Comer barato y bien en Viena

Echemos un pequeño vistazo a la gastronomía local, que no genuina, de Viena. Y con esto nos referimos al punto de visto de un estudiante cuya beca no le alcanza ni para pagar el alquiler mensual del piso.

Esta lista está basada en nuestra experiencia hasta la fecha y esperamos engordarla (nunca mejor dicho) de aquí al final de nuestra estancia. Al final de cada descripción haremos una valoración basada en cuatro factores: comida, precio, ambiente y personal, puntuando cada uno con 0 (malo), 1 (neutro) o 2 (bueno). Finalmente sumaremos los puntos y dividiremos entre dos para reflejar una nota final sobre 4 (sistema totalmente arbitrario inventado hace un rato). Comenzamos:

1. Pizzeria Mafiosi

Allí celebramos el fin de cada una de nuestras rotaciones en el hospital, según la corta tradición. Si no recuerdo mal, fue el primer restaurante que probamos en Viena, merced en gran parte a su buena publicidad. Para llegar a Mafiosi debéis bajaros en Westbahnhof y salir por la boca de metro que da a Mariahilferstraße. Allí subid en alguno de los dos o tres tranvías que pasan por allí en sentido Kranzgasse, que será también la parada de destino. Desde este punto solo hay que andar unos 5 minutos.

El restaurante italiano tiene de italiano el nombre y poco más. La decoración puede transportaros a una taberna del oeste o bien a la bodega de un navío. La música ambiente es de lo más variopinta que podáis imaginar, si bien un día si que pusieron una breve lista de reproducción en italiano. El personal es en su mayoría de origen extranjero y no son muy parlanchines en general. El baño (algo que personalmente valoro) es el más diminuto que hayamos catado en nuestra vida. En cuanto te sientas en la taza, tus rodillas tocan la puerta. Así que, caballeros, si superan el tamaño medio de un homínido adulto caucasiano, van a tener que orinar de pie. El sitio no es lujoso pero sí acogedor, no está limpio del todo, pero tampoco sucio (tan solo una vez la boca de una botella nos llegó llena de polvo, nada que una buena servilleta no pueda arreglar).

Lo que hace especial a este garito son sus colosales pizzas. Por un precio de entre 3, 20 euros (Margarita) y 5, 60 euros podremos disfrutar de una masa jugosa y abundante que desborda cualquier plato. Poca variedad de ingredientes, eso sí, el sabor es notable.

Carta de Mafiosi

Comida: 2

Precio: 2

Ambiente: 1

Personal: 1

Valoración final: 3/4

2. Pizzeria Vesuvio da Mario

A una calle de Mafiosi encontramos un restaurante italiano, pero italiano de verdad. Sólo debemos obviar un pequeño detalle, y es que está regentado por un matrimonio de indios. La pareja va a convertir tu estancia en la más cómoda posible, como si estuvieras en el comedor de tu casa. Nada más entrar te reciben con un "Buona sera" y, si les sigues el juego, puedes pasarte todo el rato chapurreando italiano con dos indios. Todo esto acompañado de la más clásica música italiana de fondo y una decoración también acorde a la oferta gastronómica. Además cuenta con un "Biergarten" (jardín de cerveza) que desafortunadamente aún no hemos probado, pues el clima vienés no suele invitar a ello en esta época.

El matrimonio estará todo el tiempo pendiente de tu mesa por si necesitas algo, la atención al cliente es inmejorable y siempre con una sonrisa en la cara. Aparte de comida italiana, también podemos atrevernos con la gastronomía india a un precio un poco más elevado. No obstante, el gran atractivo bajo nuestro punto de vista es la pizza con todos los ingredientes de la casa, que cuesta unos 15 euros y se calcula para dos personas, pero realmente tres personas quedarían muy satisfechas con este banquete. Las pizzas, a pesar de costar alrededor de 1 euro más que en Mafiosi, son sin duda más sabrosas y cuentan con una más amplia gama de ingredientes.

Comida: 2

Precio: 2

Ambiente: 2

Personal: 2

Valoración final: 4/4

3. Wiener Deewan

A unos 5 minutos de Schottentor, si vamos caminando por Liechtensteinstraße, en cierto punto advertiremos un tufillo a curry que llega hasta las entrañas. Se trata del "pay as you wish" (paga cuanto quieras) pakistaní de Viena. La sistemática del restaurante funciona de la siguiente manera: disponemos de un buffet libre de unos 7-8 platos, algunos cambian cada determinado tiempo, de los que podremos servirnos cuanto queramos.

Antes de sentarnos en la mesa (si es que queremos, en el piso de abajo hay una zona habilitada para comer en el suelo al estilo pakistaní) nos habrán colocado una jarra de agua y vasos a coste cero. El personal también es muy servicial y continuamente estarán rellenando tu bebida o retirando platos sucios.

