Viaje de un fin de semana por el centro-norte de Bulgaria
En la ciudad de Veliko Tarnovo se encontró uno de los asentamientos más antiguos de nuestro país y las excavaciones más antiguas apuntan a que había gente viviendo en esa ciudad hace 3000 años. Además, Veliko Tarnovo es, con seguridad, una de las ciudades más antiguas de la zona. Más tarde, cuando los griegos, romanos, tracios, eslavos y búlgaros vivieron en esta zona, los asentamientos empezaron a crecer. En torno al siglo X se construyó la fortaleza de Veliko Tarnovo, que sólo confirmaba el poder que tenía el Reino de Bulgaria en esa época. La fortaleza tenía el único propósito de proteger la ciudad y a la familia real que vivía en el castillo. Sin embargo, unos siglos más tarde y después de muchas batallas, el Reino de Bulgaria fue asediado por el Imperio Otomano y este mantuvo su control sobre su territorio durante los siguientes cinco siglos. Al final, la ciudad fue liberada y algunas partes fueron reconstruidas para que la gente pudiera volver a su tierra natal.
Cuando era pequeña mi familia solía visitar a menudo la antigua capital del Bulgaria, Veliko Tarnovo. Esta es, con seguridad, una de mis ciudades preferidas del país, sobre todo porque cuando era pequeña me parecía una ciudad enorme. Hasta hoy en día Veliko Tarnovo es una de mis preferidas y tiene muchos sitios de interés para visitar por la ciudad, así como parques y restaurantes tradicionales que tienen la mejor cocina. Además de eso, está llena de estrechas calles repletas de antiguas casas búlgaras bien conservadas. Hay incluso pequeñas tiendas que se consideran las más antiguas del país, para que te hagas una idea de cómo las tradiciones antiguas se han conservado.
Por eso decidí visitar la antigua capital de Bulgaria una vez más y explorar sus monumentos históricos y sus tradiciones únicas. Yo dividí mi viaje de fin de semana en dos días. El primer día visité Veliko Tarnovo y, el segundo día, la ciudad de Krushuna, dónde están las famosas cascadas de Krushuna y la Cueva Devetashka.
¿Cómo llegar a Veliko Tarnovo?
La manera más fácil y rápida de llegar a Veliko Tarnovo es en coche. Sin embargo, si vas en coche, asegúrate de comprar la Vinetka, el impuesto de peaje de Bulgaria. Este impuesto cuesta 15 leva, que son unos 8 euros. El viaje hasta Veliko Tarnovo es de unas 3 horas de ida y otras 3 de vuelta, así que tienes que estar preparado.
Otra manera de ir a Veliko Tarnovo es es autobús, una manera bastante rápida y conveniente. Puedes coger el autobús desde la Estación Central de Sofía y el billete suele costar unos 20 leva o 10 euros.
¿Dónde y qué comer en Veliko Tarnovo?
Hay muchos restaurantes en Veliko Tarnovo pero yo voy a compartir dos de mis favoritos. Uno de ellos es Shtastliveca (el hombre con suerte), un restaurante muy bonito que tiene platos excelentes. En la mayoría de los casos son platos de temporada pero también puedes escoger entre muchos platos tradicionales búlgaros. Además de eso tiene vistas hacia el río Yantra y parte del casco antiguo de Veliko Tarnovo.
La otra opción que recomiendo es el Ego Pizza, que tiene una de las pizzas más buenas de la ciudad. Sin embargo, también tiene platos búlgaros excepcionales y muchas otras opciones para quitarte el hambre después de la caminata por el fuerte.
Día uno: La zona arqueológica de Tsarevets
Una vez llegué a Veliko Tarnovo fui al punto de venta de entradas que está a la izquierda de la carretera, justo antes de llegar a la fortaleza. Ahí compré una entrada de estudiante que me costó dos leva o un euro. La entrada normal cuesta seis leva o tres euros, así que sigue siendo bastante barata.
A continuación, proseguí hacia la fortaleza, donde tuve que darle mi entrada a la gente que estaba comprobándolas para poder entrar. La fortaleza era tan grande como la recordaba de cuando era una niña. No había cambiado demasiado y aún tenía los altos y anchos muros que rodeaban los acantilados y colinas. A la entrada de la fortaleza había dos grandes estatuas de leones, que eran el símbolo de la familia real búlgara en el pasado. Los leones simbolizaban el poder y la riqueza de la familia real.
Al adentrarme en la fortaleza me encontré con las dos primeras entradas que conducen al interior de la ciudad medieval cercada de Veliko Tarnovo. Ambas eran bastante grandes, estaban hechas de piedra y sus puertas eran pesadas y estaban hechas de metal grabado a los lados. Las entradas se utilizaban, principalmente, como entrada a la ciudad, pero también para proteger la ciudad de los atacantes. Después de las puertas, estaban las ruinas de las casas de los aristócratas y aldeanos que vivían en la fortaleza y que se encargaban de ayudar a la familia real.
