El secundo mes Erasmus

El secundo mes Erasmus

Quiero quedarme aquí y continuar interminablemente mi nueva vida

Sabes, cuando tu cerebro empieza a pensar en el idioma del país donde estás. Has olvidado cómo decir palabras en tu lengua materna. "Ostia", usas expresiones que ni siquiera conocías hace un mes.

Sabes, cuando te das cuenta de que has descubierto más cosas en dos meses que en toda tu vida, cuando quieras quedarte en tu nuevo hogar para siempre, cuando los recuerdos ya están acumulándose en tu escritorio…

Llega el momento en que algunos amigos ya están a punto de volver a sus países de origen y solo te quedan unos pocos meses aquí, antes de regresar a la realidad.

Entonces, aceptas docenas de planes de último momento.

Miras tu móvil a las una de la madrugada y decides tomar una cerveza en una terraza donde puedes ver toda la ciudad iluminada en medio de la noche. Cruzas el camino de alguien de tu clase por la tarde y decides acompañarlo sin saber por qué. Estás divirtiéndote cocinando y organizando comidas para las personas que te invitaron y te dieron la bienvenida otro día en sus casas.

Tus compañeros de piso se van de viaje y la casa parece super vacía.

Sabes exactamente con quien hacer un botellón o con quien ir a comer churros, quien llamar para descubrir la cultura local.

Tienes tu propio estilo de vida aquí, estás acostumbrado al horario local, incluso ayudas a los turistas perdidos.

Finalmente entiendes lo que la gente que hizo un Erasmus no dejó de repetirte. El Erasmus es una experiencia de vida única, fuerte e imposible de explicar.

Y luego, de repente, ya es el final de la primera parte del semestre. La primavera llega sin previo aviso. Los profesores te dicen que no quedan muchas clases, tus colegas organizan reuniones para el trabajo de grupo, has realizado exámenes parciales y cuentas el tiempo que te queda para entregar tus trabajos.

¿Te acuerdas de los libros que no entendiste? Ahora, puedes leer artículos académicos sin problemas.

¿Te acuerdas del acento de los lugareños imposible de entender? Ahora, hablas casi como ellos.

¿Te acuerdas de las horas perdidas buscando un lugar? Ahora, conoces la ciudad de memoria.

Te vas de vacaciones con estudiantes Erasmus, pero ni siquiera te importa el día de la partida, vuelves a hacer las maletas con estrellas en los ojos.

Quieres vivir la aventura completamente y disfrutar de cada oportunidad.

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