Hay un solo postre disponible, pero su sabor es increíble. "Suji Halwa" reza el letrero y consiste en una papilla de sémola sobre la que puedes verter una especie de natillas caseras de toda la vida a modo de salsa. De verdad, este dulce nos tiene locamente enamorados, lástima que no tengamos batidora en casa.

Una vez que hayas degustado tu almuerzo, simplemente debes dirigirte a la caja y comunicarle al empleado cuanto deseas pagar, si es que quieres cambio, y si no, sencillamente entregar el dinero por el servicio prestado y despedirte con un vienés "Auf Wiederschauen" (hasta la vista).

Comida: 1

Precio: 2

Ambiente: 1

Personal: 2

Valoración final: 3/4

4. Sen Grill

En este local se puede degustar el mejor kebab de Viena, según algunos. Poseen además dos tipos de menús cada día por precios muy razonables y en cantidad abundante, que incluyen todo tipo de alimentación. Si eres estudiante estás de suerte, pues por el irrisorio precio de3, 50 puedes adquirir tu kebab con una lata de refresco y además saborear las tres salsas que el restaurante pone a tu alcance. El personal es muy simpático y trata siempre de establecer un ambiente familiar en la estancia. Para llegar a Sen Grill debes apearte en la parada de Taborstrasse del U2.

Carta de Sen Grill

Comida: 2

Precio: 1

Ambiente: 2

Personal: 2

Valoración final: 3. 5/4

5. Koi

Buffet asiático de los buenos. Cada mediodía por 10 euros puedes degustar la gastronomía asiática más clásica y elaborada. Eso sí, es de los pocos sitios en Viena que te cobran por el agua de grifo (Leitungswasser). Tienen una manera especial de llevar las comandas: al llegar te dan un papelito con tres columnas verticales y toda la carta mediante un código numérico en las filas horizontales. Las tres columnas representan las tres rondas en las que puedes ordenar comida, tanto repetir platos como catar nuevos.

Hay una excepción con tres tipos de sushi concretos que sólo pueden ser pedidos una vez sin coste extra. Cuidado al marcar los platos porque si no acaban vacíos pueden hacerte un recargo según las reglas de la casa. La última ronda consiste en un buffet libre de postre al que ya no se aplica ninguna norma. Para llegar a Koi debes tomar un U-Bahn hasta Karlsplatz.

Comida: 2

Precio: 1

Ambiente: 2

Personal: 2

Valoración final: 3. 5/4

6. Suppenwirtschaft

Se trata de un local pequeño, con pocas mesas para sentarse, más pensado para el take-away que para comer allí. Por cierto, aprovechando esta puntualización, siempre que pidáis algo en un lugar así en un país germanoparlante os preguntarán si lo queréis “zum mitnehmen” (para llevar). El restaurante dispone de varios menús, casi todos vegetarianos, que consisten en una sopa, plato principal y un bollo de pan casero. Todo a un generoso precio de alrededor de entre siete y 8 euros. Es una opción inmejorable para una cómida rápida pero sana.

Comida: 2

Precio: 1

Ambiente: 1

Personal: 2

Valoración final: 3/4

7. Café Gagarin

En un ambiente completamente alternativo encontramos el Café Gagarin. La gente suele reunirse allí para comer, tomar un par de cervezas o simplemente leer un libro. La clientela predominante proviene de la cultura urbana más transgresora, así que mejor no traigáis aquí a vuestros papás y abuelos. De hecho, al entrar no conseguimos distinguir a los empleados de los clientes, pues muchos vestían de la misma guisa. Dispone de una habitación aislada para fumadores, lo que siempre es de agradecer en Austria. Al igual que Wiener Deewan, el servicio de comida en este local se rige por un “Pay as you wish” y el menú es casi enteramente vegetariano. Aún no hemos descubierto qué fue aquello que pedimos el primer día que fuimos, solo sabemos que era verde y que estaba sospechosamente rico.

Comida: 1

Precio: 2

Ambiente: 1

Personal: 1

Valoración final: 2. 5/4

8. Comida callejera

Por último, y no menos importante, os invito a probar todas las variedades de comida callejera que ofrece la ciudad. Desde Kebab, pasando por Nudeln (fideos asiáticos) hasta el húngaro Langos (masa de churros con forma de torta). Descubriréis las diferencias en la forma de preparación y de sabor entre los distintos puestos y barrios, o incluso países. En serio, esto último, en España un Kebab nos deja K. O., mientras que en Alemania o Austria se hace más soportable al estómago. Desconocemos la razón de esto.

Como siempre, esperamos que la entrada os sea útil y quedamos a vuestra disposición para cualquier pregunta o duda que podáis tener. Auf wiederschauen!

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