Playa de Reynisfjara

La playa de Vik i Myrdal, en Islandia, es un sitio increíble. Aun así, prefiero la que hay al otro lado, una playa que se llama Reynisfjara y a la que se puede llegar fácilmente en 10 minutos en coche desde Vik. La arena negra hace que el sitio sea realmente único. Si os lo estáis preguntando, ya os digo yo que es sorprendentemente suave. Os recomiendo que os llevéis algún recipiente para echaros un poco de recuerdo.

Cuando yo fui, el mar estaba muy agitado, había mucho viento y unas olas gigantes que iban a romper en los picos de las rocas. En mi opinión, es así cómo merece la pena visitar este sitio. Solo con este tiempo se aprecia mucho más lo que tiene de imponente y místico el lugar.

Además, en el lado de Reynisfjara, encontramos un acantilado enorme, tallado de manera natural en forma de órgano. Cuesta creer que no haya sido tallado a mano por lo limpios y afilados que son los cortes.

Hay muchos pájaros que ponen sus nidos en el acantilado que hay sobre la playa.

Si le preguntáis a los habitantes de esta zona, os dirán seguramente que existen varias leyendas sobre las rocas que hay a escasos metros del océano. Mi versión preferida es la que habla sobre unos gnomos que, al haber olvidado volver de la pesca, habrían sido transformados en piedra al salir el sol.

Por último, si os gustan series como Juego de Tronos, Sense 8 o Vikingos, os interesará saber que muchas de sus escenas se grabaron en estas playas. Cuando estamos allí, se entiende perfectamente qué fue lo que inspiró a los directores.