¿Alguna vez te has preguntado qué se siente al estar rodeado del mundo de los magos? Cualquier persona que esté interesada en la saga de Harry Potter, ya sea libros o películas, (no hay ninguna diferencia) seguramente lo habrá estado. No hace falta decir que yo, siendo una orgullosa Gryffindor, también lo he hecho. Así que todos podéis imaginar lo emocionada que estaba cuando supe que podía tener la oportunidad de formar parte de ese mundo por un día.
Pues bien, eso es exactamente lo que viví en los estudios de Harry Potter de la Warner Bros, en Watford, una pequeña ciudad cerca de Londres, a la que se puede llegar fácilmente en tren. Tengo que decir que no es uno de los lugares de interés más económicos relacionados con Harry Potter, pero sin duda vale la pena pagar el precio de la entrada.
Una vez que llegamos, mi familia y yo, a la estación de tren de Watford, había un autobús rojo de dos pisos esperando a los visitantes que querían acceder a los estudios. Dentro del autobús vimos algunas pantallas de televisión. Nos dieron toda la información sobre el tour que haríamos en los estudios. El trayecto en el autobús duró más o menos media hora, pero a mí me pareció mucho más largo porque no podía esperar el momento de llegar.
El autobús se paró frente a un edificio gigante de color amarillo con una enorme inscripción negra en la parte superior: "The making of Harry Potter, WARNER BROS. STUDIO TOUR". Ese fue el momento en el que me di cuenta de que realmente estaba pasando. La verdad es que he estado esperando una oportunidad como esta desde que era una niña, así que fue algo muy importante para mí.
Cuando entramos nos encontramos con un pasillo. Menos mal que llegamos un poco pronto, porque tuvimos que hacer cola durante más de media hora antes de poder empezar el recorrido.
Finalmente, alguien nos llamó diciendo que podíamos empezar. Nos llevaron a nosotros y a otras 25 o 30 personas a una sala oscura donde no podíamos ver literalmente nada. Tras unos segundos, varias pantallas se encendieron a nuestro alrededor y J. K. Rowling empezó a hablarnos a través de la televisión. Nos explicó en qué consistía el tour, nos recomendó dónde mirar para descubrir los detalles más curiosos. Jamás olvidaré una frase que dijo. Nos dijo que miráramos a la persona que estaba a nuestro lado y pensáramos que estábamos allí por la misma razón, que teníamos algo en común, y que no deberíamos sentir vergüenza y disfrutar del tour como una gran familia. Esa frase me quitó toda la incomodidad que tenía.
Después de que terminara de hablar, la pantalla se apagó y una gran luz de color azul iluminó una puerta. La reconocí inmediatamente. La entrada al Gran Salón. ¡Estaba encantada!
Las puertas se abrieron y entramos, obviamente, al Gran Salón. Allí había 5 mesas, decoradas con todo tipo de comida (falsa), como en las películas. La sala era un poco más pequeña de lo que me esperaba, pero aún así era bastante grande. Lo curioso es que la sala no tenía techo. Quiero decir, había uno, pero era el típico techo negro de los estudios, no era parte del Gran Salón. Supongo que así es como seguramente hicieron que el techo cambiara en las películas, con pantalla verde o algo similar.
Pero me llamó la atención el otro lado de la sala, donde estaban los maniquíes de los profesores frente a la mesa. Iban vestidos igual que los personajes. Estaban el director Dumbledore, el profesor McGonagall, el profesor Sprite, el profesor Snape, el profesor Moody, el profesor Vitious y otros muchos. Pero había una cosa que me llamó la atención aún más. El reloj de arena de todas las casas de Hogwarts.
Aquí tenemos a: Slytherin, Ravenclaw, Gryffindor y Hufflepuff. ¡Por supuesto que Gryffindor iba ganando!
