¿Qué ver en Zaragoza?

¿Qué ver en Zaragoza? Esa es la pregunta que uno se puede hacer al llegar a la ciudad. O mejor, ¿qué ver en Zaragoza a parte de El Pilar? Eso mismo es lo que mis amigos y yo pensamos la semana pasada. Pregunta que se solucionó muy rápido al entrar a una de las oficinas de información, en concreto la que está situada en la estación a la que llegan los trenes de larga distancia: la estación de Delicias.

Aunque la chica que nos atendió no fue demasiado entusiasta al recomendarnos sitios, logramos que nos redondeara varios lugares en el mapa y nos dijera cómo llegar hasta el centro. Cogimos el autobús número 34 que nos dejó en el casco histórico y sí, obviamente llegamos a la Plaza de El Pilar y entramos a visitar la Basílica.

Una vez hecha la vuelta obligatoria descubrimos en las inmediaciones la Lonja de Zaragoza, que nos sorprendió por sus bóvedas en forma de estrellas. Aunque este edificio renacentista se usaba para realizar transacciones económicas, actualmente es una sala dedicada a exposiciones perteneciente al ayuntamiento.

Por eso mismo, pudimos conocer a un artista de la zona, Eduardo Laborda, que presentaba unos interesantes cuadros sobre la belleza de lo feo, otros con una temática centrada en las esculturas clásicas y notables retratos de personajes cotidianos.

A lo hora de la comida nos dirigimos a la famosa zona de "El Tubo", una serie de estrechas y pintorescas calles donde hay una gran oferta de bares, restaurantes y terrazas para disfrutar de una buena sesión de tapeo. ¡Salimos encantados!

Para rematar la comida nada mejor que un café en el Gran Café de Zaragoza, un establecimiento que te transporta a otra época por su mobiliario e iluminación. Está ubicado en la calle de Alfonso I, muy cerca de El Pilar, y ya su exterior te invita a entrar y relajarte con los productos de la carta. A nosotros el café caliente nos vino muy bien para despejarnos y quitarnos un poco el frío.

Después de esta parada, emprendimos el rumbo hacia el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, antigua facultad de ciencias y medicina. Es una de esas joyas ocultas de la ciudad, un lugar declarado Bien de Interés Monumental. Destaca su patio interior, su biblioteca, la escalinata de la entrada y las salas de exposiciones.

Allí tuvimos la oportunidad de acercarnos a la obra fotográfica del valenciano Agustí Centelles. En total 82 piezas de su archivo fotográfico recuperado después de pasar años y años guardado en una maleta en la localidad francesa de Carcasona, lugar donde lo había dejado tras salir del campo de concentración de Bram. Fue enriquecedor poder observar imágenes de una época tan dura para nuestro país como la guerra civil y observar cómo vivieron nuestras generaciones anteriores.

Tras esto, como ya caía la noche, optamos por dar un último paseo por la zona del río. Nos acercamos a los pies de la noria, que estaba preciosa iluminada, al igual que El Pilar como se puede apreciar en una de las siguientes fotografías.

De ahí ya se nos hizo la hora para cenar. Esta vez optamos por un bar de bocadillos y al acabar al hotel porque estábamos muertos!