La historia de amor de Don Pedro e Inês en Coimbra
Son muchas las novelas o las películas que narran esta idílica a la vez que escalofriante historia romántica acogiendo la ciudad de Coimbra como el lugar secreto de dar fruto a su amor.
Inês de Castro nace en 1320 en Galicia. Educada en un núcleo familiar burgués, decide emprender una nueva vida con su prima y dama de compañía Constanza Manuel. Se sumergen en la decisión de abandonar Castilla, la corte de Peñafiel. El motivo más inminente era para que Constanza contrajese matrimonio con el Infante Don Pedro de Portugal. En un primer momento residieron en Lisboa para posteriormente enclavar su vida en la ciudad de Coimbra.
Aunque parecía una misión imposible, Constanza queda locamente enamorada del infante Pedro. En este sentido, deciden casarse y emprender así nueva nueva vida juntos el uno al lado del otro. Inês juega un papel muy importante en este giro de 180º en la vida de ambos: es la aliada de su prima y el infante. En un primer momento, viaja junto a Constanza como dama de compañía. Pues esta era una tradición familiar muy común en la Edad Media.
Pasaron los años y Constanza quedó embarazada del Infante Pedro. Ambos, a lo largo del tiempo de matrimonio, tuvieron tres hijos: María, Luis y Fernando. Sin embargo, para Constanza, no fue una historia con un trasfondo tan idílico como ella creía. Pues bien, Inês de Castro, su prima, y el Infante Pedro llevaban una historia de amor en secreto. Esto despertó severamente los celos de Constanza. La misma enferma fuertemente a causa de su último embarazo. Finalmente muerte en 1345 al tener a su último hijo: Fernando, quién se convertiría al cabo de los años en el rey Fernando I de Portugal.
Al morir Constanza, la historia de amor entre Inês y Pedro empezó a dar su frutos y ver la luz. El pueblo portugués y parte de Castilla estaban consternados ante la atroz noticia del posible coronamiento de la que era tratada como una prostituta de estas tierras: Inês de Castro.
La pareja hispanolusa tuvo varios hijos: Alfonso, Beatriz, Juan y Dionisio. Cuenta la leyenda que durante los primeros años de su amor, la Corona de Castilla y Portugal aunaron la decisión de recluir a Inês para impedir que su amor delatara ambas coronas propiciándose así un posible reinado de una incorrespondida reina y un posterior reinado de un hijo bastardo. Inês fue recluida en el castillo de Alburquerque (Badajoz) durante unos meses.
Sin embargo, Pedro luchó a capa y espada para que Inês fuera de vuelta a Coimbra, ciudad natal de portugués. Y así fue. Este no sería un viaje de vuelta repleto de felicidad, armonía y romanticismo.
El rey de Portugal se negó rotundamente a que Inês se conviertiera en reina y posteriormente un hijo bastardo se alzara con el poder de la corona portuguesa. Es así que decidió preparar una trampa de amor y asesinar Inês. Los encargados por parte del reino de matar a la dama fueron Alonso Gonçalves, Diego López Pacheco y Pedro Coelho.
El rey le tendió la trampa a Inês justo en el lugar donde los enamorados daban rienda suelta a su pasión: en la Quinta Das Lágrimas, en Coimbra Éste es el lugar que fue testigo del amor entre ambos desde los inicios. Fue la ubicación elegida por ambos para ocultar su amor a Constanza. Esta fuente de las lágrimas está situada al otro lado de la ciudad, pasando por el río Mondego, y próximo al Monasterio de Santa Clara. Véase las fotografías que adjunto.
El máximo responsable de la corona portuguesa aprovechó fríamente la ausencia del Infante Pedro, estaba de cacería. Invitó a Inês a ir a la Quinta das lágrimas como si del mismísimo Pedro se tratara. Allí le esperaron los tres escorpiones que la asesinaron. Las aguas de la fuente se tiñeron de sangre.
Pedro, al enterarse de la muerte de Inês, enloqueció y digirió ansias de venganza. Dos años después de la muerte de la joven, fallece el Rey de Portugal convirtiéndose Pedro en heredero con el título Pedro I de Portugal. En ese mismo momento, ordenó a sus súbditos a exhumar el cadáver de Inês, lo aposentó en el trono y la coronó reina después de muerta. Exigió a todo el pueblo a rendir honores al cadáver.
Y aunque parezca que éste es el final, en realidad, no lo fue. Pedro juró amor eterno para la posteridad de los días. Ordenó que una vez muerto lo enterraran frente a la tumba de Inês, para que, así, cuando ambos resucitaran, se volvieran a mirar a los ojos y cayeran prendado el uno del otro, de nuevo, como al principio. Ambas tumbas se encuentran actualmente no en Coimbra, sino en el Monasterio de Alcobaça.
Galería de fotos
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)