noche normal se puede convertir en un recuerdo para toda la vida.
Saludos a Rodolfo, feliz cumpleaños colega.
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