Salimos del Gran Salón y nos dirigimos a una enorme sala. Allí estaban todos los "pequeños sets" que usaban para filmar el interior de Hogwarts y el Ministerio de Magia. Por ejemplo, estaba la sala común de Gryffindor, la habitación de los chicos, la estatua de Magic is Might, un pedazo de la escalera móvil, la entrada a Hogwarts y ¡muchas otras cosas! La que más me gustó fue la oficina de Dumbledore. Estaba el Pensieve, la copa del Triángulo, Fanny, todo. Hasta la entrada tenía la misma gárgola.
Intenté decir "sorbete de limón" delante de esto pero no se movió. Supongo que no pasó nada porque me dejé la varita mágica en casa.
Mientras avanzábamos, pasamos por la zona del Quidditch. Las torres de cada una de las casas se destacaban por ser muy altas y todas ellas tenían sus banderas de la casa. Había toda una vitrina donde se podían apreciar los palos de escoba más importantes como Nimbus2000, Firebolt y otros. También había algunos maniquíes, vestidos con las ropas del Quidditch que el elenco había utilizado durante el rodaje de las escenas del Quidditch. Lo que más me llamaba la atención, al menos para mí, fue el baúl donde estaban las bolas. ¡Era exactamente igual que el de la película!
Aquí puedes verlo:
Por lo que se ve, el Quaffle y el Bludgers parecen ser reales. No pude comprobar si la Snitch Dorada estaba realmente dentro del baúl o no, pero quiero pensar que estaba allí.
A continuación, cruzamos la zona de los teatros y la magia negra. Lo primero que vimos fue un armario con todas las máscaras de los mortífagos. Era bastante grande y tengo que admitir que daba un poco de miedo. Justo al lado había una vitrina donde estaban expuestos todos los Horrocruxes. Por supuesto que Nagini y Harry Potter no estaban en la misma posición que los otros, habían sido reemplazados por fotos.
¿Recuerdas la escena al principio de "Las Reliquias de la Muerte" parte 1, ambientada en el Malfoy Manner, donde todos los agoreros estaban sentados alrededor de una mesa? Bueno, pues hicieron exactamente la misma escena pero con maniquíes. Es impresionante, porque uno se siente como si estuviera allí en ese momento.
Échale un vistazo. No parecía que estuviera fijo, aunque los maniquíes no se movían en absoluto. Se notaba todo el suspense por el hecho de que sabía lo que iba a pasar, sabía que Nagini iba a matar y seguramente a comerse al profesor que estaba flotando sobre la mesa. Además, podía notar que los Mortífagos giraban la cabeza para evitar ver la matanza que iba a tener lugar. No había nada que pudiera hacer para detenerla, pero me dio la misma sensación terrible que tuve mientras veía esta escena en el cine. Era como si yo formara parte de ella.
Más tarde nos encontramos con una pequeña ventana donde podíamos ver todas las varitas. Me pareció muy fascinante, ya que cada varita tenía una etiqueta al lado que indicaba de quién era. Las que más me gustan son las de Sirius Black, Bellatrix Lestrange, Lucius Malfoy y la varita del Anciano. Desde luego, no pude resistirme a hacer una foto, aunque no la voy a añadir al texto porque está súper borrosa. De todas formas, la puedes ver debajo del texto.
Salimos de la sala gigante y ya estábamos fuera. Había un puesto que vendía dulces y cerveza. Sí, esa Butterbeer (cerveza de mantequilla). Evidentemente, todos la probamos. Su color era amarillento como el de una cerveza normal, y tenía espuma de cerveza blanca también. No tengo ni una palabra para describir su sabor, aunque lo recuerdo muy bien; el sabor más parecido que se me ocurre es el de vainilla.
¿Lo veis? ¡Parece una cerveza!
