Tarde de cine en Finlandia

Cuando estás en una ciudad nueva en un país nuevo una de las cosas que más llama la atención es la de realizar actividades que normalmente realizas con normalidad en tu país para ver cómo resultan en un lugar extranjero.

Una de estas actividades de este tipo que se pueden hacer con normalidad cuando se está de Erasmus con tu grupo de amigos es la de ir a ver una película al cine. En mi caso, la experiencia tuvo lugar en un cine de Finlandia, en Turku.

En primer lugar, lo que se planteó fue qué película ver. Éramos un grupo grande, por lo que si nos poníamos a intentar decidir qué película ver entre todos no acabaríamos llegando a un acuerdo. Por lo tanto, finalmente nos decidimos por ver ‘Spectre’ la útlima película de Jame Bond estrenada ese mismo año.

El cine de la ciudad de Turku se encuentra justo al lado de la plaza de Kauppatori (la plaza donde surge toda la vida de la ciudad). Por fuera no llama demasiado la atención, pero por dentro es un sitio bastante grande que tiene unas cuantas salas.

Lo primero de todo fue comprar las entradas en la taquilla, lo cual, para cualquier español, es tristemente sorprendente porque te das cuenta de cómo allí en finlandia, con descuento por ser estudiantes, una entrada para ver una película en el cine tan sólo vale 4 euros. Muy lejos de los 8 euros que tenemos que pagar aquí en España.

Cuando entré, la sensación era exactamente la misma que en cualquier cine de España, pero mucho más ordenador la verdad. Antes de entrar a la zona de las salas pasas por una gran tienda donde tienen golosinas, chocolates, helados y snacks de todo tipo. Prácticamente cualquier cosa dulce o salada para picar viendo una película la podías encontrar en la tienda que tenían montada justo a la entrada.

Tanto si compras algo como si no tienes que pasar por la zona de cajas donde te cobran, por lo que al final parece que se hace prácticamente una obligación el hecho de tener que comprarse algo para entrar al la sala. Yo lo único que me compre es una tarrina de helado pequeña de las de Ben & Jerry, la cual vale lo mismo de lo que te suelen valer en España. Y es que en cuanto a precios de los productos de los aperitivos en los cines parece que en todas las partes del mundo es igual de caro.

Una vez compradas palomitas, dulces y demás, fuimos ya a la sala, la cual tenía un tamaño considerable. Otra de las diferencias (lamentables) con España es que la sala de cine al final, cuando iba a empezar la película, se llenó casi por completo. He de decir que llegamos justos de hora, por lo que no sabría decir cómo son los anuncios de antes de las películas o los trailers en Finalndia. Pero en cualquier caso, llegamos bien de tiempo.

Por suerte, todo esto fue posible debido a que en Finlandia prácticamente todas las series o películas se emiten en versión original subtitulada. En este caso la película era en inglés, obviamente, y los subtítulos que se mostraban en pantalla eran en finés y en sueco. Esto es algo muy común en Finlandia, donde el sueco es una lengua que históricamente se encuentra muy presente en la cultura finlandesa. De hecho hay algunas regiones  en las que el sueco cohabita con el finés como idioma principal. Por lo tanto, es este el extraño motivo por el cual las películas se traducen en los subtítulos a ambos idiomas, algo que no molesta para nada a la hora de ver la película.

Esta suerte es algo que no ocurre en todos los países, ya que en muchos sitios las películas se doblan al idioma del país. Pero supongo que al ser el finés un idioma tan complejo que habla tan poca gente no resulta rentable traducir de esta forma las películas, además de lo mucho que se respeta el inglés en este país siendo uno de los lugares no anglosajones en los que mejor nivel de inglés tienen.

Sin duda es una circunstancia que hay que aprovechar cuando se está de Erasmus en Finlandia, ya que además es muchísimo más barato que aquí.