II RacingMetro82 vs Harlequis
Ya en el tranvía, camino al estadio de Nantes “La Beaujoire”, íbamos entrando en ambiente de lo que sería el partido. Sucedieron un par de anécdotas curiosas entre los aficionados ingleses y los franceses, (que parecían no llevarse demasiado bien). Como el tranvía iba hasta arriba de gente, una pobre mujer francesa ya entrada en edad, con su bastón y sus problemas para moverse con soltura, se quedó atrapada entre la pared del tranvía y un gran grupo de aficionados ingleses que entre las cervezas que llevaban encima y las voces que iban dando, no se enteraban de que la pobre mujer quería salir. A esto que las puestas de la parada en cuestión se cerraron y la pobre mujer no le quedó otra que pegarle dos bastonazos a un inglés, con una altura de algo así como dos metros y un cuerpo acorde a esas dimensiones. El inglés, así como los otros aficionados ingleses con los que iba y también la gran mayoría de personas que iban en el tranvía, se quedaron atónitos ante lo que estaban viendo. La señora, con un gesto bastante enfadado, le explicó a otro grupo de aficionados, estos franceses, que tenía que bajarse del tranvía en la anterior parada y que no había podido y que por eso le había dado los dos bastonazos al inglés de dos metros, por no dejarla pasar. A esto que en la siguiente parada y con gestos y momios, más que con palabras, le hicieron un pasillo a la anciana para que bajara del tranvía, no sin ser aplaudida por todos los ingleses, que se estaban descojonando, (perdonad la expresión), a partes iguales del inglés de dos metros que se había llevado los bastonazos y de la mujer francesa que los había repartido. Y poco a poco entre parada y parada, entre subidas y bajadas del tranvía, llegamos a la última parada, la del estadio, con eso sí bastante tiempo de antelación.
Lo primero que hicimos fue dar una pequeña vuelta de reconocimiento por los aledaños del estadio, viendo el ambiente, los puestos que había en la zona, las dos aficiones, al grupo de percusión que habíamos visto hacía ya un buen rato por las calles del centro de Nantes… Una vez dada la vuelta de reconocimiento y teniendo en cuenta la hora, tomamos una cerveza por los alrededores del estadio, tranquilamente y yo por lo menos, sorprendido por la cantidad de gente que se había movido hasta allí para ver el partido. No imaginaba ni en mis mejores previsiones que el rugby, y menos un equipo que tiene su sede en París, pudiera movilizar a tanta gente en la zona de Francia en la que nos encontrábamos, (teniendo en cuenta que este deporte es mayoritariamente practicado en el sur de Francia). El tiempo acompañaba en el sentido de que ni llovía ni hacía un frío excesivo, teniendo en cuenta la hora, las 5 de la tarde. Ya llegando la hora del partido fuimos entrando poco a poco en el estadio. Una vez pasada la verja y el puesto donde nos registraron y donde pasamos las entradas, vimos más puestos por los alrededores, cosa que me volvió a sorprender al ver que se podía beber cerveza con alcohol en el estadio, (cosa que en España no se puede). Después de pedirnos otra y justo antes de entrar, nos encontramos en una de las puertas a la mascota del equipo Francés, una especie de Yeti con los colores del equipo parisino, el blanco y el azul celeste. Como aun teníamos tiempo y nos moló el personaje en cuestión nos hicimos una sesión de fotos completa con él. Ya después de haberle mareado lo suficiente y a punto de comenzar el partido nos metimos a coger nuestro sitio.