En aquel momento, habíamos estado de pie y caminando sin parar durante más o menos tres horas, así que decidimos descansar unos minutos y sentarnos. Mientras estábamos sentados en una mesa, empezamos a observar todos los detalles a nuestro alrededor. Todo el espacio exterior estaba rodeado de piezas de ajedrez gigantes. Como las del tablero de ajedrez gigante que Ron, Harry y Hermione tuvieron que derrotar para poder encontrar la piedra filosofal.
También había una copia de la casa en Privet Drive en la que Harry había vivido con la familia Dursley durante diecisiete años. Solo era el exterior, pero se veía exactamente igual de bien que en las películas.
A unos cuantos pasos de ahí, había un autobús azul de dos pisos. No era uno de esos comunes, era el Knight Bus. Pero no podíamos subirnos, y como solo eran las 6 p. m. no había camas dentro.
Un poco más adelante, descubrimos el puente que unía Hogwarts con los terrenos circundantes; el que vimos muchas veces en las películas. Por ejemplo, cuando Remus habla con Harry sobre sus padres, o cuando Hermione y Harry hablan sobre Viktor Krum y el torneo de los tres magos. Pero la escena más famosa que se rodó en ese puente es sin duda aquella en la que Neville Longbottom es perseguido por algunos mortífagos hasta que finalmente es destruido por Seamus Finnigan, en "Las Reliquias de la Muerte parte 2".
Luego entramos en otro edificio, el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Ese fue el momento en el que comprendí que no todos los efectos y las extrañas criaturas que vemos en las películas eran totalmente inventadas. De hecho, muchas de las criaturas mágicas fueron, por lo menos una parte, creadas manualmente. Fue un poco espeluznante ver los cuerpos de Ron, Hermione, Cho y la hermana de Fleur. Se usaron para filmar la escena bajo el lago en "El cáliz de fuego". El cuerpo de Hagrid también daba bastante escalofrío, pero solo porque era mucho más alto que nosotros. Los dos cuerpos que más me sorprendieron son: el de Dumbledore y el de Fred. Supongo que los usaron para dispararlos, así que me recordó esos momentos. También estaba todo el cuerpo de Dobby en una vitrina. Tenía los ojos cerrados, como si estuviera durmiendo. Después de Dobby pasamos por las otras criaturas mágicas.
Esta de aquí es la cabeza del Basilisco. Había muchas más criaturas, y por supuesto hice un montón de fotos, pero por desgracia no puedo publicarlas todas. Por ejemplo, había también hombres lobo, un Dementor, un Thestral, Buckbeak, Aragog, y la cabeza de Grop.
Justo después de estar en esta sección, entramos en un pasillo, lleno de miniaturas. Había una vitrina en la que se encontraba una diminuta copia del Sauce Boxeador. Era todo blanco y parecía que podía romperse en cualquier momento. También estaba la miniatura de todo el terreno de Hogwarts, incluyendo el campo de Quidditch, el castillo, el lago, el puente y todo lo demás. Había muchas otras miniaturas, todas blancas, con una pequeña inscripción al lado. Para ser honesta, no me interesaba mucho este pasillo, pero creo que es por mi gusto personal. De hecho, a mi padre y a mi hermana les encantaba.
En la siguiente parte del recorrido, pasamos por un pasillo que nos llevó a una plataforma. En concreto, la plataforma 9 y 3/4. Era como estar en la estación de Kings Cross, esperando la salida del Hogwarts Express. Además, ¡el tren rojo estaba justo delante de nosotros!
