Mamá el 19.... no llego a España ni de coña 4º part

Tal y donde lo dejé en el post anterior, tras haber cambiado nuestros billetes de manera definitiva (aunque eso nunca se sabe claro) para el vuelo Varsovia-Barcelona del viernes día 21 de Diciembre, con el pensamiento de que el próximo vuelo a Milán de las 17,00 de la tarde no saldria debido al temporal; nos llevamos el palo con que la decisión de nuevo fue mala, ya que aunque primeramente leíamos un "Delayed" (retrasado), finalmente llevaron a todos los pasajeros en un bus (gratuito por supuesto) hasta la ciudad de Łódź, para que aunque con retraso, saliera hacia su destino finalmente.

Me quedé diciendo en el último párrafo que intentando tranquilizar a los compañeros les dije que ya poco se podía hacer, nada más que reclamar y pensar que ya nada podía ser peor; pero es que desgraciadamente, las malas noticias nunca vienen solas. Y es que era hora ya de comer algo mientras que venía el autobús a recogernos para llevarnos al hotel, y claro mientras estábamos allí sentados comiendonos cualquier cosa que veíamos, pues llegó un chaval que estaba en la cola por detrás nuestra y al preguntarle que finalmente qué vuelo cogería, nos dijo que el Cracovia-Madrid del día siguiente.

- "¿Cómo? No se si he escuchado bien, ¿Cracovia-Madrid para mañana? Imposible si estuve intentando pillar ese vuelo un buen rato ya cabreado con la azafata, y ella me decía una y otra vez que estaba completo y que el único que había era el de Barcelona y para el viernes.

- "Pues sí, a nosotros al principio nos dijo lo mismo, pero insistimos e insistimos y le dijimos que mirara en el ordenador si había más plazas, que no lo dijera sin más. Total que llamó por teléfono y miraron por el ordenador desde el otro lado, con la sorpresa de que sí que había hasta seis plazas libres, las cuales terminamos cogiendo todos claro"

- "Pero espera espera, ¿hablas del Cracovia-Madrid del viernes verdad?"

- "No, no, el viaje es para mañana mismo. La verdad que hemos tenido suerte"

Total que encima no era ni para el viernes como tenían los dos gallegos que iban con nosotros, sino que lo tenían para la mañana siguiente, es decir a escasas horas de aquel momento. El cómo la suerte nos trata en muchas ocasiones es digno de ser estudiado, cómo te puede cambiar la vida el azar, la fortuna, el destino o como quieras llamarlo es como mínimo intrigante. Y no simplemente por el hecho de llegar dos días antes o no a España, cosa que si nos hubieran dado aquel vuelo nos habríamos ahorrado unos 100 euros cada uno; sino que uno mismo mirando a su alrededor se da cuenta de lo poco que podemos controlar nuestro futuro, y lo demasiado que juega el azar en nuestras vidas. Que el mismo vuelo nuestro y no otro se haya cancelado, claramente es azar, y que llegando antes a la cola le den un mejor vuelo a otro que iba detrás, es simplemente azar también o mala suerte. ¿Será que alguno de allí era gafe? Pues esa es una pregunta que nos llegamos a hacer a lo largo del viaje.....

Pero quitando la filosofía del tema y lo curioso que puede llegar a ser lo poco que controlamos nuestro destino; lo cierto era que en ese momento las cosas si que parecían haber tocado fondo (cuidado Antonio con lo que dices, que ya nos vamos conociendo); y es que peor que perder el vuelo, que nos lo den para dentro de dos días, que se arme un jaleo enorme porque supuestamente nos habíamos colado (que ahora que lo pienso, la chavala del grupo que se acercó a preguntar y que finalmente se quedó allí, sí que se había colado claro), que a gente de detrás les den mejores combinaciones que a nosotros, que el vuelo que pudimos coger a Milán no lo cogimos para no jugárnosla más y al final saliera sin complicaciones aunque con un poco de retraso y que encima sólo nos cubriera de primeras hotel y desayuno; pues difícil era empeorarlo todo.

