Días grises

Bueno, como ya sabéis pasamos la noche en la casa de huéspedes, la verdad que dormí bastante a gusto y a pesar de la circunstacia y situación que teníamos en ese momento había una ilusión dentro de mí que me ayudaba a seguir con ganas y fuerza.

A la mañana siguiente proseguimos la búsqueda de alojamiento por los alrededores, pero cada hora que pasaba veíamos más difícil aquello que había resultado tan fácil pensar.Seguimos preguntando en cada "letting houses" pero nada, no existía la posibilidad de encontrar piso para tres. Esa misma tarde al no haber encontrado nada teníamos que encontrar algún sitio donde dormir esa noche ya que no teníamos nada reservado para las próximas noches. Puesto que en Portsmouth no había nada disponible o "available" como ellos decían, nos tocó buscar ciudad alternativa donde poder pasar al menos un par de noches. Y esa ciudad fue Bournemouth, también situada en la costa inglesa, una ciudad muy bonita con mucho ambiente y una playa de arena digna de ver. Estuvimos allí un par de noches, y ya que esta ciudad estaba a 2 horas de Portsmouth, seguimos la búsqueda por internet y esa misma noche después de haber pasado un rato viendo la zona y en la playa encontré en la página de la Universidad de Portsmouth una casa que tenía muy buena pinta y parecía segura ya que estaba en la página oficial de facebook. Por lo tanto le envié un mensaje a la chica, llamada Laura Lubbers. Ella me contestó muy simpática y me dio algo de información acerca de la vivienda. 

Una vez buscada esta casa (nosotras esa noche y la siguiente la pasábamos en Bournemouth) ya nos hacíamos a la idea de que las tres no íbamos a estar juntas, puesto que una de las chicas iba a estudiar en Southampton.

UN POCO DE "BUENA" SUERTE

En el momento de encontrar esta casa situada en Commercial Road (zona céntrica de la ciudad de Portsmouth) me acordé del chico con el que estuve hablando hacía unos meses acerca del erasmus y la tramitación, ya que él también estaba de erasmus en Portsmouth. Le mandé un correo electrónico explicándole nuestra situación desesperadamente y muy simpático el tal Miguel me contestó diciéndome que nos acogería en su casa hasta que entrásemos en la supuesta casa que yo misma había encontrado. Todo esto de querer ir a Portsmouth cuanto antes se debía a que las clases de la Uni habían empezado y no podíamos perder más tiempo. Por lo tanto, el plan  era quedarnos un par de noches en su casa y ya después mudarnos a esa casa mi compañera y yo. Nunca he estado más agradecida con alguien que con este chico, que sin conocernos de absolutamente nada nos metió en su casa y nos ayudó un montón.

La historia promete...

Continuará

(fotos adjuntas de Bournemouth)

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