El exterior era rojo brillante y estaba tan bien pulido que parecía que estaba brillando. Como éramos un grupo de varias personas, tuvimos que hacer cola para poder subirnos. Recuerdo que tenía un millón de preguntas en mi mente, pero sobre todo estaba muy emocionada. A medida que la cola avanzaba, llegó nuestro turno y nos subimos. Una vez dentro, me di cuenta de que era el mismo lugar donde habían rodado las escenas de la película. Cada detalle era tal y como lo recordaba. Una cosa que me gustó mucho fue el hecho de que cada vagón estaba lleno de objetos y detalles en orden cronológico. Por ejemplo, en el primero había una rana de chocolate en la ventanilla y una tarjeta con la imagen de Dumbledore en los asientos. Por poner otro ejemplo, había unos cuantos entrenadores en la ventana de la puerta que tenían escrito R+L, como aquella vez en "el Príncipe Mestizo" cuando Lavanda Brown lo escribió. El último vagón era para que los visitantes lo probaran. Había una pantalla que mostraba escenas de las películas que se filmaron en ese tren en particular. Como a mi padre y a mí somos los que más nos gusta la saga en la familia, nos hicimos fotos sentados allí. No me hubiera bajado nunca, pero al final tuve que hacerlo. Cuando finalmente nos bajamos del tren, encontramos el Honeydukes Express y la tienda de dulces Honeydukes. Por supuesto que me acerqué y dije: "¿Algo del carrito, niños?" como lo hizo la señorita con el carrito en las películas. El carrito estaba lleno de dulces que podíamos comprar, de hecho, había tantos que no sabía qué escoger. La tienda no solo tenía dulces, sino todo tipo de artilugios relacionados con la saga, incluyendo varitas mágicas. Al final, compré una rana de chocolate y los frijoles Bertie Bott's Every Flavour Beans.
Luego de eso, entramos en el callejón Diagon. No estoy segura de si realmente filmaron las escenas de la película allí o no. Sin embargo, las tiendas más importantes y famosas sí que estaban, como por ejemplo, el Gringott, todo blanco y enorme, también Ollivander's, donde el interior estaba oscuro, según la historia, había sido destruido por completo. Pero la parte que nunca olvidaré del callejón Diagon fue la de los Weasleys' Wizard Wheezes.
Aquí lo puedes ver a lo lejos. La estatua de Fred movía el brazo, con el que sostenía un sombrero, de arriba a abajo, como si nos estuviera saludando. No podíamos entrar, pero desde fuera parecía que el interior era brillante y lleno de color. Recuerdo que en una vitrina había una chica de forma extraña que vomitaba dulces en una cesta. Era el dispensador de las pastillas vomitivas que, según la historia, eran perfectas para usar si querías saltarte la clase. Al otro lado del callejón Diagon estaba la calle donde siempre iban todos los Dark Wizards. Es ahí donde encontramos Borgin y Burkes, la tienda de artefactos oscuros donde Draco vio por primera vez los armarios evanescentes.
Pero ahora viene la parte que más me gustó. En este punto pensaba que ya había visto todo lo que se podía ver de la saga de Harry Potter, pero definitivamente estaba equivocada. Cruzamos un pequeño y oscuro pasillo y luego abrimos una gran puerta negra. Cuando alcé la vista vi algo que nunca pensé que vería. Delante de mí, en una sala tremendamente gigante, estaba Hogwarts. No era tan grande como para que quepara un humano, pero aún así era enorme. Voy a colgar una foto para que puedas entender de lo que estoy hablando.
A medida que lo íbamos recorriendo, me quedé sin palabras. Todo era perfecto. Estaba tan abrumada emocionalmente que empecé a llorar. Después de todo, esta saga ha sido parte de mi vida desde que tenía solo cuatro años. Ha estado a mi lado durante muchos años, en los buenos y malos momentos, y me ha enseñado mucho. Me quedé allí contemplándola durante casi media hora. En ese momento, el recorrido había terminado. Sin duda, puedo afirmar que recordaré ese día durante mucho, mucho tiempo. Ha sido una de las mejores experiencias de toda mi vida.
Bueno, ¿lo recomiendo? Por supuesto que sí. ¿Lo haría de nuevo? Sí. De vez en cuando cambian algunas cosas, por ejemplo, han abierto una nueva área, el Bosque Prohibido, y van a abrir otra pronto para la temporada de Navidad. ¡Así que estoy deseando ir allí de nuevo!
