El primer día fuera de casa
Bueno, como ya dije en mi entrada anterior la historia continuaba, de echo no había hecho nada más que empezar.
En el otro post no dije nada acerca de mis dos acompañantes y amigas que venían en esta aventura conmigo. "Tres chicas perdidas en Inglaterra" sería un buen título para esta nueva entrada, os voy a contar por qué:
Bueno, después de ese día de nervios, vuelo y tantas cosas en mente, como ya dije llegamos la primera noche a Portsmouth, encontramos un hotel llamado "Hotel Ibis" al lado del campo de fútbol del Pompey (nombre del equipo del Porstmouth), no muy céntrico a decir verdad. Al leer esto todos os habréis pensado que pasamos allí la noche, pero de eso nada, estaba todo lleno, no había un mísero hueco en un hotel, hostal o lo que fuera. Se nos hacía de noche y no encontrábamos nada.
Antes de llegar esa noche a Portsmouth, nos fuimos a un pueblecito de al lado llamado Fareham para intentar encontrar algún sitio donde dormir y pasar la noche pero fue imposible, nada. Es decir, pasamos nuestro primer día de acá para allá intentando encontrar alojamiento para unos días y parecía que no estábamos de suerte. Todo se nos echaba encima, pero aun así la sonrisa no se nos quitaba de nuestras caras y seguíamos bromeando con el asunto, qué mejor forma de tomarse las cosas que con una sonrisa...
A todo esto a cuestas con las maletas, de un lado a otro, cogiendo mil buses y sin parar quietas. No podíamos ni siquiera disfrutar del paisaje al 100% ni de las calles o fijarnos a gusto en los pequeños detalles a nuestro alrededor.
Bueno, como ya he dicho, pasamos el día en Fareham y ya por la tarde noche llegamos a Portsmouth un poco flojas anímicamente ya que en nuestra cabeza todo sonaba mucho mejor y no nos hubiésemos imaginado el primer día así para nada. Volviendo al Hotel Ibis mencionado anteriormente, lo encontramos gracias a una mujer que nos ayudó en el autobús en Portsmouth cuando llegamos para buscar alojamiento esa noche. Nos habló de la existencia de este hotel y de las posibilidades de que hubiese hueco para esa noche. Nuestras caras se iluminaron con una sonrisa hasta el momento de entrar en el Hotel y ver que todo estaba lleno, incluso las habitaciones adicionales... Parecía una broma, hubiésemos deseado que en algún momento saliese alguien diciendo que era una cámara oculta o algo de eso, pero nada. La suerte no estaba de nuestra parte.
Seguíamos en la recepción del Hotel, casi rendidas y a puntito de tirar la toalla. Dejamos las maletas a un lado y le pedimos ayuda al recepcionista que era un chico muy agradable y simpático. Debimos de darle mucha pena (no quiero imaginar nuestras caras) ya que se puso a llamar por teléfono a cada hotel, hostal y casa de huéspedes de toda la ciudad. Cada vez que colgaba el teléfono y nos decía que todo estaba lleno y no había posibilidad, empezamos a plantear la idea de dormir en la calle...¡vaya situación!...Pero no se podía tener tan MALA SUERTE y la última llamada fue la buena, una casa de huéspedes donde les sobraba una habitación. Respiramos hondo y vimos una pequeña luz al final del tunel. Y para allá que fuimos.
Vino un taxi a la puerta del Hotel y nos llevó hasta esa casa de huéspedes. Mirábamos por la ventana y nos resultaba todo tan desconocido...
Bueno, por fin llegamos a la casa, nos recibió una mujer y nos enseñó la habitación. No existía un NO en nuestro vocabulario en ese momento, no estábamos para ponernos exigentes, ni siquiera con el precio... Así que dejamos las maletas nos tumbamos en la cama y suspiramos pensando la que se nos venía encima. Aun así decidimos dejar el tema a un lado, desconectamos y nos dormirmos, pensando que mañana podría ser un día mejor.
To be continued.
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