Una vez dentro del estadio y habiéndonos situado ya en la esquina donde había comprado los asientos, tocó otra vez sesión de fotos. El ambiente acompañaba mucho y el estadio excepcionando una parte de la tribuna, estaba casi hasta la bandera y precisamente de eso también estaba lleno, de banderas con los colores de los franceses. El partido correspondía a la segunda jornada de grupos de la Heineken Cup o Copa de Europa de rugby y enfrentaba al Racing Metro 82 de París contra los Harlequins de Londres. Ya después de las presentaciones de los equipos, haberles visto calentar, haber tirado un buen puñado de fotos y demás, salieron los jugadores para que empezara el partido y tomamos posiciones en nuestros asientos. Estábamos situados en una esquina del estadio, en las filas más altas y aunque no se veía de lijo, hay que decir que no nos podíamos quejar para nada. Las entradas nos habían costado solamente 5€ por lo que la relación calidad-precio se puede decir que era bastante buena. El partido de rugby fue transcurriendo y por mucho que había estado toda la semana anterior estudiándome las normas de juego, puntuaciones, jugadores de los dos equipos y demás, puedo decir que me enteré de la mitad de todo los que allí pasó. A la vez que intentaba enterarme de cómo marchaba la cosa, tenía que ir explicando lo poco que sabía a uno de mis compañeros de viaje, mi amigo “el chino”, que en su vida había visto ese deporte. La cosa aunque un poco confusa, fue marchando y conseguimos al final enterarnos de algo. Lo que estaba claro y así el marcador lo reflejaba, es que los ingleses eran bastante mejores que los franceses, que aunque empezaron ganando, se vinieron abajo poco a poco.
Cuando acabó el primer tiempo, aprovechamos para darnos una vuelta por toda la grada del estadio, coger un par de banderines que vimos por el suelo de recuerdo y hacernos otras cuantas fotos desde ángulos más llamativos e incluso nos las arreglamos para llegar a pie de campo y hace un par de fotos hasta que nos llamaron la atención. Después de vaciar la vejiga y rellenar los vasos, nos fuimos otra vez a nuestro asiento en la grada para seguir disfrutando del partido, o al menos seguir desmarañando lo que iba pasando. Y así entre ensayo y ensayo, explicaciones y dudas y más dudas fue llegando el final del partido. Pero unos diez o quince minutos antes de que acabara el partido y a pesar de ir perdiendo los franceses de paliza, la grada se puso a hacer la hola, lo que indicaba a las claras, que allí la gente había ido a disfrutar más que a otra cosa. Al final el partido acabó con victoria para los ingleses, con un marcador de algo así como Racing Metro 10 – 34 Harlequins o algo así, punto arriba, punto abajo lo que estaba claro es que los ingleses les dieron una buna paliza a los franceses. El partido estuvo entretenido y ya hice un traro con “el chino” para volver en abril, que hay otro partido de este mismo equipo de París, pero esta vez contra otro equipo de Francia.
Ya de camino hacia el tranvía para volver al centro de Nantes a tomar algo antes de partir para Saint Nazaire, nos volvimos a embutir en los vagones rodeados otra vez de ingleses. Nos dirigimos a un típico pub inglés, que habíamos visto por la tarde, donde se respiraba autentico ambiente de futbol. La decoración lo decía todo, camisetas del Manchester United, bufandas de equipos de todo el mundo, banderas de la selección inglesa, escocesa, galesa e irlandesa… Daba gusto estar en aquel lugar, que aunque no era muy grande, y estaba bastante lleno de gente, se estaba de lujo viendo al Arsenal en un partido de la liga inglesa. Después de tomarnos una pinta y estar allí un rato bien cómodos, pusimos rumbo poco a poco a la estación de tren, para coger el TER que nos llevaría de vuelta a nuestra ciudad. Ya una vez llegados a la estación de tren de Saint Nazaire cogimos cada uno nuestro autobús correspondiente para llegar a casa.
Para resumir pasamos un buen sábado, sin que nos saliera muy caro y haciendo algo que para nosotros no es ni mucho menos común, como es ir a ver un partido de rugby. Además conocimos Nantes vestido de Navidad y comimos un par de cosas típicas de Francia. Un buen fin de semana, con buena compañía y a buen precio.
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Comentarios (4 comentarios)
Inés Lotero hace 10 años
¡Vaya con la del bastón!
Adri P hace 10 años
Parecía inofensiva...
Martin Colin hace 10 años
La Beaujoire!
Adri P hace 10 años
Oui, il y avait beaucoup gents!