Carnavales Scout

Como bueno Scouts, aquí también celebramos ¡el carnaval!

Os había dicho que si, es un movimiento educativo y bla bla bla, pero también hay momentos para divertirnos. Este sábado, en lugar de tener una reunión normal y corriente como todas las semanas, hemos hecho una fiesta de carnaval, en la que hemos implicado desde los más peques hasta los mayores, incluyendo a Scouters y ¡a algún que otro padre!

Al final de la fiesta, cuando ya estábamos recogiendo la merienda aparecieron un grupillo de madres disfrazadas de jarras de estrella galicia, muy muy originales! y algún que otro padre con careta e incluso con disfraz, y por supuesto, también los bebes que nos visitaron a última hora (algún superman, otras princesas...)

Este año hemos celebrado los carnavales del mundo, con diferentes talleres para todas las edades, recogiendo lo más típico de los carnavales de Venecia, Brasil y Galicia. Durante un par de horas, los niños disfrutaron de crear sus propios antifaces, de hacer filloas y decorarlas a su gusto y marcarse unos bailes a ritmo de samba.

El 1 de marzo, sábado de carnaval comenzó por la mañana para todos los Scouters, que fuimos a preparar toda la ambientación. No sé si nos lo pasamos mejor por la tarde con los niños o por la mañana haciendo tonterías y disfrazándonos. Entre nosotros había los personajes necesarios acorde a nuestro taller: yo fui de veneciana, junto con señoras mayores que enseñaban a cocinar filloas, choqueiros, dos estupendos bailarines brasileños y animales de todo tipo: mariquitas, gatos, pájaros…

El disfraz de veneciana, era un tanto difícil. Al final junté una falda negra que tenía de disfraces de campas y un corsé de fiesta y ale. El disfraz mejoró mucho cuando me puse una máscara propiamente veneciana (comprada en uno de mis viajes allí) y me pinté la cara para hacerlo un poco más extrabagante. Al final me recomendaron que en lugar de tener el pelo totalmente suelto, me hiciese una trenza de lado o un super tupé o algo así. ¡Al final no quedó tan mal! Aunque pocos niños de los que entraron por la puerta adivinaron a la primera de qué narices iba... Lo que cuenta es la intención ¿no? jajaja.

Nos reunimos todos y empezamos a decorar el local para caracterizarlo como se merece. En las diferentes habitaciones localizamos los diferentes talleres, y en general, decoramos con globos, cintas y serpentinas para dar ese aire festivo propio de los carnavales. 

A las 16:30h comenzaron a llegar los niños, muy caracterizados de sus personajes. Nos encontramos con sevillanas, mariquitas, domadores de leones, fantasmas, policías… eso sí, todos ansiosos por comenzar a disfrutar.

Cuando más o menos estuvieron todos, se fueron distribuyendo por zonas para realizar la actividad y después ir rotando para poder pasar por todas ellas.

Para lo más pequeños…

Lo más peques de manada (entre 7 y 10 años), disfrutaron de varias actividades. Tuvieron un taller de maquillaje facial, del que disfrutaron también algunos padres que salieron caracterizados del local, muy pero que muy guapos. Algunos de los peques ya venían pintados de casa, pero todos quisieron pasar por el puesto para pintarse los labios, ponerse un poco de purpurina o hacerse una barba o pintarse un imponente bigote.

Después, conocieron parte de los carnavales gallegos realizando unas caretas de los conocidos peliqueiros y decorándolas a su gusto, que no se quitaron de encima toda la tarde.  

También se hicieron para ellos algunas filloas que tuvieron que decorar con caramelo, chocolate, galletas, lacasitos y algunas gominolas. Salieron algunas súper originales: las recortaron para hacer formas de animales y las decorando con los lacasitos como ojos, troceando las galletas para el cuerpo y con un poco de chocolate por encima como el estampado del pelaje del animal. Aunque es cierto que otras salieron menos atractivas, la masa de filloa con chocolate y galleta no dejaba de estar riquísima (la mayoría de ellos nos dejaron probar sus hazañas culinarias).

Para los troperos…

Los niños de tropa, entre 11 y 13 años, tuvieron también un taller de máscaras, pero las suyas eran ambientadas en sus correspondientes animales. Os había comentado que esta unidad se divide en patrullas y cada una de ellas se identifica con un animal: mapaches, halcones, linces… los antifaces se realizaban a partir de unas plantillas ya diseñadas, para que después pudiesen dar rienda suelta a su imaginación y creatividad.

Después, era tarea suya aprender a cocinar y preparar más masa de filloas para abastecer a los más pequeños para sus decoraciones. Casi ninguno sabía pero aprendieron cuáles son los ingredientes, como se mezcla y a echarlos a la sartén (por supuesto con una constante supervisión de scouters). Y la verdad, no salieron nada, pero que nada mal.

Aunque el taller de maquillaje facial no era para ellos, me atrevería a decir que la mayoría paso para hacerse alguna tontería que reflejara mejor su personaje o simplemente por el hecho de pintarse la cara.

Para los mayores…

Éstos también tuvieron un taller de máscaras, pero las suyas propiamente venecianas. Aunque la originalidad brillaba un poco por su ausencia, todo hay que decirlo, quedaron algunas máscaras muy bonitas, aunque sus diseños eran de todo menos venecianas.

Ellos también pasaron por el puesto de filloas, haciendo la mezcla para la masa y poniéndose a los fogones para preparar los ricos postres gallegos.

Para todos…

Por último, todos los niños, respetando unos turnos, disfrutaron de un taller de bailes brasileños, sambas, salsas… con algunos juegos musicales por parejas para explotar globos y aprender diferentes bailes.

Finalmente, a las 18:30 y poniendo fin a esta fiesta, tuvo lugar un fantástico desfile de disfraces, que fue seguido de una entrega de premios. Con la música bien alta, los niños hicieron un pasillo para que pudiesen pasar los protagonistas por el medio. Por parejas fueron pasando y superando el limbo que les esperaba al final… fue realmente gracioso y divertido.  Lástima no tener fotos porque sus caras después de pasar por el maquillaje y el salero que le pusieron al contonearse por el pasillo fue para partirse. 

En la entrega de premios tuvimos un mejor disfraz, mejor desfile, mejor máscara y por supuesto, mejor decoración de filloa.

Y, como unos buenos carnavales gallegos… a continuación ¿qué? Una buena merendola. Previamente habíamos pedido a los padres que aportasen bizcochos, orejas, torrijas… algo típico para poder después merendar todos juntos.  Preparamos la mesa y enseguida se llenó de repostería de todo tipo, bebida y cosas de picoteo.

Entre desfile, merienda y muestras de lo que habían hecho en los talleres transcurrió una hora, que dio paso a un momento de ensayo para la canción. Tras conseguir reunir a todos los chavales, tocamos y cantamos la canción, para algunos padres de los que estaban presentes por primera vez. Los cuales salieron encantados, incluso felicitaron al compositor de la canción.

La verdad es que fue un día muy divertido, quizá por salir de la rutina y traer un poco de la festividad a nuestro rincón Scout.

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