Después, continué hacia la derecha, donde había más ruinas de las casas de la gente que vivía en la fortaleza, así como las torres que albergaban a los arqueros. Ese camino me llevó a la Torre de Baldwin, una de las torres más famosas de la fortaleza. Dice la leyenda que, después de que el Rey Kaloján de Bulgaria derrotara al Emperador Balduino I de Constantinopla en la batalla de Adrianópolis, le encerró en esa torre y le mantuvo cautivo ahí durante muchos años hasta su muerte. Pude subir a la torre y también entrar. En su interior pude ver distintas habitaciones que hace siglos que están deshabitadas. Desde la Torre de Baldwin también podía ver desde arriba el bonito río Yantra que pasa por Veliko Tarnovo.
Después de eso volví al mismo camino para llegar a las escaleras que llevaban a la Catedral de la Ascensión, uno de los edificios bien preservados de la zona arqueológica. Sin embargo, es bastante difícil llegar hasta ella, sobre todo en los días calurosos de verano y os recomendaría llevar mucha agua. Al final, llegué a la Catedral de la Ascensión, uno de los puntos más altos de la fortaleza que se construyó a tanta altura para que la gente estuviera más cerca de Dios. Tiene uno de los frescos medievales más lóbregos y terroríficos que he visto construidos en esa época. Esos frescos representan el auge y la caída del Segundo Imperio Búlgaro, razón por la cuál tiene ese aspecto aterrador. Tuve la oportunidad de ver toda la ciudad desde arriba y desde varios puntos desde el lugar más alto en la fortaleza de Tsarevets, lo que hizo que las vistas fueran más fascinantes aún. Incluso pude ver que los muros de la fortaleza se extendían hasta el otro lado del río, lo que demuestra que ésta era una de las fortalezas más grandes de la época medieval.
Justo debajo de la Catedral de la Ascensión había muchas ruinas que forman parte del palacio. Entre ellas había 500 viviendas residenciales, unos cuantos templos, monasterios y una posada. Después de las ruinas continué hacia la roca Calavera (Skull rock), un sitio que no había explorado ninguna de las veces que había estado en la ciudad. La roca Calavera es bastante famosa, ya que hay muchas historias sobre gente cristiana que buscaba salvarse de los gobernantes de aquellas épocas. Además, también hay muchas historias y objetos que demuestran que la roca Calavera se utilizaba para tirar desde ahí a los traidores del país a modo de castigo medieval. Sin embargo, más tarde la gente construyó allí un monasterio que hoy en día está en ruinas y que se puede ver desde la roca, así como el altar dentro de este.
Terminé mi viaje por la zona arqueológica de Tsarevets con mucha alegría y emoción. Fue una experiencia muy interesante que recomendaría a cualquiera que visite el centro-norte de Bulgaria.
Día dos
El día dos decidí visitar más hitos naturales del norte de Bulgaria. Así que dividí mi día para visitar las cascadas de Krushuna y la cueva Devetashka.
Las cascadas de Krushuna
Decidí visitar las cascadas de Krushuna como parte de mi viaje por el centro-norte de Bulgaria mientras estaba en Veliko Tarnovo. La subida a las cascadas fue agradable, refrescante y una experiencia verdaderamente mágica. Sin embargo, recomendaría llevar mucha agua y repelente de mosquitos para evitar que te piquen.
Comencé la excursión pronto por la mañana, cuando llegué a la ciudad de Krushuna donde están las cascadas. Allí tuve que pagar dos euros para entrar y comencé el trayecto para llegar a ellas. Tuve que subir mucho para llegar a la famosa cueva en la que el río Maara nace. La cueva era bastante baja, así que no se podía acceder a ella, pero vista desde fuera también era interesante. Más adelante había una pradera que conducía a la primera de las cascadas. Sin embargo, el camino que conducía hasta ella estaba cerrado, ya que algunas rocas de caliza habían caído hacía unos años y se consideraba zona peligrosa.
De todas formas, continué hacia la parte más famosa de las cascadas Krushuna: El puente junto a las cascadas. Las vistas desde ahí eran absolutamente hipnóticas debido, principalmente, al agua turquesa de las cascadas y sus pozas. Avanzando por el camino me encontré con unas cuantas cascadas más que también eran sorprendentes. Acabé llegando al principio del sendero, dónde decidí tomarme un descanso de la dura subida hacia las cascadas.
La cueva Devetashka
Después de visitar las cascadas de Krushuna fui a la cueva Devetashka, que se encontraba a poca distancia de la ciudad Krushuna. Esta cueva es una de las cuevas cársticas abiertas de Bulgaria más famosas y se hizo aún más famosa después de que la película "Los mercenarios" se rodara allí.
Para llegar a la cueva tuve que caminar un poco y cruzar un puente que me llevaba justo en frente. Sinceramente, era una de las cuevas más grandes que había visto. Era totalmente abierta, había hierba y pozas por todas partes, incluso por el techo y había dos agujeros que a mí me parecían ojos. Era bastante espaciosa y había unas cuantas estancias al final de la cueva que no estaban abiertas al público, ya que una de ellas era el cuarto de los murciélagos en el que estos animales estaban durmiendo. Un dato interesante es que hay muchos seres vivos que habitan la cueva y se pueden encontrar hasta quince especies de murciélagos. Además de eso había muchos pájaros con sus pequeños polluelos que volaban y que tenían nidos por toda la cueva. Otro dato interesante de la cueva es que estuvo habitada por humanos durante el Paleolítico y la utilizaban como refugio.
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