Mamá el 19 llego a España.... o no 2º part
Como decía en el anterior artículo, me recogí tras cenar en torno a las una de la mañana del día ya por fin 19 de Diciembre y quedaban unas cinco horas y algún que otro minuto más para tener que estar en el tranvía doce que nos llevaría a mi junto con otros tantos compañeros a la estación de trenes de la ciudad de Łódź, para de ahí tirar rumbo a Varsovia.
Pero no adelantemos acontecimientos, pues aun quedaba una decisión importante esa noche del 18 de Diciembre y era la de dormir o empalmar por segundo día consecutivo. No había descansado practicamente nada en los dos últimos días y ya un tercero igual sería mortal, pero es que por otro lado pronto se harían las una y media y aun seguía sin tener la maleta hecha, por lo que tenía que actuar rápido o si decidía dormir, me la estaría de nuevo jugando a que perdiera el tranvía y por tanto casi seguro el avión también (y como dice mi padre "el avión no espera a nadie").
Por si fuera poco, tenía allí unos pocos macarrones que junto con la mayonesa querida y el bote de toffe (ni idea de si se escribe así) pues era lo único de comer que me quedaba, y que por supuesto me haría a la mañana siguiente para desayunar, por lo que para hacer la pasta y eso haría falta aun más tiempo. Empece a calcular que si quince minutos para la ducha, diez minutos para llegar al tranvía, veinte minutos para desayunar los macarrones y unos diez minutos más para preparar la maleta, me dejaban entonces unas tres horas y media para dormir, por lo que de nuevo me la jugaba a que no escuchara el despertador y por tanto no me levantara de manera natural hasta a saber cuando. No podía permitírmelo por lo que a pesar de mi gran cansancio no quedaba otra que empalmar y ya dormir en el tren hacia Varsovia, en el vuelo o cuando se pudiera.
Ahora que lo pienso fue una locura, pues me debía haber acostado mucho antes y llegar fresco, y es que era la primera vez que empalmaba dos días seguidos, siendo ya el tercer día consecutivo en el que estaría despierto sin dormir; cosa que claro, uno nunca sabe cómo va a terminar. Pero tenía que probarlo y ver hasta donde llegaba mi cuerpo y mi mente y si era posible que aguantara y estuviera fresco al día siguiente. Y el cómo lo hice para no dormirme estaba clarísimo, porque de nuevo me haría falta y esta vez con más razón, una actividad que me obligara a usar el cerebro, pero tampoco me desgastara en demasía; además que fuera algo más o menos constante, pero por supuesto a la vez entretenido o lo mandaría muy lejos y me dormiría sin contemplaciones. Y esto no era otra cosa que de nuevo el poker online, y es que aun sin meter dinero ni nada y teniendo en la cuenta un maravilloso 0,00 euros, la página en concreto ofrece torneos gratuitos cada hora con premios que pueden llegar a ser en metálico (si bien a estas horas de madrugada son simples entradas a un torneo en el que podrías llegar a ganar dinero en metálico para los domingos), por lo que algo en serio uno se lo tomaba (aunque muchísimas veces me entraban ganas de hacer el mítico "all in" de primera mano), aunque sin olvidar que eran gratuitos y que eso te hace jugar no sólo más tranquilo sino de otra forma más abierta.
Las tres horas y media de nuevo se me pasaron volando y es que fue una buena decisión la de escoger el poker online como acompañante nocturno antisueño, pues otras muchas veces en anteriores experiencias a lo largo de mi vida, he probado variantes que no han funcionado demasiado bien. No recomiento la lectura, no recomiendo las películas por muy de acción que nos creamos que sean y por supuesto no recomiendo un partido de la NBA, porque aunque te gusten como a mí y duren lo suficiente como para que pase bastante tiempo de la noche, los continuos parones te hacían que poco a poco uno fuera perdiendo esa emoción del principio y como tampoco es equipo mio ninguno en concreto, pues se va perdiendo esa chispa que es necesaria para mantenerse despierto (otra buena idea sería la de apostar a los partidos de la noche de la NBA, en ese caso hazme caso que si es dinero suficiente, no te quedarás dormido viéndolos). Científicamente llegamos a dormirnos cuando nuestro cerebro ya no funciona al menos al 50% de nuestro rendimiento, por lo que ese estado digámosle de mayor lentitud hace que se vayan apagando nuestros "motores" poco a poco y acabemos durmiéndonos.
Está demostrado también, que el sueño tiene mucha relación con la memoria y que ésta hace que se nos guarden mucho mejor los distintos datos que vamos almacenando, cuando el sueño que hemos disfrutado ha sido satisfactorio y completo. Además, el hecho de pasar algún tiempo sin dormir y luego dormir, hace que la eficiencia de nuevo mejore, pues tardamos menos tiempos en llegar al sueño y unido a los muchos menos parones que nos encontramos cuando nos acostamos, hace que aprovechemos más el tiempo y disfrutemos de una recuperación mejor y más completa. Como curiosidad diré que pasamos los seres humanos en torno al 33% de nuestra vida durmiendo y que en contraposición por ejemplo a otros animales como el gato, que pasa hasta el 70% de un día soñando, hace que sea relativamente bajo este porcentaje en las personas.
