Mamá.... ¡pues ya parece que sé cuándo llego!

Publicado por flag-es Anthony Power — hace 11 años

Blog: Tramas experience in Lodz
Etiquetas: Noticias Erasmus

Por aquel entonces, era de madrugada, un jueves día 20 de Diciembre del pasado año 2012, a escasas horas de que llegara el famoso dia 21 del Fin del Mundo o quizás de la llegada de todos a España, y es que sabíamos que pasara lo que pasara, no iba a ser un día más. Y es que tampoco teníamos esa sensación de que de nuevo la mala suerte nos acompañara de todas y todas y volviéramos a aplazar la vuelta (la dichosa "desviación negativa" tendría que terminar tarde o temprano); sino que por el contrario, el optimismo y las buenas vibraciones eran las que llamaban a nuestra puerta.

Como decía, el gaditano y yo fuimos los últimos en acostarnos, y es que si no queríamos improvisar para el "día clave" demasiado, debíamos de hacer un par de cosas antes de dormir. La primera era que como yo sería el único que tendría internet en el móvil cuando estuviéramos en España (ya hablaré del tema móvil con respecto a la previa a irde de Erasmus, que creo que lo que yo hice de dejarme mi contrato no fue una muy buena idea), pues debía bajarme la Ruta Michelín del viaje paso a paso y pasársela a los demás compañeros de viaje por si cualquier cosa pasara. Y es que mi móvil si dura seis horas vivo con la batería, es un milagro; así que era algo importante. En ese caso, escogimos la ruta que ya mencioné en artículos anteriores que pasaba por Zaragoza y llegaba a Sevilla sin peajes. Según Michelín llegaríamos en unas doce horas y el gasto de gasolina rondaría los 120 euros.

La cosa estaba en que si bien con peajes, la ruta más corta era la de coger por la autovía del Mediterráneo, la cual pasa por Valencia, Castellón, etc desde Barcelona; sin peajes la más rápida es la de Zaragoza, por lo que nos ahorrábamos tanto este coste como lo que pudieran contribuir nuestras dos compañeras de allí, que a esa hora pues se vendrían con nosotros en el coche.

Y por otro lado, la segunda cosa pendiente antes de irse a descansar era la hora exacta de levantarse y quién se ducharía primero (psss no os creáis que es una vanalidad, pues de suma importancia es el asunto ante un día en el que no se puede llegar tarde o perderíamos el avión); y lo solucioné rápido pues le cedí el primer puesto (me gusta el riesgo de ser el último, no es por descansar más....) y la hora serían las 6.30, puesto que a las 7,30 nos recogería el autobús para llevarnos definitivamente (nunca digas definitivamente a algo, porque no lo será), al aeropuerto.

Pero es que había otro plan importante para la mañana y no era otra cosa que comer todo lo posible en los escasos quince minutos que tendríamos antes de subirnos al bus. Un plan bien tramado y con máxima eficiencia sería el que los cinco en cuestión que nos ibamos (lógicamente crack, no se qué otras personas si no), nada más llegar a la zona de desayuno, cogieramos las dos cosas que le cabieran en las manos, y una vez con todos los platos en la mesa, se iría levantando uno a uno en rotación perfecta cada 45 segundos para que fuera cogiendo dos platos más, mientras que cada uno tendría más de cuatro minutos de descanso entre rotación y rotación para zampar a la máxima velocidad posible e intentar llegar con algún kilo de más, gratuito por supuesto, a Barcelona. Pero claro.... eso era una paranoia exagerada y como nada se puede planificar ni pensar, pues, no se terminó haciendo eso.

¿Por qué? Pues porque el despertador nos sonó (era mi móvil, yo tenía la responsabilidad), pero recuerdo apagarlo acto seguido y pasando de él, del desayuno, del vuelo y de todo en general. Lógicamente fue algo no consciente, y es que habíamos dormido poco, por lo que mi cuerpo pasó de todo aquel entramado y prefirió seguir durmiendo. Menos mal que no veníamos solos y las otras tres compañeras nos despertaron a las 6,50 cuando lo tenían todo listo para bajar a la zona de desayuno que comenzaba a las siete en punto de la mañana (cómo son las mujeres, como lo tienen todo pensado y calculado...)

- "Ala, a la mierda...." Pensé en aquel instante, y es que todo mi plan se había ido por el retrete puesto que el tiempo nos agobiaba y ya no podría coger mis dos kilitos de "free" del desayuno "Ryanair".

- "Joder, mira la hora que es Antonio, hay que ducharse muy rápido y bajar ya. ¿Quién se mete primero?"

- "Venga metete tú primero y yo mientras termino de colocar algunas cosas de la maleta". Que por cierto, manda huevos que estuviera terminando de hacer la maleta con varias cosas que tenía allí en el sofá, justo a minutos escasos de tener que irnos. Y lo mejor de todo es que yo mismo escribí un artículo en este blog titulado "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" (http://erasmusu.com/es/blog-erasmus/general/no-dejes-para-manana-lo-que-puedas-hacer-hoy-130525), pero psss como "en casa del herrero, cuchillo de palo", pues eso, que no se puede estar tan tranquilo todo el día sin riesgo alguno.

Había exactamente siete minutos para que nos ducháramos los dos, nos vistiéramos, termináramos de preparar las maletas y remirar por el cuarto una y otra vez por si nos habíamos dejado algo. Total, que "estábamos dentrísimo" (no se si esto es irónico o no la verdad), y es que sólo se que al ver como mi compañero se metía en el baño y justo cuando acababa él, yo terminaba de tener todo arreglado con respecto a maleta y revisar por el cuarto, fue cuando lancé un contundente:

- "Bah, tranquilo chaval que vamos sobrados de tiempo"

Eso sí, tan sobrados como que tenía que ducharme y vestirme en tres minutos, lo cual sería el top record de tiempo en estar en la ducha de toda mi vida. Yo confiaba en mis posibilidades y el hecho de que eligiera en esa ocasión como dice mi madre "la ducha del gato", la cual no explicaré por aquí, pues hicieron que entrara dentro de la mínima y pudiera avanzar a la siguiente ronda de calificación, que se encontraría en la "sala de desayunos".

Llegamos corriendo con las maletas en la mano, cogimos rápidamente dos platos y los llenamos con todo lo que pudimos en el poco tiempo que teníamos. En unos quince minutos saldría el autobús, por lo que tendríamos unos diez minutos más o menos para comer todo lo que pudiéramos. Y es que empecé sin escrúpulos y me llene el plato hasta arriba de huevos revueltos y el otro con más huevos, esta vez, rellenos con mayonesa. Mi objetivo no era reventar de colesterol, pero sí llenarme hasta arriba, así que una vez que me comí todos los huevos y el platazo revuelto, pues fui a por el pan de toda la vida y a por embutido, sin pensar en beber nada, pues no daba tiempo para ello. Además... ¿para qué beber si se puede comer y es gratis? Pues quizás para que no te atragantes, y es que recuerdo como un huevo se me metió en la garganta y me costó casi la vida (exageración metida por supuestísimo) el poder engullirlo. Pero superé el bache y seguí comiendo bocadillos hasta que pusieron unos postres con leche, una especie de yogures de todos los colores y sabores, por lo que cogí cuatro a toda velocidad.

Fue justo en ese momento, cuando el bus llegó y las compañeras ya se fueron para allá, mientras terminábamos de ponernos hasta arriba el gaditano y yo. No teníamos tiempo para más, por lo que cogimos los yogures para luego y nos largamos de allí a toda velocidad para no llevarnos un "Game over" de primeras y en las narices.

Continuará....

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