Una vez la gente fue comiendo un poco, ya era hora de poner la reclamación pertinente, que por cierto me hace gracia una cosa mientras recuerdo lo sucedido, y es que tras pedirle una y otra vez la hoja de reclamaciones a la azafata de Ryanair que estaba allí en el puesto correspondiente; ella no paraba de mirarme con cara de extrañada y me decía que no que no, como si al principio no me entendiera (haciéndose la tonta claramente) y luego que dijera lo que dijera, pues que no lo había (con claras órdenes desde arriba de que a todo lo que se le pida, decir que no y luego ya según la bulla que se forme pues responder una u otra cosa luego). Y es que hay que tener cara dura para que diciéndoselo de mil maneras en inglés, y por supuesto hasta con las palabras exactas "Complaint sheet", pase de mi como si nada y me diga que no hay. Es obligatorio que tengan hoja de reclamaciones allí, no entiendo cómo siguen pasando del tema y riéndose de nosotros en nuestra cara.

Nos acercamos al puesto de información, y pidiendo el papel para reclamar, vimos que ya había más personas que también lo estaban completando, por lo que finalmente sólo quedaba que firmáramos y pusiéramos nuestros DNIs. No se para qué servirá aquello, pero estaba claro que ibamos a hacerlo y que algo había que luchar en toda esa situación. Según el derecho (la ley o como queráis llamarlo), tendríamos que recibir una indemnización de unos 400 euros más los correspondientes gastos de aquellos días, pero tampoco es que confiáramos ciegamente en ello.

Una vez puesta, nos enteramos de otra mala noticia (¿posible?), y es que justo antes de partir hacia el hotel, escuchamos de otros dos hombres que les habían dado el vuelo Varsovia-Alicante, cosa que claramente nos vendría mil veces mejor que Barcelona, por cercanía más que nada; pero claro, no lo sabíamos y pedimos el de la capital condal. En esta ocasión era simple fallo nuestro, por no informarnos de todo al pie de la letra, pero es que tampoco es que tuviéramos mucho tiempo allí en la cola, y menos aun que nos supiéramos todas las posibles combinaciones de vuelos Ryanair desde Varsovia u otras ciudades cercanas. En fin, había que aguantarse y seguir sin rechistar para adelante.

Por mirar el lado positivo de aquello (demasiado positivo que soy a veces), podíamos ver Varsovia durante el tiempo libre que tendríamos el día siguiente claro.... ¡Mentira! Y es que el hotel en cuestión estaba a nada más y nada menos que 37 kilómetros del centro de la ciudad, pérdidos por el Mundo esta vez sí, y si querias irte hacia allá, pues claro, costéate tú todos los transportes que ni sabíamos cómo llegar. El hotel es que estaba en medio de la nada, al lado de carretera y con tan sólo una tiendecita cerca; ningún transporte a la vista y estaba claro que la hora de viaje te la pegarías sin más, con el correspondiente precio del transporte que se pudiera (yo creo sinceramente, que el taxi había que pillarlo de igual manera para salir de allí, por lo que saldría todo a un ojo de la cara). Total que seguía esa preciosa "desviación negativa" que sufríamos, y sin visión de acabarse.

¿Qué podíamos hacer tras todo aquello?

Pues simplemente esperar a que el autobús llegara cuanto antes al aeropuerto y olvidarse de todo si era posible (claramente no), pues en breve estaríamos en España (bueno... en breve en breve....). Y es que finalmente todo se calma y cuando menos nos lo esperábamos, llegó el esperado autobús, que pudiéndonos montar de los primeros y cogiendo los mejores sitios (qué consuelo), ya al menos le diríamos adiós a ese aeropuerto que tan mal pensamiento nos ha hecho llevarnos.

El trayecto no era corto, y yo seguía sin dormir desde hacía casi tres días, por lo que las cabezadas correspondientes se "pagaban a muy poco" (cuando hablamos de probabilidad, hablamos metafóricamente como si de una apuesta se tratara, entonces cuando digo que "se paga a muy poco", significa que la probabilidad de que ese determinado suceso ocurra, pues es muy alta, y viceversa); si bien cuando levanté la cabeza ya estábamos en frente del hotel.

Con un frío que pelaba, a unos - 14 grados, nos dispusimos en fila a ir entrando por la puerta correspondiente del hotel, con los papeles de Ryanair firmados y dándonos habitaciones dobles a cada uno de nosotros.

- "De momento algo se está desviando hacia la derecha", dije al ver el hotel.

Y es que no es para menos, pues era de tres estrellas, cosa que nadie se esperaba a estas alturas tras todo lo ocurrido. Algo es algo claro.

Continuará....

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