Y es que la mítica expresión de "consúltalo con la almohada" es claro indicador de la importancia que tiene el dormir y hacerlo de manera suficiente y bien. Sigmund Freud, uno de los mayores estudiosos del sueño en muchos ámbitos (por no decir el mayor claramente), dejó claro que con seis horas al día ibamos más que de sobra recuperados al 100% y que más no valía de mucho. Nos hizo ver y demostró eso de que cuando duermes menos y te acostumbras a dormir menos, la eficacia del próximo sueño es mayor y te hace falta dormir menos, con una especie de ciclo hasta el infinito pero con unos límites como son las cuatro horas y media hasta las seis. Con esas cuatro horas y media, que serían tres REM (periodos completos de sueño en el cual si se completa descansamos, y si no se completa da igual haber dormido tres minutos en el REM o una hora y veintinueve minutos), completaríamos más de un 80% de recuperación, lo cual es más que suficiente para estar a lo largo del día activo y con buena predisposición, si bien no sacaremos el máximo rendimiento a nuestro cuerpo y mente.
Decir también, que los bebés duermen más de media al día (llegando a las catorce horas incluso) y que a los ancianos no les hace falta tanto tiempo (con unas cinco horas van de sobra), y es por ello que aquí se tiene la respuesta a la típica pregunta de ¿por qué los ancianos se levantan tan pronto si no tienen nada que hacer? Pues porque directamente no pueden, debido a que sus funciones vitales son mucho menos activas y complejas que el bebé al que mencioné anteriormente.
Por último y antes de seguir con mi viaje de vuelta, comentar que cada día tenemos sueños todas las personas, y que si bien podrán decir muchos que eso es falso, la cosa está en que simplemente no nos acordamos de todo lo soñado o incluso de nada. Pero los sueños son importantes y en palabras de Freud nos expone nuestros verdaderos pensamientos y preocupaciones, por lo que muchas preguntas sin respuesta que nos hacemos diariamente, pueden ser respondidas a través del sueño. A más de uno le habrá pasado que tenía una preocupación o una duda antes de irse acostar y cuando se levanta la ha resuelto o se le ha ocurrido la manera de hacerlo, y es que en el estado del sueño, nuestro organismo sigue en movimiento pero con un gasto de energía muy muy bajo, lo que permite una mayor concentración y análisis de muchas cosas, que aunque sean de manera subconsciente, nuestro cerebro trata y consigue solucionar en el mayor número de casos.
Tras toda esta parrafada debo de dar un consejo a todos aquellos Erasmus que se replanteen si empalmar o no una noche ante algo inminente.
Consejo 22: No dudes en empalmar si crees que es difícil el levantarte al día siguiente. Tu cuerpo no lo notará en exceso y la próxima vez que duermas, aprovecharás el sueño de una manera más eficaz.
En definitiva que decidí que esa noche también empalmaría y que me jugaría un "all in" no en el poker online al que jugaba, sino en la vida real para que no hubiera duda de que llegaría a tiempo al tranvía y por consiguiente no podría perder el vuelo de ninguna manera, llegando a España teóricamente en torno a las doce de la noche del día 19, y a Jerez pues ya en día 20.
Todo iba bien y se pasaba el tiempo y aunque con sueño teniéndome que tirar encima de la cama alguna que otra vez, pues seguía sobreviviendo como podía y no cerraba los ojos en ningún momento. Pronto se haría la hora de que me pillara el toro y es que da igual el tiempo que tenga para hacer algo, que aunque parezca que me sobra por todas partes, siempre al final acabo al límite en muchas cosas que hago. Y no era para menos, pues ya eran las cinco y veinte, y tenía aun que hacerme los macarrones que tanto quería comerme con mayonesa y toffe (algunos pensarán que es una guarrada, pero que primero lo prueben y luego comenten), preparar la maleta (que seguramente a esa hora sólo me quedaba a mi hacerla), ducharme, llevar todas las cosas listas y por supuesto andar hacia el tranvía y llegar a tiempo.
Pues la cosa se ponía complicada y ya veía cómo tenía que ducharme mientras se hacían los macarrones; por supuesto en menos de cinco minutos y por supuesto tras ello y mientras seguían haciéndose lo que ya sabemos, pues tenía que vestirme e ir rellenando el neceser completo. Entonces ya recogí la pasta y al terminar de preparármelo todo (por cierto fabulosa la mezcla salado dulce de, repito, mayonesa y toffe), sólo tenía unos diez minutos para hacer la maleta, lavarme los dientes y llegar al tranvía. No se cómo pero tarde ocho en todo eso y empecé a correr hacia el tranvía doce como nunca había corrido; con mi maleta de mano en la mano (y nunca mejor dicho) y mirando el reloj que sabía que la cosa estaba muy muy justita.
Me tranquilizó el ver a uno de los que se venían conmigo ir andando hacia el mismo lugar, por lo que aflojé la marcha hasta que me di cuenta de que el tranvía que ibamos a coger todos (por cierto todos allí menos uno que llegó tarde y de hecho se montó en el siguiente tranvía), estaba llegando a su parada, por lo que comencé a correr de nuevo y pude cogerlo por poco, pero lo cogí.
Ya por fin olía que iba a llegar a España en menos de 24 horas. Continuará.....
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Comentarios (4 comentarios)
Ilona Shkvarska hace 11 años
suerte has tenido
Anthony Power hace 11 años
No se yo qué decirte...
Jaime Garnelo hace 11 años
grandee!
Anthony Power hace 11 años
Thanks